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viernes, 29 de julio de 2011

DE LAS CINCO CONDICIONES PARA LA EVOLUCION

Analícese para que se conozca, conózcase para que se comprenda y compréndase para que se acepte y acepte a los demás (E. Pérez, 2011)





De la pluma de A. Powell, presento a continuación una apreciación de las cinco condiciones que se estiman de gran valor para aquellas personas que pretendan hollar el camino que ha de llevarlos hasta la mansión eterna de la Divinidad. Estas no son todas las cualidades que debemos desarrollar, pero, ciertamente, son algunas de las más importantes en este arduo camino que debe conducirnos a la liberación de la rueda de nacimientos y muerte en que aún nos encontramos. Veamos:
1. UNIDAD DE PROPOSITO: El Pensador debe tener siempre en mente cual es el propósito de su existencia y obrar en consecuencia. Cada acto, palabra, pensamiento y obra debe estar dirigido al cumplimiento de ese objetivo que, en adelante, se transforma en su razón de ser. Dentro de la economía de la naturaleza, el Pensador debe adquirir la cualidad del DISCERNIMIENTO, es decir, aquella condición que le permite separar la paja del grano y le ayuda a concentrarse solo en aquellas acciones que son útiles al desenvolvimiento de su propio ser y de la humanidad en general. No basta con obrar, es necesario hacerlo en la dirección correcta pues de lo contrario, se perderán valiosos esfuerzos en labores que terminan entorpeciendo el progreso del ser. Se COHERENTE: que tus palabras expresen lo que siente tu corazón y que tu corazón exprese lo que siente tu Dios. Se el mismo tanto si te encuentras en medio de una gran multitud, como si estás en la soledad de tu habitación. El desarrollo del discernimiento permite, entre otras cosas, empezar a escuchar, en lugar de oír; observar, en lugar de simplemente ver y, vivir plenamente, en lugar de sobrevivir. Dedícate a hacer el más elevado trabajo que puedas desarrollar; no te conformes con hacer lo mínimo para continuar donde estas; y si tienes dudas acerca de la dirección en la cual actuar, simplemente vuelve a los arquetipos de LO CORRECTO, LO BELLO y LO DIVINO, ellos te dirán hacia donde debes moverte. La humildad, la ética, la responsabilidad y la honestidad, entre muchos otros arquetipos, siempre han sido lo mismo y nunca dejarán de ser lo que son, por tanto, lucha por integrarlos a tu existencia con la certeza que tus esfuerzos serán compensados más temprano que tarde. Trabaja en pro de la naturaleza divina de cada ser y ella, la naturaleza, trabajará para ayudarte.
2. DOMINIO DE SÍ MISMO: Analízate para que te conozcas, conócete para que te comprendas y compréndete para que te aceptes y aceptes a los demás. El dominio de sí mismo es la condición que permite hacer que el cuerpo y la mente expresen solamente aquellas emociones, sentimientos y deseos que se quieren expresar y, a la vez, impide que otras emociones y sentimientos no deseados tengan cabida en su vida. La irritabilidad debe analizarse, encontrarse y eliminarse de la existencia; nada debe causarte este sentimiento que te impide ser tú mismo. Determine las cosas que te molestan, tanto de otras personas, como de la vida misma y propóngase que en adelante, nada te va a molestar, pues aunque no lo comprendas ahora, esas cosas que te irritan no se hacen en contra tuya, sino que eres tú mismo quien las asume como personales.
Otros dos elementos que se deben eliminar son la excitación y la impaciencia. Debes ser imperturbable tanto en el éxito como en el fracaso; nada debe turbar tu calma pues sabes que cada cosa en la vida sucede por una razón y, por tanto, aunque no la comprendas ahora, debes estar seguro que sucede para tu bienestar. Dios no te quita cosas, te libera de cosas; te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la divinidad. Controla tus emociones para que la excitación no perturbe tu capacidad de discernimiento y enturbie tu pensamiento. Una mente excitada e impaciente no logra alcanzar las metas soñadas. Entonces, no tengas afán por llegar, continúa trabajando en el propósito que has fijado; con paciencia, con tenacidad y aplicando tus esfuerzos y tu voluntad en lograr la unidad con la divinidad, que es tu propósito mayor, aunque no lo conozcas aun.
El anterior trabajo se complementa con el control de los nervios y los deseos. Templar el sistema nervioso es un trabajo que el Pensador debe ejecutar a lo largo de su existencia y para ayudarse en este propósito es preciso conocer, es decir, acercarse al conocimiento de las cosas, los sucesos, las personas…Dios. En fin, conocer permite eliminar las causas del nerviosismo, la irritabilidad y la impaciencia. Conócete a ti mismo, y te tallarás y moldearás como el mejor de los diamantes. Este proceso, así como el de controlar los deseos en todas sus manifestaciones, es también un trabajo de esta vida. Cada momento que vivimos es una oportunidad para hacer ambas tareas. No desees por desear. Analiza los deseos y veras que en el fondo, no son más que simples deseos, cosas no eternas, pasajeras que no tienen mayor fundamento. Así son la mayoría de los deseos actuales de las personas. Por tanto, desee cosas eternas, cosas duraderas y profundas que ayuden al desarrollo del alma, es decir, del Pensador.

3. CALMA: La ausencia de preocupación y de depresión son condiciones importantes en el proceso de evolución del ser. Nada te turbe, nada te distraiga; todo está ahí para que hagas uso de ello, pero todo está ahí para que aprendas de ello. La comprensión de las causas y sus efectos te permite tener calma ante las situaciones, por duras que nuestra ignorancia las hagan parecer. El discernimiento, el conocimiento y el control de sí mismo, permite tener la calma necesaria para afrontar sin dificultad la prueba máxima que significa vivir en un mundo aparentemente injusto, inequitativo y miserable. Paciencia para soportar lo que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar aquello que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia. Las personas suelen preocuparse todo el tiempo; se preocupan por cosas que no tienen mayor importancia y se preocupan por cosas sobre las cuales no pueden intervenir. Analiza las causas de tu preocupación y trata de ocuparte más de las soluciones que de las causas o del problema mismo. Fija tu mente en hallar soluciones y no le dé vueltas al problema una y otra vez. No te turbes con problemas ajenos o con aquellos que aún no han llegado. Cada día trae su propio afán y para cruzar un puente, es necesario llegar hasta él. Ten la paciencia y la calma para esperar el momento preciso para ocuparte de cada situación que te preocupa. No se puede hacer nada hasta cuando el momento es el adecuado. La cosecha solo se recoge cuando el fruto está maduro y listo para ser consumido. El terreno se debe sembrar cuando esté listo para ser utilizado y ten la certeza que lo que debe suceder, sucederá en el momento adecuado. Esta certeza te permitirá evitar la depresión tanto por lo sucedido en el pasado, como por la ansiedad que causa el esperar que suceda en el futuro. La depresión deberá ser eliminada mediante un esfuerzo de voluntad. Esté atento a su propio ser, y cuando detecte o avizore la aparición de la depresión, emita un fuerte acto de voluntad para contrarrestarla. Dígase a sí mismo: “No te permito entrar en mí” e inmediatamente, recuerde su objetivo primordial y póngase a hacer algo productivo que le siga impulsando hacia la meta soñada. Cuando estas triste, realmente estas distraído. No te distraigas, no permitas que tus deseos y emociones manden en ti. La voluntad debe estar siempre vigilante para controlar los estados emocionales. Eres tú el dueño de ti mismo; tú controlas tus emociones, sentimientos y deseos.
4. CONOCIMIENTO: Sin duda, el conocimiento de las causas de los hechos permite eliminar el miedo, la ignorancia y la impaciencia. Conocer es un deber humano y, como todo deber, ha de ser realizado con total rigor. Cuanto mayor conocimiento tengas de ti mismo, tanto mayor será tu capacidad de conocer a otras personas, a las cosas y a Dios mismo. Cada día ofrece la posibilidad de acrecentar nuestros conocimientos y expandir la consciencia que nos permite visualizar la sagrada luz que emana desde la cumbre hasta donde debemos elevarnos. Acepta con estoicismo lo que cada día te presenta; acógelo como un reto de superación e inicia la caminata con la certeza que da la confianza de saber que las cosas tienden a mejorar con el paso de los años. El conocimiento elimina de nosotros mismos muchos males tanto mentales como físicos; acaba con los miedos, los temores, las dudas, la inseguridad, la impaciencia, la depresión y la tristeza, entre otros males que aquejan a nuestra sociedad. Permite acceder a estados superiores de consciencia que ayudan notoriamente en la sanación de muchas enfermedades, entre ellas algunos tipos de cáncer y mantienen sano y vital los cuerpos físico, astral y mental. Además, conocer no cuesta nada, pues el conocimiento está ahí, en los libros, en internet, en nuestros padres, abuelos y amigos; solo hace falta que te decidas a aprender y mirar la vida como un constante aprendizaje.
5. AMOR: Cerramos este documento con la razón de ser de la vida misma, el amor. Un sublime sentimiento que no puede ser confundido con algunas de sus divisiones y expresiones más simples. La condición natural del amor es la EXPANSION, por tanto, el amor debe ser expandido, entregado, diseminado por todos los lugares y en todas las direcciones. Ama hasta convertirte en lo amado; mas aun, hasta convertirte en el mismísimo amor. Un error cotidiano consiste en encerrar al amor entre cuatro paredes y entregarlo de manera unidireccional a una sola persona, lo cual hace que el amor pierda poco a poco su esencia expansiva. El amor nos aggiorna de tal manera que enamoramos a todos. Empieza por amarte a ti mismo; convierte cada día en una ocasión de sentir y expresar el amor en todas sus vertientes, no solamente en el amor conyugal o de pareja, sino también en el amor hacia tus hijos, padres, amigos, conocidos y desconocidos; se puede y se debe amar de igual manera a una mujer o a un hombre, tal como se ama al árbol que nos da el oxígeno para respirar; al rio que nos trae el agua para beber; a la tierra que nos proporciona los alimentos y al sol que nos ilumina generosamente cada día y que aporta la vitalidad necesaria para que el manipura pueda hacer su trabajo de distribuirla en todo el cuerpo. La fortaleza del amor se manifiesta cuando eres capaz de amar por igual a tu amigo que a tu enemigo; a aquellos seres que nos son queridos, como a nuestros contradictores y la forma de hacerlo es conociendo y aceptando tu propia condición divina. Cuando puedes ver lo divino que existe en cada ser, entonces puedes amarle sin restricciones.

lunes, 20 de junio de 2011

DE LA MUERTE REDENTORA

La muerte de Sócrates


Loco gasté mi juventud lozana
en subir a la cumbre prometida
y hoy que llego diviso la salida
del sol, en otra cumbre más lejana.
(…) ¡ No haber amado! ¡Coronar la altura
y ver que se engañaba mi locura!
El verde gajo que laurel se nombra
ya de mis sienes abatidas rueda,
y aunque el sol busco aún, sólo me queda
tiempo para bajar hacia la sombra.
José Eustasio Rivera

Hasta ahora hemos hablado acerca de la vida, de cómo vivirla, sentirla, compartirla, hacerla mejor; hemos discurrido por los meandros del conocimiento, arqueando las palabras para hallar un poco de paz en medio de la turbulencia del cotidiano vivir. No amar en seco con tanto dolor, es quizás la última verdad que quede en mi interior, bajo mi corazón… No amar es quizás el único pecado de esta civilización, la misma que se jacta de sus logros materiales, sus avances tecnológicos y su desarrollo económico, que ha llevado a separar a las personas por clases, estratos, género o religión, olvidando que todos somos parte de lo mismo, que nos mueven los mismos sentimientos de unidad y evolución; que ante la calamidad y el desastre, obramos todos como iguales, tan iguales como en la muerte. Precisamente este post está dedicado a ese momento sublime y maravilloso, a ese estadío prolífico y superior que nos iguala en condiciones similares y nos permite crear: la muerte.
La vida y la muerte como  el principio y el fin, son condiciones necesarias para la creación y re-creación de todas las cosas y de todos los seres. Cuando termina un proceso, es porque otro acaba de comenzar, situación que nos trae a la memoria el eterno continuun de Jean Liedloff y aporta cierta paz y mucha tranquilidad al Pensador al sentir que tiene la eternidad por delante para hacer aquello que considera su misión. Cuando el árbol cae golpeado por el estruendo sórdido del rayo sabe que sus ramas, hojas y tronco pasarán a ser parte de la tierra y que serán aprovechados por otros seres que lo necesitan; situación que se repite –salvando las distancias- con otras especies como los animales y el hombre mismo. Morir es vivir, tanto de cierto tiene esta frase como su contrapartida: vivir es morir. Con cada aliento, con cada soplo de aire se escapa un poco de vida, y cada día que vivimos es un día menos de vida en este planeta que nos consume poco a poco. Estamos continuamente muriendo, con cada paso que damos, con cada día que vivimos nos acercamos a la muerte lenta pero inexorablemente; somos seres que nacemos para morir y morimos para nacer.
En este constante fluir que es la vida estamos signados por la evolución que significa el trasegar por las experiencias agradables y dolorosas que la vida nos presenta como una manera de movimiento singular que empuja la humanidad hacia un más allá que con cada momento se vuelve un mas acá. Somos criaturas que avanzamos hacia una muerte segura pero que nos aterramos ante la posibilidad siquiera de pensar en ella, de atestiguar su conducta aparentemente irrepetible y adentrarnos en los campos que son su dominio. Nos creemos poseedores de la vida, pero olvidamos que la vida también incluye la muerte; nos negamos a aceptar que el lado  de la moneda llamado “cara”, lleva implícito también su contrapartida, “el sello”. ¿Te imaginas una sábana con un solo lado?, ¿Cómo se podría eliminar el envés de una hoja de papel sin destruirla? Estas cuestiones nos remiten a nuestros seres queridos, incluidos los amigos y amigas. ¿Cómo podríamos amar en ellos(as) solo la mitad buena que nos muestran? Al aceptar el perro, también se acepta la chanda, eso solían decir los abuelos que recién empezaban a entender que la vida es dual y que esa dualidad es la que construye y sostiene la existencia.
La muerte está presente siempre y a cada paso que damos. Cada noche al acostarnos y entrar en los dominios de Morfeo, estamos muriendo, por ello durante el sueño la consciencia se retira del cuerpo físico y las imágenes absurdas, ridículas o incoherentes nos parecen de lo más normal, tal como si no nos importara nada que pase una vaca volando por encima de nuestras cabezas o que un ser querido que falleció hace diez años se nos presente y nos aconseje en la resolución de un problema. Así son los sueños porque el juicio, la moralidad y los preconceptos de la mente consciente no están presentes en ese momento, por eso aceptamos todas las imágenes, situaciones y condiciones que nos presenta el benéfico sueño. Tanto en la muerte temporal (sueño cotidiano) como en la permanente, el Pensador acomoda y re-acomoda su existencia, realiza una limpieza de sus pensamientos; en informática diríamos, escanea el cerebro buscando  imágenes, recuerdos y pensamientos que ya no requiere y los re-direcciona hacia sectores más alejados. Esta misma situación se vive con el cuerpo físico pues el cerebro aprovecha y se deshace de embotellamientos de pensamientos anquilosados; el hígado, los pulmones y los riñones descargan sus agotadas existencias y, en general, todo el cuerpo se renueva mientras la consciencia permanece en la otra realidad, la única realidad, aquella que es verdadera y forma parte del Todo con el Todo. Los antiguos conocían esta verdad, así como la importancia que tiene el prepararse adecuadamente para morir, es decir, para empezar a vivir y de esta situación da buena cuenta libros sagrados como el Bardo Thodol o Libro Tibetano de los Muertos, así como gran parte de la literatura Teosófica, el Corán o la misma Biblia de los Cristianos. Basta con querer hallar las claves en los libros sagrados y leer en las estrellas para darse cuenta que la vida es única e imperecedera, permanente y ultérrima,  y que su  fruición debe ser un imperativo tanto aquí mismo como en el mal llamado “más allá”.
Para aprender de la muerte como redentora se puede empezar por analizar los sueños que se tienen cada noche, empezando con escribirlos detalladamente en un diario minutos antes de abandonar la cama, con el tiempo, esta práctica disciplina a la mente quien en adelante empieza a recordar con mayor fidelidad las incidencias de los sueños hasta llegar a ser controlados por el Pensador. Prográmese soñar cada noche delineando los sucesos que desea vivir, exíjase visualizar los sueños antes de tenerlos y, una vez en ellos, despiértese dentro de los mismos y tome el curso que desea. Dígase: ¡Esto es un sueño! Y convénzase de que lo es. Posteriormente, mire a su alrededor y verá la magnificencia de la creación pululando ante usted. La práctica hace al maestro, por lo tanto, no desfallezca ante el primer fracaso, recuerde que el trabajo con los sueños es una forma de vida y, en tal sentido, debes ser consistente con ello. Es importante decir que el dominio de los sueños es solo el comienzo de trabajos más avanzados encaminados a despertar la consciencia del Pensador para que pueda conocer la Divinidad y ser uno con Ella.
Existen razones muy poderosas para la existencia de la muerte, es más, al decir lo anterior –“existencia de la muerte”- estoy afirmando que la muerte es vida, es decir, que existe, por tanto es parte de la condición que identifica a los seres de todas las clases. Dormir es la forma temporal y continua de morir, pero hay otras muertes tales como cuando la pareja de esposos decide separarse, cuando el hijo o hija se van de nuestro lado, cuando nuestra mascota más amada se aleja o cuando damos por superado un defecto como el odio, el rencor, la mediocridad o los celos mediante el cultivo permanente y profundo de la cualidad que le es opuesta. Estas muertes, así como las otras, son solo el comienzo de algo más grande, más elevado y mejor que posibilita el ascenso del Pensador en esa escala evolutiva trazada por los Señores de la Luz. El ocaso del sol es solo la preparación para que las hermanas estrellas puedan brillar en todo su magnífico esplendor. Entonces, ante una muerte solo queda una celebración, una bienvenida grandiosa a la vida que nunca muere. Tú has sido siempre y siempre serás; tus hermanos y hermanas son eternos, por eso al partir solo debes estar atento para despedirlas con los brazos abiertos, sabiendo que permanecerán por siempre no solo en tu corazón, sino también en tu mente y tu camino. En un plan perfectamente trazado como lo es la evolución del ser no hay lugar para el dolor, la tristeza y la depresión, pues has de saber que todo, absolutamente todo –incluso la muerte- es un paso hacia adelante en la condición de eterno que identifica al ser humano. Tú has sido, tú eres y siempre serás.

Este post está dedicado a las grandes mujeres y hombres  que dieron su vida por la evolución de la humanidad, que intuyeron la grandeza del Plan Divino y no dudaron en estudiarlo, analizarlo, comprenderlo y seguirlo: Hypatia, Juana de Arco, Evita Perón. Giordano Bruno, Sócrates, Miguel Hernández (Entre tantos y tantas)

viernes, 10 de junio de 2011

DE LA IMPORTANCIA DE VIVIR EL INSTANTE PRECISO



“…De la cuna a la tumba, es una escuela; por eso lo que llamas problemas son lecciones y la vida es dinámica,  por eso está en constante movimiento,  por eso sólo debes estar atento al presente,  por eso mi madre decía: "Yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios", por eso  Jesús decía: "el mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán…". 
Facundo Cabral. No estás triste, estás distraído.
¿De qué sirve sufrir si al final todo pasa?, ¿de qué sirve amar si al final todo termina?...la vida es un continuo movimiento, cambio permanente que siempre te da revancha para que te puedas volver a parar y seguir avanzando. “está permitido que te caídas, pero no que te quedes en el suelo”. Una vez definidas las condiciones que nos hacen más humanos y mejores, es pertinente abordar el tema de vivir el momento preciso, de estar preparado para actuar cuando las herramientas pasen por nosotros, lo cual nos llevará a responder las anteriores preguntas y otras más que veremos a continuación.
Cuando me preparo, estudio y trabajo duro, entonces tengo buena suerte. Dado que la casualidad no existe, estamos abocados a responder a las presiones de las leyes naturales y en mayor o menor medida, nuestra vida se rige por la interacción entre las leyes de la vida y nuestro libre albedrio que nos lleva a  escoger o seleccionar las actuaciones que nos parecen más apropiadas. Al final, creemos que nuestro destino se rigió única y exclusivamente por nuestro accionar, y no nos damos cuenta que algunos factores externos han ejercido gran influencia en los resultados. Pero,   tal como sucede, por ejemplo, con un jugo de zanahoria, el cual sabemos que le hace bien al cuerpo físico, aunque no sepamos cómo y de qué manera el caroteno se transforma en vitamina A para ser almacenado en el hígado…así mismo sucede con la existencia: No podemos definir con claridad la forma en como las leyes divinas o superiores influyen en la construcción de nuestro destino, pero podemos dar por hecho que allí están y que sirven de faro guía en nuestros días. Un trabajo de vida consiste precisamente en comprender la naturaleza de la existencia en  este planeta, las implicaciones que tiene el haber nacido y la asimilación del objetivo de la vida como parte de nuestro destino, y para lograrlo es conveniente vivir el momento preciso, con toda la intensidad y la luminosidad que nos traen los rayos del sol.  
Y, hablando del sol, existe la creencia popular de “sacar los niños al sol después del baño para que se calienten”. Así se ha hecho durante generaciones sin que la mayoría de las madres tengan otra idea de esta situación, sin embargo la realidad es que las primeras madres sabían que los rayos del sol aportan al cuerpo físico la vitalidad necesaria para sostener la vida. El bebé se “recarga” con el Prana (Vitalidad) que absorbe el plexo solar y que emana de las manchas solares, las mismas que siguen un ciclo de once años y mantienen la vida en este planeta.  Conocer la realidad es salvarse de los engaños; no te engañes, y entonces nadie te engañará. El ser humano es responsable por comprender el mundo.
Una forma de evitar los engaños tanto de las personas como del mundo mismo,  (recuerde que en Sánscrito, al  Mundo se le conoce como Maya, es decir, la ilusión), es vivir el momento con toda la intensidad, y esto hace referencia al momento tal como se presente, es decir, no importa si se trata de momentos agradables, sino también de aquellos no tan agradables. Disfrutar y vivir los primeros suele ser más fácil que los segundos, no obstante, si aceptamos que los momentos desagradables están presentes para enseñarnos algo, para aportarnos algo que en ese instante precisamos, entonces la realidad se torna más simple, comprensible y formativa, permitiéndonos en un futuro ver los momentos no agradables como simples situaciones que se pueden resolver a nuestro favor. Desde la perspectiva intrínseca de la vida, todo lo que nos sucede ha sido generado por nosotros mismos y es la manifestación física de nuestro estado mental y emocional, por tanto y en aras de que nos lleguen solo cosas buenas, debemos sembrar ahora mismo la semilla del bien en todos los actos cotidianos de nuestra existencia,  teniendo la absoluta certeza que nada se pierde en la economía de la vida, que el buen Dios  no se queda con nada que nos pertenezca. Así de simple es la situación.
Un ejemplo didáctico acerca de cómo  transformar  una situación desfavorable en una oportunidad lo aporta una anécdota anónima que cuenta lo siguiente:
Cierto día alguien de la ciudad viajó al campo con la intensión de comprarle un caballo a un granjero y así lo hizo, sin embargo ante la imposibilidad de llevárselo ese mismo día, le pagó al granjero los mil pesos y le recomendó que al día siguiente pasaría a recogerlo. Aconteció que esa misma noche el caballo se murió, por lo tanto cuando el citadino acudió recibió la sorpresa, así como la noticia que no le podían devolver los mil pesos porque ya se los había gastado el campesino. ¡Deme el caballo muerto, dijo el citadino! ¿Qué va a hacer con él?, preguntó el campesino. –Lo voy a rifar, dijo el citadino. El caso es que después de un mes se encuentran y para sorpresa del campesino, el citadino le cuenta que hizo mil boletas y las vendió a diez pesos. Pero, ¿Nadie se quejó? Preguntó el campesino. –Sí, respondió el citadino, solamente el que se lo ganó, pero a ese le devolví su dinero.
La vida te da tantas oportunidades, que hay que hacer más esfuerzo para seguir siendo pobre y desdichado que rico y feliz, ello depende de tu actitud frente a la vida y a cada situación; pareciera que el éxito y el fracaso solo están mediados por la actitud frente a la vida y que cuando te dispongas a ser rico y feliz, eso conseguirás. Cuentan que el inventor de la bombilla eléctrica realizó cerca de un millón de ensayos antes de darse cuenta del porqué se quemaban y no funcionaban. Un buen consejo es que no te des por vencido antes de que digan “no” por un millón de veces. Siempre trata de hallar la causa que te impide ser feliz o tener éxito; lucha por realizar tus sueños, sin importar que otros no crean en ellos o en ti, porque la vida premia el esfuerzo y la actitud, no las buenas intenciones.
Cuando repasas el día que acabaste de vivir te das cuenta que cada situación de esa jornada tenía un sentido especial y se presentó exclusivamente para ti, aunque no te hayas dado cuenta en ese preciso momento. En la grandeza y la evolución de la vida cada instante está preparado para que sea vivido por cada uno de los seres que pueblan el planeta y esto incluye los reinos inferiores, así como los superiores o civilizaciones más avanzadas que la humana, siendo esto una verdad más allá de las posibles creencias y convicciones de cada persona. La zanahoria no deja de alimentarte por el hecho de que no creas en ella y el sol no deja de alumbrarte porque tú no lo mires o lo estimes en su valor intrínseco.
La vida se hace siempre de momentos, de cosas que no  sueles valorar, y al final del camino te das cuenta que esos momentos son precisamente los que le dan sentido a la vida misma pues ella está constituida de esos instantes, es la suma de ellos. No tenemos más que el preciso instante que ahora está en nuestras manos, el pasado ya se escapó  y el futuro aun no llega. Tome el instante preciso y vívalo a conciencia ya mismo. Si estas en la universidad con tus amigos estudiando algún concepto como la cuadratura del círculo, realizando una evaluación o discutiendo de política; si estas en casa con tus familiares disfrutando de una película o si estas en el trabajo con la intención de solucionar un problema de logística en tu empresa….ten en cuenta siempre que solo eres dueño de ese instante, de ese preciso momento que marca tu existencia y que se ira para no volver jamás. Si te perdiste el instante del nacimiento de tu hijo o el momento en que salió hoy el sol, no tendrás nunca jamás otra oportunidad para hacerlo. No esperes llegar a casa para ser feliz, o ser jefe para sentirte realizado, no esperes el mañana para poder ser, hacer, creer o pensar,  pues es posible, de hecho es muy posible, que el mañana no llegue nunca, porque ya está aquí.

PD: Este post está dedicado.... a MI. 

jueves, 12 de mayo de 2011

DE LO DIVINO Y LO HUMANO



Dios no manda cosas imposibles, sino que, al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas.
San Agustín

“Al principio era la Luz, y ella tenía por propósito el “dar”, su máxima condición era dar pero no tenía a quien darle todo aquello que poseía, por tanto, creó la Vasija para que recibiera. La Vasija tenía por condición el recibir, y recibía todo aquello que la Luz le daba, sin embargo, un día la Vasija adoptó la condición de la Luz y, entonces, decidió también dar, negándose a recibir más Luz[1].”
Existe unas condiciones que identifican a un ser como divino y otras que lo identifican como humano, pero en algunos casos estas condiciones se mezclan impidiendo reconocer los delgados limites que las separan pero también la conexión que existe entrambas y el puente que las puede y debe unir. En las siguientes líneas intentaremos reconocer estas condiciones, identificarlas como componentes de los seres humanos y trazar ese puente entre ellas de modo que permita vislumbrar el propósito de la vida en este planeta y las implicaciones que tiene para el Pensador  seguir un camino de perfección conducente a alcanzar la divinidad. 
La condición Divina es dar, en tanto que la humana es recibir, pero la humanidad un día decidió empezar a dar, pues se encontraba llena de la Luz que recibía y, al cambiar su condición de receptor a dador, trasformó toda su existencia pasada, presente y futura.  Con esta trasformación vino la libertad de elegir el camino, las herramientas y ritmo de camino de cada uno, pero no se modificó la meta general. La leyenda de Cástor y Pólux, hermanos gemelos, es una explicación de este fenómeno de la humanidad en la divinidad y viceversa, pues a Pólux se le considera inmortal o divino, en tanto que a su hermano se le atribuyen condiciones netamente humanas, es decir, mortales. Estos gemelos eran pendencieros y guerreros por naturaleza, denotando el sino trágico que tiene toda batalla y la eterna lucha entre pares de opuestos: el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el espíritu y la materia, el yin y el yang, etc., combate en el que deben ganar alternativamente uno y otro. El triunfo de la luz es vencer la oscuridad, pero ésta a su vez, también triunfa cuando llega la noche, en tanto que la materia triunfa cuando el espíritu reencarna y, éste a su vez, vence cuando retorna a su plano causal.
El objetivo del Pensador es dominar la materia y luego abandonarla para retornar a su lugar de origen, esto es, tomar consciencia de su condición divina e iniciar el camino de regreso al plano donde pertenece, sin embargo, el acceso al camino trazado por la Luz hace parte de los deberes que tiene la condición humana, tal como alimentarse, bañarse, cuidarse, etc.; y al tratarse de un deber colectivo cualquier avance en un individuo es aprovechado por el total de la humanidad, situación actualmente investigada por autores como Sheldrake quien lo denomina campo mórfico o morfogenético,  William Mac Dougall quien inició sus estudios en los años 20 en ratas de laboratorio y  Solëika Llop que avanzó los tratados sobre estos Campos Mórficos[2].
Un mejoramiento sensible a su propio ser, mejora sensiblemente el universo pues dicho aprendizaje queda disponible para el conjunto de la humanidad. A modo de ejemplo didáctico se puede citar el caso siguiente: si se tiene un tanque lleno de agua limpia y de él se extrae un vaso lleno de agua al cual se le aplica una gota de tinta azul y luego se retorna el agua del vaso al tanque inicial, toda el agua del tanque queda impregnada en mayor o menor grado de tinta azul. Cada vaso nuevo que se extraiga del tanque contendrá un poco de tinta.

Esta es una forma simple de ver algo que en esencia es más complejo pero que explica  como la humanidad entera se aprovecha del aprendizaje de un individuo desde la base de la consciencia colectiva de Durkheim[3].
De las líneas anteriores se puede inferir que lo que hace humano al Pensador es su misma condición potencial de lo Divino, es decir, que la diferencia entre un ser inanimado o  alguien de otra especie diferente a la humana y el Pensador es, precisamente, el potencial de divinidad que existe en su propio ser o, dicho de otra manera, la decisión de asumir la condición de la Luz, es decir, la de dar. Pero, ¿Por qué querría la Vasija empezar a dar?, es decir, ¿Por qué el deseo de subir a la cima por un camino empedrado, angosto y lleno de obstáculos? La respuesta se encuentra presente en todas las cosmogonías y se traduce en el deseo de dar, de iluminar el camino de quienes están conscientes de su condición divina.
El ser humano o el Pensador inicia su ascenso cuando toma consciencia de su potencial divino, cuando se da cuenta que él tiene luz para iluminar el camino y, en consecuencia, busca a otro ser para entregarle dicha luz; de otro modo  no puede expresar su condición divina. Se podría pensar erróneamente que el ser consciente, llamémoslo despierto puede tomar su porción de luz y entregarse a su conservación y contemplación en soledad, sin cumplir la misión que él mismo se ha impuesto, pero no sucede así. Cuando el alquimista lograba obtener la fórmula para trasmutar los metales baratos en oro, él mismo ya era oro, por tanto no utilizaba sus conocimientos para mejorar su misma condición, ya que en ese instante, él mismo era su mas elevada y mejor condición. Igual situación se tiene con la Luz y el Pensador: al ser consciente de la luz, él mismo se transforma en ella y por tanto puede y siente la imperiosa necesidad de iluminar, pues la condición inherente a la luz es iluminar.
¿Qué hace divino a lo divino?... La necesidad de dar, de iluminar, de ayudar. Y, ¿Qué hace humano a lo humano?... La necesidad de recibir, de mejorar, de evolucionar. Ahora bien, el puente que se puede tender entrambos es un juego de palabras que mezcla las dos condiciones y que se traduce en la reciprocidad en tanto una se vislumbre en la otra y viceversa. No hay otra forma ni otra posibilidad. Lo humano precisa de lo divino y, a su vez, lo divino necesita de lo humano para expresarse y es por ello que invitó al Pensador a ser uno con la Divinidad, a reinar juntos en la plena consciencia. 
Así, lo Divino trazó un puente para que lo Humano pueda alcanzar la condición divina, sin embargo y dado que lo humano fue quien decidió por su libre albedrio rechazar la Luz y empezar a dar, le corresponde ascender por sus propios medios y méritos  el camino trazado  y con las herramientas que paso a paso vaya construyendo para ayudarse a subir la cima prometida. Cada ser a su debido tiempo irá coronando su propia montaña y empezará a derramar la luz iniciática sobre aquellos que van penosamente subiendo y, sobre todo, en aquellos que aún no se dan por enterados del objetivo de su propia existencia.



[1][1] Rav. P. S. Berg. Astrología Kabbalistica. The Kabbalah Centre.
[2] Al respecto, se sugiere consultar el blog en internet: http://abriendoconciencia.blogspot.com/2008/08/los-campos-mrficos.html. Mayo 10 de 2011.
[3] Según Émile Durkheim: El conjunto de creencias y sentimientos comunes al término medio de los miembros de una misma sociedad, forma un sistema determinado que tiene vida propia y que podemos llamarlo conciencia colectiva o común. Es, pues, algo completamente distinto a las conciencias particulares aunque sólo se realice en los individuos.


Este post está dedicado colectivamente a Eva, Prometeo, McMurphy, Don Quijote, Eduardo y  a tantos otros que sin temor desafiaron a los Dioses. Con añoranza, respeto y esperanza. 

lunes, 25 de abril de 2011

UNA GUERRA PASO POR ESTA TIERRA



“Una guerra pasó por esta tierra como una maldición, dejando atrás su olor a muerte y destrucción…ahora vivo a costa de un millón de cuerpos, un millón de sombras, un millón de sueños…” Pareciera que esta realidad que cantara con honor, con orgullo y con indignación Evangelina Sobredo Galanes (Cecilia) en estas dos canciones, hace más de 30 años, cobrara vigencia en nuestro país. Cuantos muertos, cuanta hambre y cuanta miseria tenemos que soportar antes de que salga el sol e ilumine el camino de los desamparados, de quienes tienen que acostarse solo con un pan y un café al terminar la noche. Unos miserables  e indignos (que en algunos países también se llaman políticos), continúan ensuciando la cama donde duermen, el aire que respiramos y las consciencias de sus pueblos; tirando bombas y disparando en contra de su propio pueblo, asesinando la esperanza y matando la ilusión… como cantaba Bob Dylan: 
Cuánto tiempo deben las bolas de cañón volar,
antes de estar prohibidas para siempre?
¿Cuántas veces debe un hombre mejorar,
antes de que pueda ver el cielo?
¿Cuántos años debe un hombre tener,
antes de que pueda escuchar a la gente llorar?
¿Cuántas muertes cometerá hasta que sepa
que mucha gente ha muerto?... La respuesta, amigo mío, está en el viento
la respuesta está soplando en el viento.

No bastan tantos y tantos ejemplos de pueblos que vivieron la misma miseria que nosotros para que estos señores de la guerra tomen consciencia que no se puede seguir matando a la gente con sus armas, con sus comidas chatarra y sus tristes espectáculos de televisión. La ignorancia es una forma pasiva del mal, comentaba Facundo Cabral, y la ignorancia es tan culpable como el miedo, por lo tanto los ignorantes también son culpables como los señores de la guerra que no respetan la vida de los niños y niñas, de las mujeres y de los hombres de honor. Dice Amaral:

Nadie puede guardar toda el agua del mar,
en un vaso de cristal,
cuantas gotas tienes que dejar caer
hasta ver la marea crecer,
cuantas veces te ha hecho sonreír
esta no es manera de vivir,
cuantas lágrimas puedes guardar
en tu vaso de cristal
“…si tienes miedo
si estas sufriendo,
tienes que gritar y salir
salir corriendo…”


Hasta cuándo tendremos que aguantar que en mi país los funcionarios públicos se roben el presupuesto público,  que los políticos corruptos no vayan a la cárcel porque tienen “buenos” abogados que conocen las rendijas que los congresistas corruptos  dejaron en las leyes mal diseñadas para luego hacerlos parecer como héroes nacionales. No le bastan las buenas intenciones a la vida, que es como es, no como nos gustaría que fuera. Si deseas hacer algo por este país, por esta tierra y por esta gente, deberás hacerlo ahora mismo, pues hace falta que corras todo lo que puedas para seguir donde estas, si deseas ir a otra parte, tendrás que hacerlo  con doble rapidez y de manera inteligente, porque al paso como van las cosas, pronto tendremos que salir a la calle con un abogado, pareciera que vivir fuera una secuencia de pleitos.
La decisión tiene que ser tomar consciencia ahora mismo de que cumplimos un papel en este planeta, en este universo; que somos responsables por hacer de este, un mundo mejor; mejor para nuestros hijos, mejor para nuestros animales y nuestras plantas. Está permitido que te caigas, pero no que te quedes en el suelo; levántate y anda, yo te acompaño como te acompañaran todos lo que se animan. Y es que, lo decía mi Cecilia:


“Esta tierra la hicieron a golpes de martillo 
Y abrieron sus entrañas con pala y pico 
Para arrancarle el trigo nuevo en otoño 
Para beber su vino viejo a sorbos
Y yo, que no tengo patria ni bandera 
Me moriré de pena si muere esta tierra.
Esta tierra la hicieron con llantos y suspiros, 
Curtió su piel el viento.
Igual que un viejo amigo 
Pasó dejando huellas y despedidas 
Un olor a muerte y otro a vida
Y yo, que no tengo patria ni bandera 
Me moriré de pena si muere esta tierra.
Esta tierra la hicieron hombres de una raza 
Que amordazan su pena antes de que nazca 
Duros como la piedra, muda y eterna 
Que guardan su amargura para beberla”


O… ¿será que estas líneas solo se aplican a países y gentes de otras latitudes?, ¿Qué le sucede a mi gente, a mi país?, que se encuentra dormido con al agua al cuello, a punto de morir ahogados pero sin darse cuenta…¡¡¡Hasta cuando!!!


¡Cuánta tumba!, Ya no hay tierra
Para cavar en ella,
Para dejar sin nombre tanto hombre.
¡Cuántos nombres en la historia
Son dueños de las glorias...
¿Cuántos hombres cuestan las victorias...?
¡Cuánta sangre se ha perdido!
¡Cuánto honor herido!
¡En estas guerras crueles sin laureles!
¡Cuánta hambre se ha pasado!
Hambre por cada lado,
Hambre de paz, hambre de hombre honrado.
¡Cuántas lágrimas lloradas!
Para lavar las llagas
Para olvidar los muertos con el tiempo.
¡Cuántos ojos, cuántas caras!
¡Cuántas vidas cortadas!
¡Cuántas ilusiones enterradas!
Hoy comprendo las luchas de aquellos que adelantaron a su tiempo, pagaron el precio más caro por contar la verdad: La Vida. Y me pregunto ¿dónde se fueron?, ¿Quién será el sagrado cuervo que dará un impulso nuevo que nos lleve hacia aquel alto viento de libertad?... ¿Cuándo te darás cuenta del engaño y con grandeza y honor, te levantaras y asumirás tu condición divina de hombre o mujer del Universo? 

Dedicación: Para la Princesa Cecilia, con el corazón en la mano y el alma ensangrentada; la mirada fija en la tierra ensombrecida por el odio, la tristeza y la soberbia; con la mente turbia por la situación y la esperanza sola en la caja de Pandora. 
Con cariño, a Gaviota de Luna, allá  muy cerca del mar, un abrazo, mi Yoly... YR

viernes, 28 de enero de 2011

DE LA VOLUNTAD RECTORA DE LA VIDA




"La libertad del entendimiento consiste en ser esclavo de la verdad y la libertad de la voluntad en ser esclavo de la virtud."
Jaime Luciano
Si le pudiéramos preguntar a un cadáver tirado en el piso por su deseo más ferviente, sin duda diría: ¡Volver a la vida!. Aun el ser más triste y miserable siente nostalgia por una vida, por una oportunidad de hacer las cosas diferentes y de volver a empezar; y es que en el fondo, el alma es la que está dispuesta a reacomodar la existencia porque es ella la que conoce las circunstancias que llevaron a su renacimiento en el planeta; ella está constantemente buscando la manera de acelerar el crecimiento personal y aportar a la evolución del Pensador a quien pertenece, por eso es que se hace necesario que estemos atentos a escuchar la voz interior, aquella que desde el fondo del alma reclama atención. Debemos estar despiertos, es decir, conscientes y atentos a los cambios para aprovechar las energías que se cruzan por nuestro camino, de lo contrario la evolución se retrasará innecesariamente. A continuación hablaremos un poco acerca de las circunstancias que llevan al Pensador a tomar consciencia de su existencia, de la forma en cómo se puede aprovechar las energías y de las consecuencias de estar despierto, es decir, de existir.
Situando la Voluntad en la cúspide de la Triada Superior (Voluntad – Intuición – Mente Pura), es de notar su correspondencia con la Kabalah en relación con Keter (La Corona) y, como toda corona que se respete, está ubicada sobre la Cabeza, pero no es la cabeza misma, ni corresponde con su esencia. La Voluntad rige y manda sobre todos los demás aspectos que se encuentran por debajo de ella, es decir, tiene injerencia sobre la intuición, la mente pura, la mente concreta, el deseo, la vitalidad y el cuerpo físico, sin ser ninguno de ellos. Lo anterior supone una complejidad de tareas y fines relacionados con la Voluntad, pero ante todo, da a entender que el Pensador posee en ella un arma increíblemente fuerte e importante en todo el proceso de evolución (léase Salvación en términos religiosos). La Voluntad tiene la capacidad de regir los cinco sentidos, de mandar sobre ellos y elegir el grado de atención que se prestará a las percepciones, sensaciones o sentimientos que la personalidad muestre. Ella puede dirigir las energías necesarias para atender los procesos vitales tanto del cuerpo físico como del deseo y de la mente, es, por tanto, una especie de decantadora de la acción, pero no es la acción misma, pues esta cualidad de movimiento corresponde a la Sabiduría, así como la condición de Actividad imprime el ritmo a la materia.
De hecho, la Voluntad per se, es quietud, inercia (Tamas); es el Padre amoroso que precisa del Hijo para que actúe mediante el Espíritu Santo,  y transforme la materia, la moldee y la haga evolucionar. Se corresponde con el Primer Logos o  Punto indivisible de la Kabalah, por tanto, crea pero no da movimiento ni ritmo al desplazamiento. El conocimiento y la aceptación de la existencia de la Voluntad, primer paso en la toma de consciencia por parte del ser, le permite encontrar en él la semilla o chispa divina que le dice que, de algún modo y en algún lugar, se es parte de Algo más grande y eterno, de un TODO que lo llena e interpenetra todo, aun cuando no lo pueda dilucidar en ese momento. Tomar consciencia significa que el Pensador intuye que la existencia tiene un objetivo y se rige por un Plan perfectamente trazado desde lo más recóndito del universo. La repetición de las estaciones, la continuidad de la vida a pesar de la muerte, la respiración, la salida y puesta del sol, la complementariedad entre especies y seres, la trascendencia de los pensamientos y la inmensidad del universo hacen que el Pensador tome consciencia de sus limitaciones y, por ende, de sus potencialidades casi infinitas; es decir, hace que despierte y empiece realmente a vivir. Quizás este sea el objetivo de esta existencia para la mayoría de personas: despertar, empezar a existir, tomar consciencia de su condición divina y su potencial que lo llevará a ser uno con el Creador.
En relación con las circunstancias que llevan al Pensador a tomar consciencia de su existencia real y potencial, se pueden nombrar varias; entre ellas tenemos el dolor como vehículo de consciencia que permite asimilar experiencias y aprovechar sus enseñanzas en beneficio del ser mismo, son numerosos los casos de personas que después de un grave accidente automovilístico toman consciencia de su esencia y de su Creador y a partir de allí, sus vidas se encaminan por sendas insospechadas de gratitud y beneficio hacia la humanidad; el ejemplo ajeno aplicado a su propio desarrollo es otra forma de tomar consciencia, si bien es cierto que precisa algún grado de comparación y apropiación de dichas experiencias ajenas; y, finalmente la enseñanza directa por parte de los Grandes Maestros Iniciados en los misterios eternos, conocimiento que se halla disperso incluso en libros y escuelas de orden esotérico alrededor del mundo. Son muchas las circunstancias y situaciones que llevan al Pensador a tomar consciencia de su propia existencia, esto dependerá de muchos factores tales como los hereditarios, el aprovechamiento de vidas anteriores, la familia y el país en donde se ha nacido, el círculo de amigos y conocidos con el que se rodee la persona, etc., no obstante hay algo seguro: un día no lejano, todos y cada uno de los seres vivientes llegan a tener consciencia despierta, pues el llamado eterno del alma suele imponerse por encima de los gustos pasajeros de la personalidad.
Llegados a este punto no podemos menos que sentirnos congraciados con la existencia al notar la cantidad de sucesos que debieron darse de manera continua y a veces simultánea, para que fuésemos ese ser que ahora somos. No existe la casualidad, solo la causalidad; nada sucede en la vida por accidente, lo que acontece es que no conocemos las causas que motivaron tal o cual suceso y en tal sentido, lo atribuimos erróneamente a una “casualidad del destino”, sin darnos cuenta que en el universo concebido en la mente del Creador, todo opera de acuerdo con unas leyes perfectamente establecidas, pudiéndose notar entre ellas las siguientes:
  • Como es arriba, es abajo.
  • Toda acción, genera una reacción.
  • La realidad es mental.
  • La causa de la vida es el movimiento.
  • El sufrimiento tiene causa en la dualidad.
Estas son solo algunas manifestaciones externas de lo que puede ser esa gran Ley que todo lo rige y que algún día comprenderemos en su totalidad. Estamos llamados a comprenderlas y usarlas en nuestro beneficio y en provecho de toda la humanidad, pues un avance significativo en una persona, significa un gran adelanto para la humanidad en su conjunto, esto aplicando una de las leyes anteriormente mencionadas. Por el contrario, nadie tiene derecho a la ignorancia y por eso lo pagará caro,  y lamentablemente ensombrecerá el camino de todos, porque la humanidad es un conjunto perfectamente interrelacionado y conectado entre sí. Pero, hablemos un poco de las formas de aprovechar estas leyes y energías a favor nuestro. Este proceso pasa por el fortalecimiento de la Voluntad, es decir, de la toma de consciencia, tema que fue abordado en pasadas conferencias y que sugiero repasar. Al comprender que todo está interconectado, el Pensador comienza a actuar desde esa convicción, es decir, se pone de lado de la evolución misma con lo cual el mundo todo se esfuerza en ayudarlo, pues la naturaleza posee su particular raciocinio para detectar aquellos potenciales e incansables trabajadores que pretenden ayudarle. El Pensador comprende que si pone en marcha una acción, cualquiera que sea el sentido de la misma, como la maledicencia por ejemplo, más tarde o más temprano obtendrá la reacción de la misma con una fuerza e intensidad proporcional a la acción misma; igual situación se tiene frente a una acción de ayuda eficaz hacia alguien o algo.  Lo anterior ejemplifica la importancia de tomar consciencia del poder del pensamiento pues el mundo real es mental y nunca me cansaré de divulgar esta realidad pues gran parte del sufrimiento del mundo está relacionado con el pensamiento negativo que encierra el conjunto de la humanidad. Es necesario, pues, sanar por dentro si se desea que el mundo sane. Concientícese de que el sol es quien le aporta vitalidad a su ser; salga al sol, mírelo y siéntalo como parte de su existencia; abrace al árbol, siéntalo vibrando y trabajando en su ayuda; ayude al perro que mueve su cola saludándolo, observe en él la chispa de la creación divina y mire cómo los seres necesitados están en todas partes esperando su ayuda. No te arrepentirás de haberlo hecho y en cambio, nunca te perdonaras el omitirlo. 
A modo de ejemplo acerca del principio del movimiento podríamos decir que un lago que no recibe agua constantemente del medio ambiente termina por deteriorarse, sus aguas se descomponen y se seca. Es necesario para la vida que todo fluya, que exista un movimiento continuo desde y hacia algo, pues las energías deben circular constantemente para que haya creación; la muerte como tal no es más que una creación disimulada pues lo eterno no tiene fin, como tampoco tuvo comienzo. La Física ha entendido esto y por eso dice: La energía no se pierde, se transforma. Todos somos energía y por eso debemos estar en movimiento constante. Todos tenemos el deber de instruirnos y de instruir a los demás desde nuestras propias posibilidades, no hay otra manera de avanzar en el camino de la evolución. Finalmente, analicemos de manera breve las consecuencias de estar despierto, es decir, de existir, de haber puesto en marcha el ejercicio de la voluntad en nosotros mismos. Despertarse significa, como cuando lo hacemos cada mañana, ser consciente del medio en que nos movemos y del papel que se juega en la existencia misma; es responder a la antigua pregunta: “Quien soy”, y decidirse a salir a la calle con las mejores galas y dispuesto a crecer ese día, a vivirlo como si fuera el ultimo día sobre este planeta; sin temores, sin dudas; dispuesto a vivir y estar presente en cada instante de ese día. Disfrute al máximo cada cosa que sucede y se cruza por su camino: un ave volando, un niño lentamente caminando, el café de la mañana, la lluvia que cae y renueva la tierra, las personas de todos los colores y razas con sus formas distintas de ser y de actuar, la puesta del sol de cada día y la salida del astro por el oriente…no se pierda de ningún suceso de su propio día. Así se dará cuenta que usted existe y que existen muchos muertos vivos que andan por las calles pero que perdieron la posibilidad de vivir hace algún tiempo. Las consecuencias de estar vivo son muchas y de este tipo, entonces no se quede dormido y quieto, la vida tiene como causa el movimiento, ¡muévase ahora mismo!, oblíguese a sentir y a vivir, porque la vida es ahora mismo.

Este post está dedicado al Lic. Carlos Alberto Hidalgo Jaimes, amigo, filosofo, historiador, buscador de Dios, generoso y feliz con la vida que le tocó vivir. Un ser que ha demostrado su gran voluntad hacia el mundo y sus semejantes. Sin duda, un personaje de la otra orilla.