Traductor/Translate

lunes, 25 de abril de 2011

UNA GUERRA PASO POR ESTA TIERRA



“Una guerra pasó por esta tierra como una maldición, dejando atrás su olor a muerte y destrucción…ahora vivo a costa de un millón de cuerpos, un millón de sombras, un millón de sueños…” Pareciera que esta realidad que cantara con honor, con orgullo y con indignación Evangelina Sobredo Galanes (Cecilia) en estas dos canciones, hace más de 30 años, cobrara vigencia en nuestro país. Cuantos muertos, cuanta hambre y cuanta miseria tenemos que soportar antes de que salga el sol e ilumine el camino de los desamparados, de quienes tienen que acostarse solo con un pan y un café al terminar la noche. Unos miserables  e indignos (que en algunos países también se llaman políticos), continúan ensuciando la cama donde duermen, el aire que respiramos y las consciencias de sus pueblos; tirando bombas y disparando en contra de su propio pueblo, asesinando la esperanza y matando la ilusión… como cantaba Bob Dylan: 
Cuánto tiempo deben las bolas de cañón volar,
antes de estar prohibidas para siempre?
¿Cuántas veces debe un hombre mejorar,
antes de que pueda ver el cielo?
¿Cuántos años debe un hombre tener,
antes de que pueda escuchar a la gente llorar?
¿Cuántas muertes cometerá hasta que sepa
que mucha gente ha muerto?... La respuesta, amigo mío, está en el viento
la respuesta está soplando en el viento.

No bastan tantos y tantos ejemplos de pueblos que vivieron la misma miseria que nosotros para que estos señores de la guerra tomen consciencia que no se puede seguir matando a la gente con sus armas, con sus comidas chatarra y sus tristes espectáculos de televisión. La ignorancia es una forma pasiva del mal, comentaba Facundo Cabral, y la ignorancia es tan culpable como el miedo, por lo tanto los ignorantes también son culpables como los señores de la guerra que no respetan la vida de los niños y niñas, de las mujeres y de los hombres de honor. Dice Amaral:

Nadie puede guardar toda el agua del mar,
en un vaso de cristal,
cuantas gotas tienes que dejar caer
hasta ver la marea crecer,
cuantas veces te ha hecho sonreír
esta no es manera de vivir,
cuantas lágrimas puedes guardar
en tu vaso de cristal
“…si tienes miedo
si estas sufriendo,
tienes que gritar y salir
salir corriendo…”


Hasta cuándo tendremos que aguantar que en mi país los funcionarios públicos se roben el presupuesto público,  que los políticos corruptos no vayan a la cárcel porque tienen “buenos” abogados que conocen las rendijas que los congresistas corruptos  dejaron en las leyes mal diseñadas para luego hacerlos parecer como héroes nacionales. No le bastan las buenas intenciones a la vida, que es como es, no como nos gustaría que fuera. Si deseas hacer algo por este país, por esta tierra y por esta gente, deberás hacerlo ahora mismo, pues hace falta que corras todo lo que puedas para seguir donde estas, si deseas ir a otra parte, tendrás que hacerlo  con doble rapidez y de manera inteligente, porque al paso como van las cosas, pronto tendremos que salir a la calle con un abogado, pareciera que vivir fuera una secuencia de pleitos.
La decisión tiene que ser tomar consciencia ahora mismo de que cumplimos un papel en este planeta, en este universo; que somos responsables por hacer de este, un mundo mejor; mejor para nuestros hijos, mejor para nuestros animales y nuestras plantas. Está permitido que te caigas, pero no que te quedes en el suelo; levántate y anda, yo te acompaño como te acompañaran todos lo que se animan. Y es que, lo decía mi Cecilia:


“Esta tierra la hicieron a golpes de martillo 
Y abrieron sus entrañas con pala y pico 
Para arrancarle el trigo nuevo en otoño 
Para beber su vino viejo a sorbos
Y yo, que no tengo patria ni bandera 
Me moriré de pena si muere esta tierra.
Esta tierra la hicieron con llantos y suspiros, 
Curtió su piel el viento.
Igual que un viejo amigo 
Pasó dejando huellas y despedidas 
Un olor a muerte y otro a vida
Y yo, que no tengo patria ni bandera 
Me moriré de pena si muere esta tierra.
Esta tierra la hicieron hombres de una raza 
Que amordazan su pena antes de que nazca 
Duros como la piedra, muda y eterna 
Que guardan su amargura para beberla”


O… ¿será que estas líneas solo se aplican a países y gentes de otras latitudes?, ¿Qué le sucede a mi gente, a mi país?, que se encuentra dormido con al agua al cuello, a punto de morir ahogados pero sin darse cuenta…¡¡¡Hasta cuando!!!


¡Cuánta tumba!, Ya no hay tierra
Para cavar en ella,
Para dejar sin nombre tanto hombre.
¡Cuántos nombres en la historia
Son dueños de las glorias...
¿Cuántos hombres cuestan las victorias...?
¡Cuánta sangre se ha perdido!
¡Cuánto honor herido!
¡En estas guerras crueles sin laureles!
¡Cuánta hambre se ha pasado!
Hambre por cada lado,
Hambre de paz, hambre de hombre honrado.
¡Cuántas lágrimas lloradas!
Para lavar las llagas
Para olvidar los muertos con el tiempo.
¡Cuántos ojos, cuántas caras!
¡Cuántas vidas cortadas!
¡Cuántas ilusiones enterradas!
Hoy comprendo las luchas de aquellos que adelantaron a su tiempo, pagaron el precio más caro por contar la verdad: La Vida. Y me pregunto ¿dónde se fueron?, ¿Quién será el sagrado cuervo que dará un impulso nuevo que nos lleve hacia aquel alto viento de libertad?... ¿Cuándo te darás cuenta del engaño y con grandeza y honor, te levantaras y asumirás tu condición divina de hombre o mujer del Universo? 

Dedicación: Para la Princesa Cecilia, con el corazón en la mano y el alma ensangrentada; la mirada fija en la tierra ensombrecida por el odio, la tristeza y la soberbia; con la mente turbia por la situación y la esperanza sola en la caja de Pandora. 
Con cariño, a Gaviota de Luna, allá  muy cerca del mar, un abrazo, mi Yoly... YR