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martes, 7 de diciembre de 2010

DE LA INTUICIÓN Y OTROS SENTIDOS


"El genio tiene que estar siempre en lucha entre las fuertes intuiciones que siente dentro como un volcán y la limitación de sus medios de expresión. Es una lucha interior. El resultado siempre es doloroso y por eso la música no puede ser nunca alegre"
Rudyard Kipling

El acceso a la realidad y la posibilidad de conocer y, por ende, de saber, está relacionada con el uso, desarrollo y optimización de las herramientas que tiene el Pensador a su disposición para que cumpla con la misión que ha venido a desarrollar. En tal sentido, se espera que el individuo utilice y maximice el uso los cinco sentidos de modo que beneficie al conjunto de la humanidad y de paso, mejore su propia condición individual, pero la posibilidad de ayudar a los demás está sujeta al mejoramiento interno que cada uno pueda hacer, es decir, los cambios tendientes a la evolución del ser dependen del avance de cada uno. Ahora mismo, la humanidad precisa hacer un alto en el camino que le permita comprender tanto el devenir como el porvenir, permitiéndole retomar la senda sobre la cual debe caminar en busca de la felicidad y, por ende, de la eternidad. Es imperativo redescubrir el objetivo de la existencia individual y colectiva y esa es la motivación de este post.
Los cinco sentidos actuales, esto es: Vista, Tacto, Oído, Gusto y Olfato no son mas que herramientas de trabajo que están a disposición de cada individuo para que se aproveche de su uso y continúe adelantado su campaña en su propio campo de batalla o Kurutshetra, tal como lo acordó con los Seres de Luz antes de renacer. Pero las personas, mayoritariamente no se dan cuenta de la existencia de estos sentidos y no conciben cual es la forma correcta de usarlos en beneficio común, pues no han sido instruidos en medio de una sociedad que pugna por su olvido en medio de la necesidad de mantener un statu                 quo que beneficia a la minoría que ostenta el poder.

Los sentidos se han desarrollado a través de miles de años de historia y cada uno fue apareciendo de acuerdo con el grado de evolución del ser, por tanto, ellos son producto de la evolución y no de casualidad, lo cual refiere la importancia de prestar mayor atención a su evolución. El  uso consciente de un sentido permite su optimización y es por ello que las personas más evolucionadas o que han aprovechado más a fondo las existencias para mejorar su condición de humanos, tienen gustos y tendencias más refinadas en casi todo, sea esto, comida, bebida, vestido, lenguaje, etc., en tanto que aquellos que apenas empiezan en este sendero se los suele ver atiborrándose de comida cada vez, vestidos sin mayor preocupación por la estética y la limpieza, abandonados a modales y vocabulario inadecuado o impropio de una ser que es Luz, que es Vida y que es Divino en todo sentido. Es un deber ineludible el de mantener la ecuanimidad, luchar por la equidad y conservarse en la senda de crecimiento personal y espiritual, pero este deber se encuentra opacado por el imperativo tecnológico o consumista que la sociedad del conocimiento nos ha aportado. Pareciera que levantarse, acudir al trabajo, comprar, ver la televisión y sufrir el futbol llena el contexto de la existencia humana, con lo cual se deja de lado todo lo verdaderamente importante que siempre estará más allá de los cinco sentidos actualmente desarrollados (incluso, aun NO completamente desarrollados en la mayoría de los seres humanos).

Pero una mañana, el Pensador se levanta de su silla de postración a que lo ha llevado su vida de limitaciones y aceptaciones impropias y que corresponde al  cuerpo físico, y decide gallardamente encarar toda su existencia en conjunto. Rompe las cadenas que lo atan a la montaña Kazbeck, se libera de las sobras de la Caverna y salta las murallas que le impedían ver todo el conjunto de la evolución y, airoso y deslumbrante, empieza a caminar por la senda correcta, con el sentido de dirección adecuado y el ritmo de marcha propio a su mismo desarrollo; en ese momento, la vida se torna clara, atractiva, resplandeciente y llena de oportunidades para servir al otro, a la vida misma y al Plan Divino, trazado hace milenios por los Señores de la Llama.  Una vez despierta la sed de evolución solamente puede ser calmada con la ingesta de la bebida Divina que alivia el alma inmortal; una vez hollada la senda con el primer paso, nada hay que pueda dar paz al recién llegado que no sea lo eterno y lo divino; la luz que se enciende con esta primera entrada  permanece viva hasta el fin de los tiempos cuando se culmine el Pralaya actual y el universo entre en el estado de reposo que da por culminada la Gran Obra del Manu.
Tan grande es la existencia y tan opulenta es la potencialidad del ser, que es absolutamente innecesario preocuparse por pequeñeces locales o familiares cuando el mundo exige del ser humano una preocupación real por el conjunto y no por sus partes. La dedicación extrema a una persona, a un ídolo, a una familia o a una nación, hace perder el conjunto en el cual se inscribe, por tanto, el Pensador debe tratar de hacer su trabajo de manera correcta y digna, promulgando las virtudes pero sin callar las verdades (F: Cabral), pero sin olvidar que su obra hace parte de una Obra Mayor a la cual está sirviendo.

Ahora el Pensador cuenta con sus cinco sentidos más o menos desarrollados, pero empieza a despertar la intuición como sexto sentido, la misma que en poco tiempo estará al servicio de todos los seres humanos. La Gran Obra está tan perfectamente concebida que nadie escapa a su influencia y ningún esfuerzo se pierde en la economía de la vida; asi las cosas, el desarrollo de las herramientas de evolución deben llegar a todos en el momento apropiado, teniendo en cuenta que nada es gratis en la existencia y que las buenas intenciones no le bastan al universo, es decir que no es suficiente con pensar y desear correctamente, hace falta un esfuerzo significativo en la acción que modifique sustancialmente el plano donde se actúa. Estando confinados al plano físico o denso y actuando en el cuerpo físico, es necesario realizar el trabajo físico pertinente de modo que la existencia de la persona esté en armonía con las necesidades del universo. Esto supone el auxilio de dos herramientas más, una de las cuales corresponde a la intuición como sentido y la otra al discernimiento como capacidad del individuo.

La intuición (actualmente más desarrollada por el género femenino) está relacionada con la actividad cerebral, particularmente en el hemisferio derecho, el mismo que es considerado como el receptor e identificador  de orientación espacial, responsable de la percepción  del mundo en términos de color, forma y lugar. Dado que el hemisferio derecho del cerebro es, además, quien nos permite situarnos y orientarnos, es decir, permite identificar en qué lugar nos encontramos con solo mirar los edificios adyacentes, así como  identificar  un rostro conocido (aunque la adjudicación del nombre a quien pertenece el rostro es tarea del hemisferio izquierdo), las funciones de la intuición están también relacionadas con dichas actividades. El hemisferio derecho no utiliza mecanismos convencionales, como el hemisferio izquierdo,  para el análisis de los pensamientos, pues es integrador y centro de facultades viso-espaciales no verbales, especializado en sensaciones, sentimientos y prosodia, pudiendo concebir las situaciones y las estrategias del pensamiento de una forma total que tiende a la integración de varios tipos de información, sea ésta visual, auditiva, olfativa o sensitiva, para transmitirlos como un todo coherente. Este contexto de las funciones del hemisferio cerebral derecho nos permite situar la importancia de la intuición dentro del proceso de conocimiento, desarrollo y evolución del ser, dado que ella se encuentra en estrecha relación con la obtención de información y conocimiento de ese todo que integra el hemisferio derecho, conocimiento al cual accesa prescindiendo del uso de la razón y de la fe. Cuando el Pensador ha desarrollado este sentido, se puede decir que accede al conocimiento real y efectivo mediante un canal directo y claro que casi  imposibilita el error; es capaz de  apreciar al todo en conjunto; analizar sus partes e integrar en contexto la información que recoge. Tal es el poder que otorga el total desarrollo de la intuición, situación de la cual estamos aún lejos pero que será una realidad en un futuro.

De manera simultánea, a veces previa, el Pensador debe trabajar arduamente en el desarrollo de una facultad igualmente importante para el uso correcto de este sentido, se trata del DISCERNIMIENTO. El conocimiento de las causas primarias que motivan un comportamiento humano, animal o vegetal permite discernir entre lo real y lo ilusorio; entre lo verdadero y lo falso; entre la causa y su consecuencia. Un antiguo axioma hermético  desde  hace tantos años aporta el gran secreto para “conocer” aquello que aún está fuera del limitado alcance de nuestros cinco sentidos: “Como es arriba, es abajo”, o dicho de otra manera, si quieres conocer a Dios, busca en el hombre; si deseas saber cómo es el cielo, analiza la tierra, porque cada proceso, cada elemento y cada ser tiene su contrapartida en algún lugar.

Para desarrollar el discernimiento deberás, entonces, hacer uso tus cinco sentidos para llegar a la verdad última en cada situación o problema, en cada momento difícil que estés viviendo o, simplemente, en la meditación diaria trata de hallar la suficiente paz interna que posibilite el surgimiento espontaneo de esta cualidad. En este proceso es muy acertado que trabajes con antelación el desapego a todo lo pasajero, lo mundano y lo sensorial; que le des a cada cosa y situación el valor real e intrínseco que posee, aun cuando el discernimiento es precisamente quien posibilita esta realidad. Ten presente que en todo asunto hay al menos tres puntos de vista: el  tuyo, el mío  y la verdad, será pues tu deber, luchar por encontrar esa verdad y desear, pensar y actuar en concordancia con ella. Hay mucho por trabajar y tanto por aprender, pero no te afanes, tienes a la eternidad por delante y el camino es más interesante que la llegada, si es que se puede llegar a algún lado.

Recuerda que la intuición opera desde el corazón y no desde la razón o la fe, por tanto, debes escuchar a tu corazón y, para escucharlo, deberás estar en paz contigo mismo y con los demás, deberás callar a tu mente que es como una liebre: saltando siempre de aquí para allá, trayendo pensamientos y recuerdos constantemente en un continuo devenir que no alcanza la realidad. La intuición solo se puede desarrollar a través del silencio de los otros cinco sentidos, mediante un deseo ferviente y genuino por obtenerla y con el fin último y elevado de ponerla al servicio de los demás y del Plan Divino, pues  no hay otra forma digna de vivir.

A título de colofón, se puede decir entonces, que los cinco sentidos aportan información relacionada con la realidad, pero no la realidad entera; cada uno desde su propia especificidad brinda al Pensador una parte de esa realidad que, en el fondo, es completamente mental y no física o sensible. La intuición llega como un complemento para que el Pensador conozca y se enriquezca con su uso cotidiano; para que la utilice como una herramienta que permite acceder a una parte de la realidad otrora desconocida y una vez tenga dominio de ella, deberá ponerla al servicio de toda la humanidad, aportando su grano de arena para que la misma salga del oscurantismo en que la ha sumido la ignorancia, el caudillismo, el miedo y la apatía. La intuición favorece la honradez, nutre la empatía y facilita el dominio personal; es proporcional a la motivación por saber, por descubrir y por resolver. Como aconsejaba algún pensador que ahora olvido: Distinga bien sus pensamientos de sus sentimientos e identifique claramente sus emociones; no renuncie a ellas pero reconózcalas, pues debes saber que a veces la intuición se expresa mediante emociones. Converse y haga preguntas precisas y claras a su intuición, ella está esperando que usted la llame y que le plantee inquietudes bien definidas; cuanto más la utilice, tanto mejor funcionará. Y no entre en conflictos innecesarios, la razón y la intuición no son opuestas, sino complementarias. Sopese con la balanza de la razón aquella información que la intuición le hace llegar, luego si llévela a la práctica. Y, finalmente, aconsejaba: “No nos olvidemos de la prudencia, la humildad y el aprendizaje continuo”. 

Dedicado a Diana Betancourth, quien una tarde de marzo se atrevió a decirme: "Se que estoy aquí en este planeta para algo grande, eso lo se"...y tenia razón. Un saludo, hermana buscadora de la verdad, la grandeza y la belleza. Desde siempre y para siempre contigo. 

sábado, 27 de noviembre de 2010

EL FUTURO DE LAS PROFESIONES


Por ELIPER F&E
Noviembre de 2010

El cambio es la única constante en la vida del ser humano. Todo cambia: las modas, las costumbres, las comidas y las profesiones. La adaptabilidad al cambio es una de las virtudes de que en la actualidad y a futuro deben desarrollar  las organizaciones si desean permanecer en el escenario de los negocios; sin importar el tipo o el tamaño de empresa a que  se haga referencia, la capacidad para entender y asimilar los cambios constantes relacionados con su quehacer determinaran a futuro tanto la complejidad como la supervivencia de toda organización, ya se trate de empresas privadas como de empresas públicas; del sector del calzado a los alimentos, etc. Todos los sectores y sub-sectores de la economía  mundial se ven abocados a afrontar los continuos desafíos que a diario se les presentan tanto desde afuera (Amenazas y Oportunidades), como desde dentro de la organización misma (Debilidades y Fortalezas).
La capacidad de adaptación –que dicho sea de paso, ha mantenido a la especie humana en el planeta tierra durante millones de años-, ha sido determinante para constatar el grado de desarrollo y evolución de las demás especies, con lo cual, hablar de cambio constante no es nada novedoso ni, por supuesto, preocupante.
Al internarse en el campo de las profesiones, es de notar que en nuestro medio, éstas se adaptan a las necesidades del entorno empresarial, es decir, el mercado laboral (ML) quien condiciona de manera directa la aparición y mantenimiento de las mismas, con lo cual las universidades se vuelven contestatarias –cuando no reaccionarias-, al modelo de intercambio de bienes y servicios que imponga el sistema que impera en la sociedad. En ese sentido, el desarrollo mismo de la sociedad es quien, históricamente, ha generado y condicionado el desarrollo de las profesiones, los trabajos y los oficios, y le ha dado en cada momento un valor a cada uno de ellos. Por ejemplo, en la antigua Grecia, el trabajo o profesión de mayor valor estaba relacionado con la filosofía, en tanto que en Roma una profesión de alto valor era la de Gladiador. En el mismo decurso de las sociedades, encontramos a Alemania destacándose en la música,  Francia en la lucha por los derechos humanos e Inglaterra en la escritura.
Un poco más cercano tenemos  a países como Estados Unidos que hallaron su manifestación primaria en la generación de conocimiento sobre todo a nivel teórico, postulados que llevarían al Japón a surgir cuando los ha aplicado en el campo practico; por su parte, China e India han recogido estos conocimientos teóricos con sus prácticas y han pretendido sumarle otro elemento más: el factor humano. Precisamente uno de las causas que ha llevado a la India a situarse diez o quince años por detrás de la China en el avance contra la pobreza está relacionado con poseer una sociedad menos autoritaria y relativamente más abierta y más proclive a promover la innovación, es decir, a asumir los cambios en todos los niveles sociales, incluyendo la transformación de sus creencias –al menos hasta donde las estructuras lo han permitido-.
La revolución de la riqueza que llevará –al menos en teoría- a acabar definitivamente con el sistema capitalista como forma de intercambio de bienes y servicios, y que propiciará el surgimiento del prosumismo  (Toffler, 2006) y otras formas de intercambio en donde el dinero –al menos en metálico-, se verá relegado del sistema, impactará de manera directa y profunda  los sistemas educativo y organizacional de las naciones, con lo cual, renovará de manera sistemática el surgimiento y supervivencia de los oficios, trabajos y profesiones en un  nivel actualmente  insospechado. Para Toffler[1], en estos momentos el ingreso económico percibido por efectos del proxumo es tan grande como su complemento, la economía de mercado; sin embargo los economistas no consideran dicho ingreso como parte del PIB de la nación, con lo cual desestiman el poder actual y futuro de dicho comercio. Cuando una pareja de empleados de una corporación deciden no comer en el restaurante favorito, y quedarse en casa para preparar ellos mismos los alimentos, disponer la mesa y, finalmente lavar los platos y asear la cocina, están dejando de pagar por todas aquellas tareas que ellos mismos han realizado y que, de acudir al restaurante, habría sido necesario cancelar. Este caso se puede ejemplificar también cuando el jubilado decide fabricar el mismo su silla mecedora, en lugar de acudir al almacén  y comprarla.  Pero estos cambios, tanto de la pareja que deja de comer en el restaurante, como del jubilado precisan de un periodo de adaptación y desarrollo.
Los cambios en la generación, acumulación y transmisión de la riqueza generan impactos inmediatos en todos los componentes de la sociedad y la aparición y sostenimiento de un nuevo sistema de intercambio de bienes y servicios propicia ajustes necesarios en la estructuración y conformación de las instancias sociales históricas. La familia, la escuela, el hospital, la fuerza pública y la iglesia deben sufrir dichas transformaciones y lo hacen en razón de su propia necesidad de sobrevivencia. El lector podría preguntarse por el autor inicial o el responsable de la generación de dichos cambios, es decir, es viable indagar por la causa primigenia de dichas transformaciones y para ello, se debe acudir a las fuentes que históricamente permiten rastrear los cambios estructurales desde el comienzo mismo de la humanidad.
Una tarea como aquella posiblemente dirima el conflicto social y económico que se vive entre las naciones de la conformación geopolítica actual, sin embargo y en aras de mantener en contexto el tema objeto de análisis, en el presente capitulo se esbozarán las oportunidades laborales que  a futuro  presenta el Mercado Laboral para el egresado en tecnología en administración y finanzas, desde el impacto sobre los ámbitos político, social, económico y cultural relacionados con el surgimiento, incluso, de un nuevo sistema de intercambio de bienes y servicios que se presenta como inminente en nuestra sociedad, todo ello en relación con la determinación de la importancia de que la universidad avizore las transformaciones curriculares, de contenidos y de didácticas de los saberes que les es menester.
Cuando el sistema financiero mundial tambalea de manera estructural mediante los sucesos conocidos como  “el 11-S”, acontecimientos que no son más que la reacción violenta, extremista y quizás injusta, al empobrecimiento mundial, muchos analistas internacionales empezaron a hablar de la necesidad de refundar el capitalismo, con lo cual era evidente que se trataba de la punta de un iceberg que hace parte de  un análisis profundo en la medida en que dicha información es llevada a la luz pública. Pretender refundar el sistema de intercambio de bienes y servicios –que dicho sea de paso, lleva más de  doscientos años de funcionamiento-,  es poco creíble y ciertamente una tarea compleja, larga y poco fiable. Ello motivo a que algunos países como España y Francia, empezaran el año pasado (2009) a hablar de crear un nuevo sistema económico que permitiera continuidad a las transacciones internacionales sobre la base del capitalismo actual. Es casi imposible concebir un mundo sin dinero, al menos para los ministros de economía y finanzas de los países desarrollados. La pregunta importante –al menos a mi juicio-, está relacionada ya no con aquello de  “si es posible concebir un mundo sin dinero” o no; pienso que se debe inquirir es por la naturaleza y las características de ese nuevo sistema de intercambio y los impactos que en los estamentos sociales tendrá su implementación.
La universidad como ente social tiene que considerar dichos cambios si desea adelantarse a los acontecimientos y desde esta perspectiva proponer los planes de estudio que delinearan los comportamientos sociales, empresariales, académicos y culturales en ese futurible. No es igual la administración en términos de gestión integral en una industria manufactura que en una organización de conocimiento, como tampoco serán  idénticas las estructuras organizacionales en la era del conocimiento y la del prosumismo, por ejemplo.
Ahora bien, en concordancia con la historia y su ciclicidad, se pueden atisbar virajes sociales hacia lo humano, es decir, hacia la consideración del ser en tanto ser, pero sin caer en consideraciones simplistas de corte contemplativo o modas pasajeras que hacen perder el rumbo de los acontecimientos. El retorno al ser y sus manifestaciones se puede visualizar desde la humanización de las profesiones, del sistema de intercambio; de la vida social, política y cultural de las naciones. Los cambios que se están presentando en la actualidad representan precisamente,  tales circunstancias, ejemplificadas en la caterva de oficios de corte humanitario, terapias de recuperación, integración de tratamientos holísticos, etc., que pretenden devolver la humanización al mundo. Pero más allá de estos tratamientos, es necesario buscar la raíz y causa de   su aparición: la sociedad actual está enferma.
Las profesiones del futuro tendrán que ver con la sanación, en todos los sentidos, de la enfermedad del mundo. De esto hablaremos un poco más adelante, por ahora baste decir que la aparición de un nuevo sistema mundial  de intercambio de bienes y servicios, así como la concentración en el factor humano, son dos elementos que estarán presentes en este análisis y que marcarán el desarrollo posmoderno. Pero, complejicemos esta aproximación incluyendo una tercera variable: la tecnología.
En la actualidad no es preciso determinar si la tecnología impacta o no la sociedad, o si la tecnología es buena o mala, no. Los análisis actuales deberían estar centrados en la optimización del uso de las tecnologías hacia un punto de llegada valido, claro y compartido. Para ello es necesario primero establecer cuál es ese punto de llegada y la clave está en Platón. Desde hace más de dos mil años, Platón habló de los llamados arquetipos de la humanidad, y el punto de llegada está directamente relacionado con recoger dichos conceptos y adecuarlos a la humanidad actual. El papel que en rigor debe cumplir una mujer o un hombre como parte de una sociedad, no ha cambiado radicalmente con el paso de los años, aunque si cambia es la manera de cómo se expresa dicho arquetipo. Aceptando a priori que la ética, la moral, y en si todo el sistema axiológico está presente en los arquetipos, se pueden proyectar ciertas características del sistema social  futuro y, por ende, aproximarse a las profesiones, entre ellas la administración de empresas. Sin duda la medicina altamente especializada hará parte de dicho futuro, así como la ociología[2] o la filosofía aplicada a otras profesiones, más allá de Platón o Kant.  En auxilio de este fenómeno acude una de las mayores problemáticas actuales y futuras del mundo moderno: los sistemas sanitarios o de salud del mundo están colapsando y ningún país –incluso los más desarrollados-, han podido eliminar la problemática inherente a la atención óptima en salud, es decir, a su administración.  Cuanto  más desarrollada  una economía, tanto mayor complejo es su sistema sanitario, pues los esfuerzos por mantener la tan anhelada y poco clara competitividad, hacen que los trabajadores asuman posturas, pensamientos y posiciones corporales y mentales cada vez más extremas a las cuales el cuerpo físico responde somatizando estos esfuerzos extras. A esto hay que agregarle el hecho de que la población mundial tiende a envejecer más rápidamente que hace algunos años; el índice de natalidad en países como Japón, Alemania o España es cada vez más bajo, en tanto que su fuerza laboral envejece. Y esto no es todo, como si fuera poco, la esperanza de vida aumenta con el paso de los años y tras los avances tecnológicos. Sin duda, algunas profesiones futuras estarán relacionadas con el cuidado de toda una población envejecida, de la forma de cómo mantenerles productivos, de su ociología, y de los sistemas re-educativos diseñados para atender dicha población. La administración hablaré y diseñará métodos, procedimientos, planes y políticas para la inserción y rehabilitación de esta población cada vez más longeva, pero también más enferma.
Probablemente el diseño, construcción, venta y distribución de herramientas de aprovechamiento del tiempo libre estará presente en un futuro laboral y académico; lo cual presupone la adaptación de métodos pedagógicos y didácticos para atender estas particularidades poblacionales.
De otro lado y en relación con la tecnología, es común escuchar que la humanidad ha avanzado más en los últimos cincuenta años que en toda la historia, y ello supone un desarrollo a ultranza del mismo ser que ha llevado a algunos teóricos a oponerse radicalmente al desarrollo y sus concepciones salvadoras y a pretender vivir como en épocas pasadas, de espalda a la tecnología, lo cual supone –sin duda-  una revaloración del Imperativo Tecnológico tan defendido por J. Woodward en su teoría contingencial. Estas comunidades y otras similares tendrán a futuro cierta importancia en la medida en que el nuevo sistema de intercambio de bienes y servicios no responda –como se espera-, a la satisfacción de  las necesidades esenciales del total de la población. Quiere esto decir que a futuro y de cara a mantener una sociedad estable, es necesario considerar las particularidades de los grupos minoritarios, ya se trate de razas, grupos religiosos o con particularidades intelectuales, unidos por razones de su propia conveniencia. Como ejemplo de lo anterior se tiene que algunas comunidades se están agrupando por intereses particulares y están adquiriendo terrenos aislados del resto del mundo en donde pretenden fundar sus propios guetos totalmente autosuficientes en lo relacionado con la supervivencia entre bienes y servicios. Esta es otra oportunidad para desarrollar actividades u oficios especializados que atiendan estas emergentes comunidades, incluso más allá de su misma administración.  
Como se ve, las profesiones, trabajos y oficios están condicionados desde todos los escenarios, pero particularmente desde lo político, lo social y lo económico. Pero, continuemos complejizando este análisis, e incluyamos la cuarta variable: el medio ambiente.
La presión que a futuro ejercerán los grupos ecologistas y las minorías rebeldes pro planeta será determinante a la hora de establecer las relaciones con el medio ambiente. La lucha por la integridad del planeta y el cuidado del medio ambiente cobrará importancia insospechada. Hace algunos años apenas el agua tratada no era más que un intento de algunos industriales por complementar sus ingresos marginales mediante el tratamiento,  producción y venta del preciado líquido. Diez años después, el agua se transformó en uno de los productos más vendidos en todo el mundo, dando incluso posibilidad de comercializarla en diferentes sabores y con valores agregados inimaginables una década atrás. Sin duda alguna, una profesión futura estará relacionada con el manejo, conservación, producción y distribución de agua a gran escala. Buques tanque cargados del líquido surcarán las aguas del atlántico, llevándolo a aquellos países duramente castigados por una sequias cada vez más largas y unas tierras cada vez más estériles. España está precisamente padeciendo estas inclemencias climáticas y ha sido pionero en trasvasar un rio entero y acarrear agua en buques tanque hasta algunos pueblos del mediterráneo. 
 De otro lado, se tiene el avance vertiginoso que ha presentado el consumo de los productos denominados genéricamente mercados verdes. Si la universidad ha contribuido a generar consciencia planetaria, también ha hecho posible que la Comunidad Europea se preocupe cada día por exigir a los países productores otras formas de comercio. Un mercado verde integra políticas estrictas desde la siembra, regadío, abono, cosecha y venta de los productos, con lo cual afecta integralmente la cadena de distribución, y ello impacta de manera indirecta la gestión de la universidad. ¿Dónde se formarán todos estos profesionales verdes? Sin duda la escuela tendrá este reto y deberá responder por él. Ingeniería Alimentaria con especialización en Mercados Verdes, Ética Genética Medio-ambiental,  Ingeniería de Producción Limpia, Administración de Empresas Bio-sostenibles, entre otras, podrían estar presentes es este futuro que se presenta inmediato.
Otra forma de concebir la aparición de carreras y profesiones es mediante la unión o fusión de las actuales desde la proyección de las comunidades; esto es, previendo las necesidades de formación desde la linealidad que supone un análisis a priori,  –huelga decir que la historia no es lineal, y por tanto, las conclusiones de este análisis tienden a tener un alto grado de sesgo-, y que lleva a pensar en cosas como Producción de software para la producción y recuperación de tierras, para el crecimiento rápido de cultivos o para la enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales, entre otros. Tanto estas aproximaciones como otras similares de corte del manejo y control del factor tiempo, o incluso, referidos a la comprensión y producción de tiempo, deben ser referidos con mucha cautela pero con determinación. El tiempo jugará un papel importante en las sociedades futuras, la forma de cómo se concibe y administra más allá del reloj y los descubrimientos e inventos en ese sentido serán cruciales a la hora de proponer desarrollos universitarios. La tecnología apenas se está desarrollando, aún falta mucho por descubrir y crear, pero sobre todo por pensar. Maquinas acumuladoras de energía del tamaño de una caja de cigarrillos, puentes intercomunicadores de pensamiento creativo, transmisión del pensamiento en general y desarrollo de la inteligencia aplicada a campos muy específicos para atender necesidades particulares y pasajeras,  deben seguirse con detalle a la hora de pensar en el futuro de las profesiones.
Personalmente considero que lo anterior supone un panorama tan fructífero como delicado. Es posible que el desarrollo tecnológico no sea el factor determinante del progreso de las comunidades, en tanto que el uso y abuso que se haga de los mismos, será la clave válida para el conjunto de una sociedad. Tantos ejemplos sirven de comodines: A. Nobel y la pólvora; Colt y el revólver; M. Curie y el Radio, etc., son solo muestras del camino equivoco que puede seguir la humanidad con el desarrollo ciego de la tecnología. Lo anterior también supone un campo de profesiones futuras: la ética aplicada más allá de las concepciones moralistas de una sociedad será parte de las profesiones futuras. La ética entendida como las medidas que limitan o  que moderan los campos de aplicación y de uso de los desarrollos del ser humano en tanto ser humano.  Las humanidades y en general las profesiones relacionadas con las ciencias sociales estarán también presenten en los futuribles; por tanto es viable pensar las modificaciones necesarias de las especificidades de cada carrera. Etnografía Proyectiva, Sociología y Antropología aplicadas a la vida en las grandes ciudades y derivada hacia la prevención y tratamiento  de los males o enfermedades colectivas futuras, etc., son ejemplos de aplicación y consideración.
Ahora, con estas cuatro variables: nuevo sistema mundial de intercambio de bienes y servicios, retorno al ser como centro de atención, optimización del uso de la tecnología y la necesidad de preservar el medio ambiente y el planeta mismo, podemos aproximarnos a la compleja tarea de prever la aparición de nuevas profesiones, oficios y trabajos en el mundo posmoderno.
El conocimiento en leguas extranjeras y el dominio de los paquetes informáticos –sobre todo a nivel de desarrollo de software-, así como la capacidad de coordinar y gestionar[3] serán herramientas para conseguir un mejor empleo.
Todos los expertos en megatendencias coinciden en que las más prometedoras oportunidades de trabajo en un futuro inmediato tendrán que ver con las siguientes tecnologías: relacionadas con la informática, la telemática, la telefonía celular, la ingeniería genética, la biotecnología, la biónica, la realidad virtual, la información multimedia, los nuevos materiales cerámicos. También serán prometedoras las profesiones relacionadas con los cuidados a distancia para la tercera edad y la infancia, la teleasistencia sanitaria, los cultivos acuáticos, la robótica, la domótica, los sistemas de seguridad pública y la inteligencia artificial[4].
Considero que las aplicaciones en robótica y domótica tendrán particular importancia en tanto se trate de aplicarlas  a las realidades que mejoren las condiciones de vida de la sociedad en conjunto, es decir, en tanto tengan un alto contenido social o de impacto humano. Algo similar sucederá con la medicina y otras disciplinas actuales, las cuales se verán abocadas a una particular interdisciplinariedad  que hará necesaria una redistribución de elementos y conceptos, y precisara la adecuación de los contenidos programáticos universitarios.  Sin duda, la administración en conjunto estará presente en estos futuribles.



[1] En su última obra: La Revolución de la Riqueza, Alvin y Heidi Toffler reflexionan sobre el mundo que nos rodea y los cambios que se avecinan en campos como lo social, lo económico o político, y lo hacen desde una perspectiva prospectiva e incluyente. Publicado por editorial Random House Mondadori Ltda., 2006.
[2] Término utilizado por algunos autores para referirse al estudio de las practicas idóneas para el tiempo de ocio. Nota del autor.
[3]Las profesiones con mayor futuro. En internet: http://www.profesiones.com.mx/las_profesiones_con_mayor_futuro.htm. Consultado en noviembre de 2009.


PD: ESTE POST ESTA DEDICADO A TODOS Y TODAS MIS ESTUDIANTES DE LA FCECEP. EL FUTURO ES AHORA MISMO, NO LO DEJEIS PASAR. 
[4] Ibid. 

viernes, 12 de noviembre de 2010

DE LAS CAUSAS Y LAS CONSECUENCIAS


“Las leyes físicas son las muelas de las que tú serás el grano, si no sabes ser el molinero”
Eliphas Levi
En relación con la necesidad de salir a la calle a buscar el Santo Grial y, en general, frente a la convicción de un devenir y un porvenir, el Pensador debe tomar  pronto la decisión de enfrentarse a su destino con gallardía y sinceridad. Nunca es tarde para empezar, porque ningún esfuerzo se pierde en la economía del universo y comenzar es el principio de llegar, esto si es que se puede llegar a algún lado en el proceso de evolución humana. Toda causa genera una consecuencia y un movimiento en el plano físico tiene consecuencias incluso en los planos internos, situación que ha sido contemplada desde los escritos profundos del Tres Veces Nacido, Hermes Trimegistos. Un pensamiento genera impacto sobre la mente de su creador y de quienes vibran en consonancia con el mismo, esto pone de manifiesto la imperiosa necesidad de mantenerse cerca de quienes están generando grandes y profundos pensamientos de bienestar hacia el conjunto de la humanidad, pero también advierte de la complejidad de permanecer cerca de aquellos que albergan constantemente  en su mente formas impuras, lesivas y atrasadas que impiden al avance del ser humano.
Constantemente vemos que las personas de mediano avance viven solucionando las consecuencias que sus pensamiento y actuaciones generan en lo cotidiano, olvidándose o no enterándose, que la eliminación de conductas no deseadas, la corrección de problemas personales de toda índole y el control adecuado del pensamiento, están relacionados con la necesidad de actuar directamente sobre las causas y no, meramente, sobre las consecuencias. En muchos sentidos, el éxito y el fracaso personal están relacionados con esta situación, pues las soluciones parciales curan parcialmente las enfermedades, las mismas que reaparecen cuando la ocasión es propicia para  recordarnos  que tenemos tareas pendientes.
A modo de ejemplo, cito una anécdota que leí hace muchos años en alguna parte: En un pueblo cualquiera hubo un momento en que el agua de consumo humano que se tomaba de un rio cercano empezó a llegar contaminada con petróleo, generando grandes molestias a los pobladores quienes se vieron avocados a tomar medidas correctivas para poder continuar consumiéndola. Entre las medidas adoptadas por la gente se encontraban aquellas como hervir el agua hasta que el combustible se evaporaba, filtrar el líquido mediante el uso de arena y tierra o dejarla al aire libre para que los rayos del sol y el viento hicieran lo propio con el contaminante. Así vivieron largos días de apuros pero con soluciones que les permitían continuar con sus vidas. Cierto día un habitante que recién había llegado al pueblo, al conocer el problema, decidió caminar rio arriba buscando la causa de la contaminación, hasta encontrar un barril que goteaba y depositaba su contenido en el caudal del rio. Lo retiró y el problema del agua contaminado desapareció por siempre de las vidas de los pobladores.
La anterior anécdota ejemplifica de forma directa y clara el objetivo de este capítulo: constantemente las personas  atacan y resuelven las consecuencias visibles de sus problemas; piensan y actúan desde las consecuencias, es decir, son reactivas ante la vida, pero no se acercan al problema de forma valiente y decididas a resolverlo de una vez por todas. Esta actitud requiere de  gallardía y, ante todo, de valentía alimentada por una fuerza de voluntad inquebrantable para que soporte al Pensador en el momento crucial y alumbre su camino en el minuto más oscuro que siempre está al comenzar la luz del día. En ocasiones es necesario que el Pensador se sustraiga del medio o del entorno en el cual vive, porque de lo contrario y, en tanto se encuentre dentro del medio, no podrá ver la solución y menos logrará  aplicarla en la  resolución del problema. He aquí una primera condición para empezar a actuar sobre las causas y no sobre las consecuencias: sustraerse del problema a resolver, es decir, alejar del problema en cuestión los componentes emotivos y personales que tenga allí comprometidos, seguramente esta situación justifica la aparición y sostenibilidad de la profesión de Psicología aplicada en la ayuda a las personas.
Un segundo paso en este proceso está relacionado con vencer el miedo, en los términos que este se presente. El miedo tiene origen en la ignorancia y la ignorancia lo tiene en el desconocimiento de las causas que motivan los comportamientos y actuaciones del mundo en general, por tanto, el siguiente paso consiste en aprender o, mejor aún, comprender la forma en cómo opera el Universo mediante la comprensión de las leyes que lo rigen y la actuación acorde con las mismas. El estudio concienzudo y serio acerca de las causas de todo  es decisivo al momento de querer corregir problemas de cualquier índole. Comprenda el problema en toda su magnitud si desea resolverlo, pues esta comprensión elimina la ignorancia y, por ende, el miedo. Es así de sencillo como suena. Tenga presente que la ignorancia es una forma inconsciente y pasiva del mal, tal como lo canta  F. Cabral; nadie tiene derecho a la ignorancia, por eso lo pagará caro; la ignorancia  es una forma de suicidio y afecta la evolución de toda la humanidad, por tanto, es su deber estudiar, analizar y comprender el universo en toda su magnitud. Cuando se enciende una luz en medio  de la oscuridad, ésta retrocede de manera inmediata, dando paso a la claridad y el entendimiento; no tema prender esa luz e iluminar el camino suyo y de los demás que no existe otra manera de vivir en armonía con el Plan Divino trazado para el conjunto de la humanidad. Una sola luz que se encienda ilumina el camino de muchos seres que a tientas buscan la salida a sus problemas y tratan de encontrar el camino hacia la perfección.
El mundo está poblado de información, tenemos mucho, quizás demasiado, conocimiento girando alrededor nuestro y eso nos impide ver con claridad el camino que debemos tomar. Hace mil años la persona disponía de menor cantidad de información y, por ende, sus decisiones estaban menos condicionadas y sujetas a contingencias, sin embargo en la actualidad tenemos una caterva de casi inconmensurable de saberes que merodean nuestras cabezas y mentes en lo cotidiano; fácilmente pasamos de un problema de matemática a pensar en el alimento que debemos tomar en el transcurso del día; la vida se llena de decisiones cotidianas que envuelven la mente del Pensador tratando de ser tenidos en cuenta a cada instante, por tanto, es tarea del ser trabajar el discernimiento como condición sine que non para alcanzar la inmortalidad. El discernimiento nos permite vislumbrar entre tantos, el camino correcto y tomar las decisiones acertadas en medio de las absurdas y profusas posibilidades, con lo cual determinamos los futuribles y acogemos el correcto.
Es necesario, pues, enfrentar y vencer la ignorancia en todas y cada una de sus manifestaciones y, para ello, contamos con los sentidos ya desarrollados y los que apenas empiezan a aflorar. Tarea noble es procurar el descernimiento mediante el uso correcto de cada sentido, procurando con ello la ayuda al otro. No existe otra posibilidad de avance en este camino que, dicho sea de paso, compartimos con el conjunto de la humanidad. Pero en este proceso de discernimiento aplique ante todo su sexto sentido: La intuición, la misma que pugna por salir radiante de su escondite donde ha estado durmiendo los últimos 18 millones de años. Úsela y trate de optimizar su sentido hasta el punto de no cometer errores de apreciación y no se preocupe, que tiene la eternidad para crecer en calidad y cantidad.
Me permito a continuación citar otra anécdota para ejemplificar el tema que da fin a este apartado. Se cuenta que cierto día en una época lejana,  dos personas descendían de un carruaje y al pisar el suelo escarpado, uno de ellos comento: “Deberíamos matar  las vacas  para con su piel alfombrar el piso”. A lo cual, su compañero respondió: “Estas loco, ni con todas las vacas del mundo alcanzaría para cubrir todo el suelo ¿Porque mejor no matamos solo una vaca  y hacemos unos zapatos?”. Muchas veces proponemos y tomamos decisiones equivocas en relación con algún asunto; respondemos desde la consecuencia y no desde la causa y ponemos en marcha soluciones parciales, erróneas o inadecuadas a problemas fácilmente solucionables. Antes de implementar una solución en su vida personal, laboral o académica, observe con detenimiento si tal solución verdaderamente corrige las causas que generan el problema o, si por el contrario, simplemente sirven de paliativos o sucedáneos momentáneos. Esto requiere discernimiento, pero con el tiempo y la experiencia aplicada obtendrás excelentes resultados.
La tarea es clara: Combata y corrija con todas sus fuerzas las causas que le impiden ser feliz, las mismas que están ubicadas al interior de la familia, la empresa, la sociedad y, muchas veces, dentro de usted mismo(a). En este último caso, la detección de las causas suele ser más complicado, pues requiere la extracción de los sucesos, sus causas y consecuencias, ubicándolas fuera de usted mismo, por tanto, deberá hacerse preguntas como: ¿De qué manera estoy actuando frente a las circunstancias actuales?, ¿Por qué reaccione de tal o cual manera el aquella ocasión?, ¿Qué motivo mi conducta en aquella ocasión?, ¿Cómo actuaria si fuera más inteligente?, ¿De qué forma reaccionaria si yo estuviera en su lugar? Ponerse en la piel de otro ser es una tarea que debemos aprender a realizar con pulcritud y respeto hacia uno mismo y hacia la otra persona, ello nos ayudará a tener éxito y triunfar en la existencia, éxito y triunfo medidos ya no en términos exclusivamente económicos o profesionales, sino también en cuestión de humanidad, de evolución y de grandeza. Trácese metas en todos los sentidos y procure medir su avance periódicamente, algo así como hacen las mejores empresas que siempre están pendientes de saber en qué estado de avance se encuentran frente a la competencia y de cara a sus propios objetivos. A estas alturas, quizás se pregunte por la forma en cómo se pueden medir cosas tan subjetivas como el éxito o el triunfo en estas últimas tres categorías. Permítame contarte que una medición de humanidad para el Pensador puede hacerse desde indicadores tan simples como responder a estas preguntas: ¿Cuántas personas ayudaste hoy?, ¿Mejoré hoy la vida de alguien?, ¿Cuántas palabras de ayuda y motivación salieron hoy de mi boca?, ¿Cuáles fueron mis pensamientos agradables durante una jornada?...Tantas formas de medir existen como pensamientos sucedan. Solo basta con querer hacerlo. En relación con la evolución, se pueden realizar mediciones tales como: ¿Comprendo y acepto a los demás tal como son?, ¿Mi perspectiva del mundo se ha ampliado en los últimos años?, ¿La lluvia y el sol me son igualmente queridos y aceptados?,¿Sufro menos ahora que hace algún tiempo?, ¿Estoy dispuesto a aprender nuevas cosas y formas de pensar y actuar?, ¿Acepto de buena manera todas las religiones?, ¿Ha disminuido mi nivel de crítica destructiva en los últimos años?...
La respuesta a estos grupos de preguntas nos puede situar en niveles de grandeza personal, profesional y laboral, es decir, nos pone cerca del buen Dios y de sus leyes. Esto llevó a Eliphas Levi a decir: “Las leyes físicas son las muelas de las que tú serás el grano, si no sabes ser el molinero”. Atrévete a ser el molinero de tu propio destino, a pensar y actuar de forma correcta y decente en medio de la oscuridad, la frialdad y la insensatez que caracteriza nuestra civilización, procurando entender las causas y actuando en concordancia con ellas; sabiendo con absoluta certeza que el mundo no es bueno ni malo, no es duro ni fácil o blanco o negro, el mundo es como es, y no como debiera ser. Decídete a caminar y corregir las causas de tu dolor y de tu sufrimiento, entendiéndolas primero y corrigiéndolas luego, aunque esto te cause temor y te haga olvidar hasta quien eres actualmente. No hay otra forma. 

Con respeto y cariño, dedicado a Javier Martinez Gutierrrez, un ser que busca la forma de la justicia, la comprensión y la evolución; que se esfuerza por ayudar a los demás y que, definitivamente, busca corregir las causas. El mundo cuenta con gente así. 

martes, 2 de noviembre de 2010

DEL ÉXITO Y EL FRACASO COMO OPCIONES DE VIDA



No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso.
Collin Powell

Una vez analizado y aceptado el pasado como algo que no se puede cambiar y que no es necesariamente mejor ni peor que nuestro presente, entraremos a analizar en forma prospectiva dos conceptos que tradicionalmente se han considerado opuestos pero que en esencia son básicamente lo mismo. Cuando se ha iniciado a caminar con el ritmo adecuado hacia una meta claramente definida, usualmente  se pretende alcanzar una condición que en muchos casos se traduce en el éxito o triunfo; pero, en esencia, ¿a qué se hace referencia con estos vocablos? El éxito  y el fracaso son dos impostores que cobran un precio elevado por hacer presencia en nuestras vidas y luego se alejan dejando una estela de vejez, de desolación y de melancolía.
Durante muchos años trabajamos arduamente para obtener las cosas materiales que la sociedad nos impone bajo el nombre de realización, con lo cual se tiene una vida de continua lucha en medio de los vaivenes de la existencia. Estudiar, trabajar, consumir, procrear y morir, parecen imperativos sociales  para  la conducta del ser, sin embargo no corresponden a toda la potencialidad del Pensador. Este magnánimo ser, el Pensador, no tiene límites, carece de forma y está dispuesto a llegar al final, por tanto, no desfallezca en la búsqueda de lo bueno, lo bello y lo correcto; decídase a salir a la calle en busca de su Santo Grial, de aquel objeto que da sentido a la existencia humana y que tiene el poder de curar las heridas, tanto del cuerpo físico como de los cuerpos internos (astral, mental o causal).  
En atención a la mitología Celta, es necesario que el Pensador salga a la calle a buscar el Santo Grial, aquel instrumento que le cura todas las heridas, incluidas las del alma y que le da la sabiduría necesaria para conocer la realidad completa de la existencia humana y divina. Pero esta búsqueda solamente puede y debe ser emprendida una vez que se tienen las condiciones idóneas y se ha alcanzado la paz en el mundo fenoménico. El trabajo duro y continuo, tanto en lo físico como en el campo espiritual permite preparar las maletas para iniciar la búsqueda del tesoro. Este trabajo se corresponde con el símbolo antiguo del “hacha de doble filo”: mientras pule el material externo cuando trabaja en un sentido, al regreso efectúa similar función con el espíritu del Pensador. Una y otra vez, día tras día se repite esta función, cuyo ejemplo antiguo corresponde con el mito de Sísifo subiendo la piedra, lanzándola cuesta abajo y recogiéndola para subir la montaña una y otra vez. En esta historia se pone de manifiesto un concepto supremamente importante para el Pensador: la constancia o asiduidad en el actuar que lleva a la perfección, es decir, al arte.
El máximo grado de eficiencia permite alcanzar la maestría en el quehacer, dando como resultado el dominio completo de las facultades latentes, con lo cual se tiene que el Artista ahora es capaz de trasladarse con seguridad y acierto al nivel superior. Las puertas del castillo siguiente solamente se abren majestuosas ante quienes lo merecen, en esta ley no existe excepciones. El merecimiento es una moneda segura para pagar los avances que el destino nos presenta y sin duda, es la llave que abre la puerta tanto del conocimiento como del disfrute de las cosas materiales y espirituales, que en muchos sentidos se entienden como éxito en la vida. Pero el acceso a la posesión y disfrute tanto de cosas materiales como espirituales rara vez se da por accidente o de forma intempestiva;  casi siempre  obedece al derecho que el Pensador adquiere gracias al trabajo constante y bien direccionado hacia la meta establecida. No en vano, he insistido en la necesidad de iniciar la marcha, fijar el rumbo y determinar el ritmo que permita evolucionar con pasos seguros, pues has de saber que en la economía del universo nada se queda sin su respectiva y justa recompensa; todo movimiento, pensamiento, deseo o emoción genera una reacción que en su momento se devuelve al creador con el mismo efecto y tamaño que tuvo inicialmente, es por ello que debemos procurar que nuestros pensamientos y deseos sean de sentido correcto, justo, benéfico y evolutivo, pues tenemos la certeza que más temprano que tarde, recibiremos la justa recompensa por su emisión.
Pues bien, las líneas anteriores nos dicen que debemos fijar en nuestras mentes el deseo ferviente de triunfar en la vida, no solamente en relación con la consecución de las cosas materiales que precisamos para una vida cómoda, placentera y productiva, sino también en el sentido de preguntarnos por el origen de la vida, sus causas y sus consecuencias. Se  hace necesario, pues,  que atisbemos el horizonte en perspectiva desde la posición actual, de modo que busquemos el fin último de la existencia. En este proceso se centra la lucha cotidiana y es así como se determina el Pensador a trabajar consecuentemente por su éxito y su triunfo. Existen triunfos maravillosos, como aquel que obtiene el espíritu sobre la materia al momento de abandonar el cuerpo físico y predisponerse para avanzar por los siguientes planos y grados evolutivos; triunfos más pequeños como cuando se es ascendido en la empresa a ese cargo que tanto se anhelaba, o cuando se obtiene el grado de escolaridad por el que se estudió en los últimos años. Sin importar cuál sea el triunfo que estés ahora mismo buscando, las causas, consecuencias y resultados intrínsecos son los mismos, por tanto, importante es también definir los pasos para lograrlo, las  herramientas que se precisan y la fijación clara y cierta en la mente del Pensador de esa meta deseada. Usualmente estas metas, incluso las de orden material (comprar un coche, viajar o graduarse) suelen ser muy subjetivas, esto es, no están completamente delineadas en la mente del individuo, con lo cual se tiene que su realización se dificulta en grado sumo e incluso, en muchos casos, se llega a otra meta no buscada. No siempre lo que el ser humano desea coincide con lo que necesita para su evolución, esto fue tema de un anterior capitulo y espero que estemos de acuerdo en ello.
Dependiendo del grado de evolución del ser, así mismo serán sus metas, sus sueños y objetivos. Una persona poco evolucionada soñará con comprar aquellos elementos que llenan sus deseos más superficiales, en tanto que un ser más avanzado tratará de fijar en su mente metas de índole espiritual, filantrópico o de obtención de conocimiento. En parte, esto es lo que hace del mundo un caleidoscopio luminoso y variopinto que amerita conocer, disfrutar y mejorar. Todos luchamos y compartimos esta senda de evolución, sin embargo existen diversos riesgos que es necesario afrontar y corregir en cada momento. La cuesta hacia la perfección divina es, ciertamente, empinada, estrecha y llena de salientes que tratarán de evitar que usted alcance la meta soñada. Pero no se amilane por esta situación, cada escollo en el camino solo es una prueba para que el Pensador recuerde su inmortalidad y su grandeza, para que haga uso de sus herramientas forjadas vida tras vida y pueda llegar limpio, puro y sano a la meta. Nadie puede entrar en el palacio del Creador con los pies manchados y las ropas sucias. Es necesaria una limpieza escrupulosa y unas vestiduras adecuadas para pisar el templo divino y, precisamente, su camino está fijado para que le sirva de hacha de doble filo en la eliminación de comportamientos indeseados y le libere del peso excesivo que se ha acostumbrado a llevar, porque en esa cotidianidad de dormir, levantarse, acudir al trabajo, al estudio y luego al supermercado para nuevamente ir a la cama, se acumulan gran cantidad de elementos cuyo uso es limitado y temporal pero que pocas veces nos paramos a eliminar, llevándonos a cargar como mulas, con un peso tan extraño como ralentizador. Y es que, si bien los objetos materiales pesan, -como cuando haces una mudanza y te das cuenta de cuántas cosas tienes que ya no utilizas-, así mismo si haces un inventario de pensamientos, deseos, pasiones, temores, odios, rencores, miedos, sinsabores y tristezas, te darías cuenta que tu mochila esta innecesariamente llena y no hay más espacio para incorporar las cualidades opuestas a los sentires negativos. Deténgase un instante, baje su mochila  al piso y examine su contenido con detenimiento; compruebe la cantidad, la calidad y el uso de cada elemento que la llena y, sin temor y con gran desapego, lance a la tierra todo aquello que ya no le presta un servicio eficiente, claro o prospectivo inmediato. No tema deshacerse de todo ese lastre, recuerde que el Caballero de la armadura oxidada tuvo que soltarse hasta de la roca que lo sostenía en el vacío para poder poseer lo único que tenía valor real.  El Caronte solo recibe una moneda, no cheques, no pagares, oro, joyas o algo similar.
Cada logro tiene su contrapartida en el mundo fenoménico, lo que lleva a algunos autores a proponer que en una situación de ganancia ocasional, se pague un tributo a quienes hicieron realidad esta adquisición. Las tribus antiguas acostumbraban “donar” parte de las ganancias a la madre tierra, coincidiendo con el agradecimiento que permite dejar abiertas las puertas de la bienaventuranza y así, en un futuro, se pueda gozar nuevamente de sus placeres. Sin duda alguna, el merecimiento tiene mucho que ver con esta situación, pues nadie adquiere algo que no tenga ya merecido, ya sea en esta misma existencia, ya sea en vidas pasadas. Pero en esta lucha cotidiana, no siempre se gana, a veces también se pierde y con la perdida suele llegar la desazón y el desconcierto que marchita temporalmente el ánimo  del Pensador.
A continuación analizaremos como estas situaciones aparentemente negativas son también oportunidades de desarrollo y crecimiento para quienes están dispuestos a escuchar, observar, aprender y asimilar las experiencias por las que necesariamente tienen que pasar. La aceptación de la situación difícil por la que se está pasando es un primer paso para aprender la lección que ella viene a darnos. Nunca nada sucede por casualidad y los desafíos que a diario nos presenta la vida son condiciones de prueba para que midas la grandeza de tu ser, para que demuestres de que estas hecho y te decidas a  afrontarlo gallardamente y con denuedo. Un segundo paso consiste en buscar en tu interior las herramientas que te permitan solucionar la situación problémica. Toda persona en su devenir ha forjado y guardado  diferentes formas de enfrentar las condiciones difíciles, y cuando la ocasión se presenta, es necesario traerlas al presente bien sea por memoria o por intuición, actualizarlas y poner en marcha su consecuencia benéfica. En ocasiones, será necesario acudir a herramientas y desarrollos que otros seres ya nos han entregado probadas, lo que fundamenta la existencia de los llamados Avatares, tales como Jesús El Cristo, Siddhartha Gautama El Buda, Mahoma o Gandhi, entre otros. Estos magnánimos seres propusieron, desarrollaron y dejaron para la posteridad un camino que debe servir de huella para quienes les sucedemos en la lucha. Aprovecha estas huellas y avanza con tu mochila aligerada por la profilaxis que aquí te propongo hacer. La aceptación de la situación problémica como una oportunidad de crecimiento y no como un tropiezo o una maldición de la vida, la búsqueda interior y exterior de las herramientas de desarrollo y trabajo necesarias y su puesta en marcha, nos lleva a la tercera acción necesaria para la evolución: hallar las causas del dolor y el sufrimiento de sí mismo para eliminarlas y, de esta manera, impedir que afloren en un futuro. El mayor hallazgo del Buda fue, sin duda alguna, el hecho de saber y aceptar que el dolor existe. La frase presentada de manera escueta y libre pareciera no dar crédito a la profundidad de tal enseñanza, pero para el verdadero buscador de la eternidad, es decir, para el Pensador, esta frase encierra el secreto de toda una existencia. El dolor y el sufrimiento son condiciones necesarias para que el individuo y la sociedad misma avancen en el camino, es decir, tomen consciencia. El dolor hace tomar consciencia y, en tal sentido, es probatorio y sirve como prueba de antesala al gozo. No evite el dolor que encuentre a su paso por la vida, por el contrario, afróntelo como un desafío y propóngase eliminar las causas del mismo en la presente vida; cuanto antes empiece, más pronto terminara. Arriesgue más, desafíese más; quien no está dispuesto a arriesgarlo todo, no está listo para ganar nada, dice un sabio cantante de nuestra era. Esté dispuesto a todo si quiere algo, de lo contrario la vida no te dará nada, pues ella más que nadie, aplica el merecimiento antes de otorgar. Salga y encuentre su propio Santo Grial, pues nadie lo hará por usted. 

Este post esta dedicado a todos los seres humanos que ya han iniciado su marcha evolutiva con plena consciencia. Maestros, maestras, estudiantes, hijos e hijas; amigos, amigas, señores y señoras que siguen creyendo que se puede y debe hacer algo para mejorar la vida de todos y todas. El mundo es un taller donde aprendemos a trabajar con calidad, seguridad, consciencia y decisión. 

sábado, 23 de octubre de 2010

DE MAESTROS Y MAESTRAS



Por ELIPER F&E
Octubre de 2010

Después de cuarenta y dos años de vivir la vida, de tratar de entenderla y glorificarla, me siento a recordar algunas personas que dejaron huella en ella. Tantos y tantos seres anónimos que un día habitaron mis días y mis noches y que ahora se acercan pidiendo atención, revolviendo mis recuerdos más profundos y más queridos, aquellos que me formaron y transformaron en lo que ahora soy.
¿Quién puede saber lo que sucederá en el futuro?, ¿Acaso los futuribles son mutuamente excluyentes? Al casarnos con una mujer o un hombre, según sea el caso, hemos renunciado al resto de la  humanidad y esto fundamenta la inutilidad del sufrimiento cuando se encuentra  direccionado desde y hacia un solo ser de los 6.709.132.764 que pueblan el planeta. En términos de números suena perfectamente ilógico sufrir por la partida de un solo ser, cuando tenemos el resto para preocuparnos por su bienestar. En fin, este post está dedicado a recordar algunos maestros y algunas maestras que pasaron por mi vida y que, si ahora les recuerdo, es porque dejaron algún tipo de huella en mi ser y, por tanto, están  presentes, pues aquellos que he olvidado son cosa  del pasado.
 Hoy, con la cabeza llena de teorías, de ideas y de conceptos, pero también de canas que atestiguan el paso del tiempo, me pregunto con cierta nostalgia ¿Dónde estás Melba Choice?...amante impertérrita y sempiterna enamorada de los números, aquella que me hizo amar las matemáticas, cosa que hasta ese momento se me aprestaba lejana, inconcebible e ininteligible. Melba, la de ojos verdes de quien estuve enamorado pero nunca se lo confesé; Melba la que solía mirar desde las alturas de las derivadas y las integrales, que hacia volar los números como si de pequeñas aves migratorias se tratara, pero que luego descendía a entregarnos su sabiduría a borbotones sin cobrar más nada que un humilde salario que el estado le pagaba. Quizás y con mucho, fue la persona que más profundo navegó en mi ignorancia, revolviendo sus escuetas bases hasta hacerse con ella y enviarla a los mismos demonios.  Dos años a su lado, escuchándola, viéndola, acariciándola con la mirada de imberbe enamorado; ella llenaba el espacio con sus números, su mirada deslumbrante y el encanto típico de quien ama lo que transmite. Lo que de ti escriba siempre será poco, profesora, consejera, constructora y, ante todo, maestra.
Pero como la vida oscila entre dos extremos, si existía una Melba, también existía un Gustavo…seguramente el licor lo terminó por atrapar entre sus fauces audaces y lo habrá llevado al mismísimo infierno antes de tiempo. Gustavo (no recuerdo su apellido) solía llegar tarde a las clases, y casi siempre con resaca, cuando no, aun con el licor envenenando su sangre. Amante de la buena vida y amigo de los estudiantes, siempre dispuesto a irse de copas con algunos de ellos; dicharachero, abundante en palabras, diestro a la hora de hacerse con una conversación amena. Todo ser humano tiene su lado miserable, pero también sus virtudes. La matemática que de él aprendí no duró mucho, pues yo mismo sentía una contradicción entre lo que el “profe” enseñaba y su propia vida; los buenos estudiantes siempre somos así: si notamos cierta dicotomía entre lo enseñado y quien lo enseña, tendemos a restarle importancia. ¿R.I.P. Gustavo?...no lo sé.
 Hablando de miserias, vicios y viciosos, la mente me trae al querido Olmedo…ojos rojos casi toda la semana, andar cansado y cabello corto. Cuarto de básica primaria y todo un mundo por descubrir. Pareciera que nueve años no son muchos, pero son una eternidad para un niño que desea comerse el mundo, ávido de conocimientos, lleno de inquietudes y preguntas que por falta de haberse inventado Google, no tenían más fuente de sanación que la del maestro Olmedo. A él le debo el hecho de haber descubierto que la educación también era un negocio si se le sabía sacar el suficiente provecho. -¡Pérez, vaya tome la lección en el pasillo! ¡Apunta a quienes no se la sepan!. Como en toda sociedad que se precie de serlo, existe el bueno, el malo y el feo, pues Rojas (ahora seguramente amasara una gran fortuna o será político de oficio) llegaba con la misma sentencia: “No se me la lección, pero si no me apunta, te doy estos cinco pesos”. Antes de que me juzguen, les diré que para un chico de nueve años y de extracción humilde, en aquella época cinco pesos significaban el pago de la deuda que el mundo había contraído conmigo al enviarme en el seno de una familia donde el dinero abundaba por su escasez. Gracias a Rojas supe a qué sabían la mayoría de las golosinas que vendían en las tiendas y tuve un aliado para defenderme en los recreos contra aquellas fieras que pueblan los colegios públicos colombianos. ¡Salute, amigo Rojas!. Y, ¿Olmedo? Ah sí, este maestro seguía siempre en sus clases, sabía lo que hacía, amaba su oficio pero tenía otras preocupaciones más importantes en su cabeza. Lo de que metía marihuana lo supe mucho tiempo después, yo solo recuerdo sus grandes ojos rojos y cansados, con apenas unos treinta años encima.
Maestros y maestras que van y vienen sin darse cuenta, muchas veces, del impacto tan tremendo que ejercen entre sus estudiantes. La historia los juzgará y hallará culpables o inocentes, pero ellos siempre serán parte fundamental de nuestra formación. Esto me recuerda a la profesora Margoth: gorda, fea, bajita y con un chal amarillo alrededor de su cuello en una mañana fría de octubre. Este espécimen representa aquel tipo de profesor que se ha hecho con la profesión solamente por necesidad, pero que termina cogiéndole cierto gustillo al asunto y se esfuerza por hacerlo bien, pero como tiene bases equivocas y mal formadas, termina siendo desastrosa para el sistema educativo. A este tipo de profesor le cabe cierta indulgencia, pues peca sobre todo por omisión y por ignorancia, con lo cual no deja de ser tan culpable como otros. Margoth solía reírse de mi nariz pequeña, decía que le parecía muy chistoso y ante los demás compañeros tenía la maldita costumbre de hacer bromas a costa mía, por lo cual llegué a odiarla. Un odio de seis años no es mucho, pero es todo. A esa edad uno odia o ama con todo el ser que tiene, quizás por eso perdí ese segundo año de básica primaria y decidí nunca más estudiar, claro que esta decisión no fue consecuente, pues mi padre me hizo cambiar de opinión esa misma noche, gracias a un consejo sabio y cinco castigos físicos. En fin, el creía que hacia lo correcto, y gracias a ello, hace unos meses terminé mi Maestría en Educación Superior, no podía ser en otra disciplina,  y nunca he cejado en el estudio. Querida Margoth: tus burlas sirvieron también para forjar mi futuro como maestro, también del extremo negativo se puede aprender.
Un personaje que ahora se me apresta curioso fue mostrado en la monumental escultura de la Hna. Rosario, prefecta de disciplina del Colegio de las Hermanitas Teresitas. Si no fuera por el hábito, yo diría que se trataba de un coronel del ejército de la Armada Invencible. Voz de mando, porte de militar y estatura señorial que le imprimía un aire de superioridad no gratuita. Siempre atenta a corregir el más mínimo brote de indisciplina escolar, dura con la mirada y fría al andar, siempre se la veía sombría pero enérgica. Ahora pienso que nunca le vi sonreír en los tres años que estuve bajo su mando, quizás por temor a perder autoridad. Tanto de ella como del Colegio en general supe y aprendí la importancia de la disciplina en la carrera hacia el éxito, lo odioso del mugre y el polvo (todo el colegio mantenía impecable) y  el amor por la lectura. En su biblioteca me perdía horas enteras leyendo, por ejemplo, la zaga completa de los siete libros que cuentan la historia de Christine Parker y que luego supe que era literatura sin mayor fundamento. Siempre serás recordada como alguien que le aportó bases estructurales a mi formación docente, las mismas que de cuando en cuando afloran hacia mis estudiantes.
Los salvadores siempre llegan y salvan, con ello devuelven lo que un día recibieron, y algunas veces llegan con el nombre de Moisés. Sepúlveda, bajo, rechoncho, de bigotes pronunciados y con un discurso que iba desde moléculas y tejidos, hasta lo insensato del capitalismo y la necesidad de un socialismo participativo. Un día nos dijo al  iniciar el octavo año de educación básica secundaria: “Yo no creo en los exámenes, creo en lo que puedan aprender para su vida”; aquel día se iluminó mi vida, supe que la educación tenía otro fin además de hacer exámenes y empecé a percibir el mundo de otra manera, la misma que no ha dejado nunca de asombrarme y que me llevó a ser maestro de escuela algún día. Moisés sabía lo que quería pero creo que nunca logró cambiar la sociedad en la que vivía aunque su vida fue dedicada a mejorar el mundo. Su lucha sigue estando presente en mi propia lucha por cambiar ahora mismo la universidad, por pretender que los estudiantes se formen de manera integral y holística de cara a un futuro mejor para todos. Sin duda, este profesor fundamentó de forma directa mi profesión y mi ser. Gracias, maestro Sepúlveda.
Ahora bien, aunque el mundo tenga salvadores vestidos de docentes, también envía sus demonios con figura de profesores de educación física. Vestido con sudadera azul, camiseta blanca y zapatillas de deportista consagrado, el señor Bolívar llegaba siempre a tiempo para iniciar su clase, y con silbato de árbitro descarriado,  llamaba a lista y verificaba que todos tuviéramos los elementos necesarios para hacer el test de Cooper. Entre otras cosas, nunca supe a qué ente raro hacía referencia la palabra “Cooper”, pues odiábamos hasta el término mismo. Algún día llegué tarde dos minutos después de su llamado a lista y ya tenía una falta de asistencia anotada en la tabla, insigne compañera de todo docente que se precie de servir al sistema con notas y evaluaciones. –Profesor Bolívar, yo llegué dos minutos después de su llamado, ¿será que me puede quitar la falta de asistencia, pues participé en todas las actividades? Su respuesta marcaria durante mucho tiempo un compás en mi existencia: “¡Yo no le quito una falta de asistencia ni a mi mama!”. Punto.
La justicia de Dios no da la sanción sin el premio, y en el mismo colegio donde perdí mi segundo año de básica primaria a manos de la profesora Margoth, también trabajaba la que considero la Maestra (con “M” Mayúscula) y cuyo nombre ha quedado eternamente grabado en mi mente de maestro: ORFILIA MARTINEZ MOLINA. Me parecía una mujer muy bella, alta, guapa, delgada y llena de gracia y finura al caminar; luego  que crecí, me di cuenta que no era tan alta, de hecho es de baja estatura. Lo demás sigue intacto. Respetuosa, cariñosa y afable con los niños; su eterna tarea hasta jubilarse fue enseñar a leer. ¿Puede haber tarea más noble en el mundo, más importante y elocuente que esta? Yo, sinceramente, lo dudo. A una mente de cinco añitos, habida de saberes y con dificultades para  comprender, mostrarle que existe un mundo totalmente nuevo para él, eso es cosa de genios. Aún recuerdo como si fuera ayer el examen final de primer año de básica primaria: Estoy de pie junto a su lado (izquierdo), apenas alcanzo a mirar el periódico que reposa sobre su gran y limpio escritorio, trato de alcanzar con la mirada el párrafo que la señorita Martínez me solicita que lea. Empiezo a leer lo que allí dice y con gran esfuerzo termino mi párrafo. Ella me mira con ese sentimiento de quien sabe que tiene el mundo ante sí, de quien conoce que la responsabilidad de educar y sobre todo de formar, reposa en sus manos; me mira y me da su aprobación con una sonrisa, la misma que me acompañará por el resto de mi formación; aquella que me dice que todo es posible, que siga soñando, que siga intentando tomar el mundo en mis brazos porque todo es posible. Sin duda ese fue un buen año. Orfilia, cada vez que voy a mi pueblo pregunto por ti y algunas veces hasta te veo cruzar el parque acompañada de tus nietas y pienso: “¿Dónde se fue aquella estatura que un día sentí que tenías?, luego me doy cuenta que nunca se fue, que todo cuanto sentí, creí, ame, vi y obtuve de ti, sigue intacto en ti. Tú me enseñaste a leer y escribir, pero antes de mi hubo otras tantas generaciones y después de mí, muchas otras. Iniciaste a enseñar en primero de básica primaria y te jubilaste en primero de básica primaria, y no porque no tuvieras capacidades de dictar otros cursos, sino porque siempre tuviste clara tu misión en esta tierra: abrirnos los ojos a un mundo desconocido, hermoso, abierto, tan ancho como novedoso y atractivo. ¡Que el buen Dios te bendiga siempre, Maestra de Maestros!
Ahora ya viejo y con la experiencia de más de quince años de docencia pesando en mis sienes, siento que de alguna manera desconocida me he transformado en cada uno de estos maestros y maestras que deambularon mis noches y mis días, que llenaron de sabiduría –unos más que otros- mis horas de adolescente inquieto y preguntón. De cada uno resta algo muy dentro de mí, pero de todos, incluyendo aquellos que olvidé, existe una gran lección: Cada uno hizo aquello que creía correcto, aunque algunos ciertamente estaban equivocados, pero intentaron cambiar el mundo, mi mundo, y eso es loable y digno de quien se precie ser un buen ser humano. Como dijo el poeta: “De todo lo que es posible aprender, elige y aprende lo mejor. De todo lo que hayas aprendido, elige lo mejor y enséñalo a los demás”.
Dedicado con respeto y admiración, a todas aquellas personas que por algún motivo eligieron la profesión más importante del mundo: La de educar y formar a  otros seres. Que el buen Dios les siga bendiciendo para que cumplan a cabalidad tan laudable labor.