Traductor/Translate

viernes, 29 de julio de 2011

DE LAS CINCO CONDICIONES PARA LA EVOLUCION

Analícese para que se conozca, conózcase para que se comprenda y compréndase para que se acepte y acepte a los demás (E. Pérez, 2011)





De la pluma de A. Powell, presento a continuación una apreciación de las cinco condiciones que se estiman de gran valor para aquellas personas que pretendan hollar el camino que ha de llevarlos hasta la mansión eterna de la Divinidad. Estas no son todas las cualidades que debemos desarrollar, pero, ciertamente, son algunas de las más importantes en este arduo camino que debe conducirnos a la liberación de la rueda de nacimientos y muerte en que aún nos encontramos. Veamos:
1. UNIDAD DE PROPOSITO: El Pensador debe tener siempre en mente cual es el propósito de su existencia y obrar en consecuencia. Cada acto, palabra, pensamiento y obra debe estar dirigido al cumplimiento de ese objetivo que, en adelante, se transforma en su razón de ser. Dentro de la economía de la naturaleza, el Pensador debe adquirir la cualidad del DISCERNIMIENTO, es decir, aquella condición que le permite separar la paja del grano y le ayuda a concentrarse solo en aquellas acciones que son útiles al desenvolvimiento de su propio ser y de la humanidad en general. No basta con obrar, es necesario hacerlo en la dirección correcta pues de lo contrario, se perderán valiosos esfuerzos en labores que terminan entorpeciendo el progreso del ser. Se COHERENTE: que tus palabras expresen lo que siente tu corazón y que tu corazón exprese lo que siente tu Dios. Se el mismo tanto si te encuentras en medio de una gran multitud, como si estás en la soledad de tu habitación. El desarrollo del discernimiento permite, entre otras cosas, empezar a escuchar, en lugar de oír; observar, en lugar de simplemente ver y, vivir plenamente, en lugar de sobrevivir. Dedícate a hacer el más elevado trabajo que puedas desarrollar; no te conformes con hacer lo mínimo para continuar donde estas; y si tienes dudas acerca de la dirección en la cual actuar, simplemente vuelve a los arquetipos de LO CORRECTO, LO BELLO y LO DIVINO, ellos te dirán hacia donde debes moverte. La humildad, la ética, la responsabilidad y la honestidad, entre muchos otros arquetipos, siempre han sido lo mismo y nunca dejarán de ser lo que son, por tanto, lucha por integrarlos a tu existencia con la certeza que tus esfuerzos serán compensados más temprano que tarde. Trabaja en pro de la naturaleza divina de cada ser y ella, la naturaleza, trabajará para ayudarte.
2. DOMINIO DE SÍ MISMO: Analízate para que te conozcas, conócete para que te comprendas y compréndete para que te aceptes y aceptes a los demás. El dominio de sí mismo es la condición que permite hacer que el cuerpo y la mente expresen solamente aquellas emociones, sentimientos y deseos que se quieren expresar y, a la vez, impide que otras emociones y sentimientos no deseados tengan cabida en su vida. La irritabilidad debe analizarse, encontrarse y eliminarse de la existencia; nada debe causarte este sentimiento que te impide ser tú mismo. Determine las cosas que te molestan, tanto de otras personas, como de la vida misma y propóngase que en adelante, nada te va a molestar, pues aunque no lo comprendas ahora, esas cosas que te irritan no se hacen en contra tuya, sino que eres tú mismo quien las asume como personales.
Otros dos elementos que se deben eliminar son la excitación y la impaciencia. Debes ser imperturbable tanto en el éxito como en el fracaso; nada debe turbar tu calma pues sabes que cada cosa en la vida sucede por una razón y, por tanto, aunque no la comprendas ahora, debes estar seguro que sucede para tu bienestar. Dios no te quita cosas, te libera de cosas; te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la divinidad. Controla tus emociones para que la excitación no perturbe tu capacidad de discernimiento y enturbie tu pensamiento. Una mente excitada e impaciente no logra alcanzar las metas soñadas. Entonces, no tengas afán por llegar, continúa trabajando en el propósito que has fijado; con paciencia, con tenacidad y aplicando tus esfuerzos y tu voluntad en lograr la unidad con la divinidad, que es tu propósito mayor, aunque no lo conozcas aun.
El anterior trabajo se complementa con el control de los nervios y los deseos. Templar el sistema nervioso es un trabajo que el Pensador debe ejecutar a lo largo de su existencia y para ayudarse en este propósito es preciso conocer, es decir, acercarse al conocimiento de las cosas, los sucesos, las personas…Dios. En fin, conocer permite eliminar las causas del nerviosismo, la irritabilidad y la impaciencia. Conócete a ti mismo, y te tallarás y moldearás como el mejor de los diamantes. Este proceso, así como el de controlar los deseos en todas sus manifestaciones, es también un trabajo de esta vida. Cada momento que vivimos es una oportunidad para hacer ambas tareas. No desees por desear. Analiza los deseos y veras que en el fondo, no son más que simples deseos, cosas no eternas, pasajeras que no tienen mayor fundamento. Así son la mayoría de los deseos actuales de las personas. Por tanto, desee cosas eternas, cosas duraderas y profundas que ayuden al desarrollo del alma, es decir, del Pensador.

3. CALMA: La ausencia de preocupación y de depresión son condiciones importantes en el proceso de evolución del ser. Nada te turbe, nada te distraiga; todo está ahí para que hagas uso de ello, pero todo está ahí para que aprendas de ello. La comprensión de las causas y sus efectos te permite tener calma ante las situaciones, por duras que nuestra ignorancia las hagan parecer. El discernimiento, el conocimiento y el control de sí mismo, permite tener la calma necesaria para afrontar sin dificultad la prueba máxima que significa vivir en un mundo aparentemente injusto, inequitativo y miserable. Paciencia para soportar lo que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar aquello que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia. Las personas suelen preocuparse todo el tiempo; se preocupan por cosas que no tienen mayor importancia y se preocupan por cosas sobre las cuales no pueden intervenir. Analiza las causas de tu preocupación y trata de ocuparte más de las soluciones que de las causas o del problema mismo. Fija tu mente en hallar soluciones y no le dé vueltas al problema una y otra vez. No te turbes con problemas ajenos o con aquellos que aún no han llegado. Cada día trae su propio afán y para cruzar un puente, es necesario llegar hasta él. Ten la paciencia y la calma para esperar el momento preciso para ocuparte de cada situación que te preocupa. No se puede hacer nada hasta cuando el momento es el adecuado. La cosecha solo se recoge cuando el fruto está maduro y listo para ser consumido. El terreno se debe sembrar cuando esté listo para ser utilizado y ten la certeza que lo que debe suceder, sucederá en el momento adecuado. Esta certeza te permitirá evitar la depresión tanto por lo sucedido en el pasado, como por la ansiedad que causa el esperar que suceda en el futuro. La depresión deberá ser eliminada mediante un esfuerzo de voluntad. Esté atento a su propio ser, y cuando detecte o avizore la aparición de la depresión, emita un fuerte acto de voluntad para contrarrestarla. Dígase a sí mismo: “No te permito entrar en mí” e inmediatamente, recuerde su objetivo primordial y póngase a hacer algo productivo que le siga impulsando hacia la meta soñada. Cuando estas triste, realmente estas distraído. No te distraigas, no permitas que tus deseos y emociones manden en ti. La voluntad debe estar siempre vigilante para controlar los estados emocionales. Eres tú el dueño de ti mismo; tú controlas tus emociones, sentimientos y deseos.
4. CONOCIMIENTO: Sin duda, el conocimiento de las causas de los hechos permite eliminar el miedo, la ignorancia y la impaciencia. Conocer es un deber humano y, como todo deber, ha de ser realizado con total rigor. Cuanto mayor conocimiento tengas de ti mismo, tanto mayor será tu capacidad de conocer a otras personas, a las cosas y a Dios mismo. Cada día ofrece la posibilidad de acrecentar nuestros conocimientos y expandir la consciencia que nos permite visualizar la sagrada luz que emana desde la cumbre hasta donde debemos elevarnos. Acepta con estoicismo lo que cada día te presenta; acógelo como un reto de superación e inicia la caminata con la certeza que da la confianza de saber que las cosas tienden a mejorar con el paso de los años. El conocimiento elimina de nosotros mismos muchos males tanto mentales como físicos; acaba con los miedos, los temores, las dudas, la inseguridad, la impaciencia, la depresión y la tristeza, entre otros males que aquejan a nuestra sociedad. Permite acceder a estados superiores de consciencia que ayudan notoriamente en la sanación de muchas enfermedades, entre ellas algunos tipos de cáncer y mantienen sano y vital los cuerpos físico, astral y mental. Además, conocer no cuesta nada, pues el conocimiento está ahí, en los libros, en internet, en nuestros padres, abuelos y amigos; solo hace falta que te decidas a aprender y mirar la vida como un constante aprendizaje.
5. AMOR: Cerramos este documento con la razón de ser de la vida misma, el amor. Un sublime sentimiento que no puede ser confundido con algunas de sus divisiones y expresiones más simples. La condición natural del amor es la EXPANSION, por tanto, el amor debe ser expandido, entregado, diseminado por todos los lugares y en todas las direcciones. Ama hasta convertirte en lo amado; mas aun, hasta convertirte en el mismísimo amor. Un error cotidiano consiste en encerrar al amor entre cuatro paredes y entregarlo de manera unidireccional a una sola persona, lo cual hace que el amor pierda poco a poco su esencia expansiva. El amor nos aggiorna de tal manera que enamoramos a todos. Empieza por amarte a ti mismo; convierte cada día en una ocasión de sentir y expresar el amor en todas sus vertientes, no solamente en el amor conyugal o de pareja, sino también en el amor hacia tus hijos, padres, amigos, conocidos y desconocidos; se puede y se debe amar de igual manera a una mujer o a un hombre, tal como se ama al árbol que nos da el oxígeno para respirar; al rio que nos trae el agua para beber; a la tierra que nos proporciona los alimentos y al sol que nos ilumina generosamente cada día y que aporta la vitalidad necesaria para que el manipura pueda hacer su trabajo de distribuirla en todo el cuerpo. La fortaleza del amor se manifiesta cuando eres capaz de amar por igual a tu amigo que a tu enemigo; a aquellos seres que nos son queridos, como a nuestros contradictores y la forma de hacerlo es conociendo y aceptando tu propia condición divina. Cuando puedes ver lo divino que existe en cada ser, entonces puedes amarle sin restricciones.