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viernes, 15 de julio de 2016

DE MAESTROS Y DISCIPULOS

Pensando en el grandioso trabajo que adelanta la Gran Hermandad Blanca, infatigables trabajadores de la Luz y, en su proporción, muchos grupos de seres humanos reunidos en torno a una religión, una filosofía, la investigación científica, un credo espiritual, una ONG, entre tantos otros, he creído que las líneas que siguen pueden ser instructivas e inspiradoras para muchas personas, no solamente dentro de estos grupos, sino para aquellos sinceros buscadores de la verdad y que anhelan llevar a cabo su Misión de Vida. El libro de donde fueron extraídas estas enseñanzas se titula: “Tratado de Magia Blanca” (páginas 204 a 211) y fue escrito por Alice A. Bailey, siguiendo los dictados de su Maestro DK.


EL NUEVO GRUPO DE TRABAJADORES DEL MUNDO




 […] A menudo hemos hablado del grupo de conocedores que se va integrando y comienza a actuar en la tierra, aunque separados, eslabonados por un vínculo espiritual interno y no por la organización externa. La Jerarquía planetaria ha existido siempre y, desde tiempos inmemoriales y a través de las épocas, aquellos hijos de los hombres que se han capacitado para el trabajo y han respondido a los requisitos, encontraron su camino en las filas de los que están detrás de la evolución mundial, guiando los destinos de los pequeños.

Sus grados y obras se conocen sólo en forma teórica, y los nombres de algunos de ellos han sido divulgados entre las masas -a qué precio y sacrificio personal, esas masas nunca lo sabrán. De la Jerarquía de Adeptos no me ocuparé. Libros sobre el tema es fácil conseguir, debiendo ser leídos con las necesarias reservas, en lo que se refiere a interpretaciones simbólicas y al efecto limitador de las palabras.

Sin embargo, en la tierra tiene lugar un acontecimiento que, a su modo, es tan trascendental e importante como la crisis de la época atlante, cuando se coordinaron los cuerpos físico, vital y astral, y formaron una unidad funcionante. En ese entonces se inició la "yoga de la devoción" o bhakti yoga, para entrenar a los aspirantes de esa época. Una réplica del plano físico (hasta donde era posible) fue organizada por quienes podían trabajar con dedicación, y aprender, mediante el ceremonial y las representaciones pictóricas, algún tipo de actividad que llevaría adelante el trabajo jerárquico en la tierra, constituyendo así una escuela de entrenamiento para los que más tarde serían admitidos en las filas de la Jerarquía. El resto de este grupo atlante se halla ahora en los modernos movimientos masónicos, y el trabajo de la Jerarquía ha sido así perpetuado en signos y símbolos, preservando en la conciencia de la raza una representación pictórica de una trascendental condición planetaria, desarrollada en la familia humana en esta triple coordinación, pero fue principalmente objetiva. Forma y símbolo, herramienta y mobiliario, templo y tono, oficio y exteriorización, fueron los factores prominentes, velando la verdad y por lo tanto conservando la "forma externa y visible de una realidad interna y espiritual". 

En esos días sólo se permitía participar en estos misterios y en el trabajo, a quienes sentían dentro de sí mismos el anhelo y el deseo de la mística visión, amaban profundamente y se dedicaban al ideal espiritual. No se exigía poseer mentes activas, y sus poderes espirituales eran prácticamente nulos. Les agradaba y necesitaban tener autoridad; aprendían mediante el ceremonial; tenían devoción por los Grandes Seres Cuyos nombres y formas se mantenían detrás de los funcionarios de las logias exotéricas. No intervenía la mente. Esto debe ser recordado. Tampoco existían personalidades.

Hoy el mundo ha llegado a otro gran momento de crisis. No me refiero a las actuales condiciones mundiales, sino al estado de la conciencia humana. La mente ha alcanzado un poder funcionante y las personalidades están coordinadas. Los tres aspectos del hombre se están mezclando; ha sido posible otra formación o precipitación de la Jerarquía de Adeptos. En el plano físico se está integrando -silenciosa, constante y poderosamente- sin organización exotérica alguna, ceremonial o forma externa, un grupo de hombres y mujeres que, finalmente, reemplazará al esfuerzo jerárquico anterior. Sustituirá a todas las iglesias, a todos los grupos y a todas las organizaciones, y con el tiempo llegará a constituir esa oligarquía de almas selectas que gobernará y guiará al mundo.


GRUPOS DE HOMBRES Y MUJERES EN FORMACIÓN


Están siendo extraídos de todas las naciones, pero no son elegidos o reunidos por la alerta Jerarquía, ni por algún Maestro, sino por el poder de responder a la oportunidad, a la oleada y a la nota espiritual. Surgen de todos los grupos, iglesias y partidos y, en consecuencia, serán verdaderamente representativos. No lo hacen por el impulso de la propia ambición y ardid de orgullo, sino mediante el altruismo mismo de su servicio. Encuentran su camino hacia la cumbre en todos los campos del saber humano, no por la vociferación de sus propias ideas, descubrimientos y teorías, sino por ser tan incluyentes en sus perspectivas y tan amplios en su interpretación de la verdad, que ven la mano de Dios en todos los acontecimientos. Ven su impronta en todas las formas y Su nota resuena por todos los canales de comunicación entre la realidad subjetiva y la forma externa objetiva. Pertenecen a todas las razas, hablan todos los idiomas, abrazan todas las religiones, todas las ciencias y todas las filosofías. Sus características son: síntesis, inclusividad, intelectualidad y un excelente desarrollo mental. No profesan ningún credo, salvo el de la Hermandad, basado en la Vida una. No reconocen autoridad alguna, excepto la de sus propias almas, ni ningún Maestro, excepto al grupo que tratan de servir, y a la humanidad a la cual aman profundamente. 

No erigen barreras a su alrededor, pero los rige una amplia tolerancia, una mentalidad sana y un sentido de proporción. Contemplan el mundo de los hombres con ojos bien abiertos y reconocen a quienes pueden elevar y, como lo hacen los Grandes Seres, elevan, enseñan y ayudan. Reconocen también a sus superiores y a sus iguales, y se reconocen entre sí cuando se encuentran y trabajan juntos en la tarea de salvar a la humanidad. No importa si difiere su terminología, si varía la interpretación de los símbolos y escrituras o hablan mucho o poco. Ven a los miembros de su grupo en todos los campos -político, científico, religioso y económico-, les dan la señal de su reconocimiento, tendiéndoles la mano de hermano. Reconocen también a Quienes se hallan más avanzados que ellos en la etapa de la evolución y los denominan Instructores, tratando de aprender de Ellos lo que desean impartir ansiosamente.

Este grupo es producto del pasado, y a ese pasado voy a referirme, como también a la situación actual, y pronosticaré parcialmente los lineamientos generales que seguirá ese grupo y su futuro trabajo. Puedo asegurarles que este grupo está en formación y constituye un buen augurio para las décadas venideras. Sutil y silenciosamente, está haciendo sentir su presencia, pero su influencia hasta ahora ha sido principalmente subjetiva.


Comenzaré por el pasado:

Alrededor del año 1400, la Jerarquía de Maestros enfrentaba una situación muy difícil. En lo concerniente al trabajo de segundo rayo (que tenía que ver con la enseñanza de la verdad espiritual) sobrevino lo que podría llamarse una total exteriorización de esa verdad. La actividad del primer rayo también había efectuado una intensa diferenciación y cristalización entre las naciones y gobiernos del mundo. Ambas condiciones de ortodoxia concreta y diferencias políticas, persistieron durante muchas generaciones y aún persisten. Existe hoy un análogo estado de cosas, tanto en el mundo de la religión como en el de la política. Esto es verdad, ya se trate de India o América, de China o Alemania, o se estudie la historia del budismo con sus numerosas sectas, el protestantismo con sus miles de grupos militantes o las numerosas escuelas de filosofía en Oriente y Occidente. La situación es universal y la conciencia pública está grandemente dividida, pero este estado de cosas marca la culminación de un período de separatividad y el fin, antes de muchos siglos, de esta profunda división del pensamiento.
Después de observar y vigilar esta tendencia durante otro centenar de años, los Hermanos Mayores de la raza, alrededor del año 1500 d. C., convocaron a un cónclave a todos los sectores. 

Su objetivo fue determinar cómo se podría acelerar el impulso de integración, que constituye esencialmente la nota clave de nuestro orden universal, y qué pasos tendrían que darse para producir esa síntesis y unificación que, en el mundo del pensamiento, hiciera posible la manifestación del propósito de la Vida divina que trajo todo a la existencia. Cuando el mundo neutral se unifique, el mundo externo entrará en un orden sintético. Aquí debe recordarse que los Maestros piensan en términos más amplios y trabajan en ciclos más extensos del esfuerzo evolutivo. Los Círculos reducidos y temporarios y el insignificante flujo y reflujo de los procesos cósmicos, no ocupan en el primer caso Su atención.


En dicho cónclave debían hacer tres cosas:

·         Ver el plan divino en una escala lo más amplia posible, y renovar Sus mentes con esa visión.
·       Observar qué influencias o energías, estaban disponibles para ser utilizadas en el gran esfuerzo en que Ellos estaban empeñados.  Entrenar a los hombres y mujeres, entonces probacionistas, chelas e iniciados, para poder tener a su debido tiempo un grupo eficiente de ayudantes en quienes confiar en los siglos venideros.


Respecto a estos aspirantes, Ellos tenían dos problemas:

·         Evitar el fracaso en mantener la continuidad de conciencia por parte de los discípulos aún más avanzados, fracaso en que hasta los iniciados incurren hoy.
·         Los Maestros descubrieron que las mentes y los cerebros de los chelas eran extremadamente insensibles a los contactos superiores, y esto aún perdura. Entonces los chelas poseían, como ahora, aspiración, deseo de servir a la humanidad, devoción y ocasionalmente un equipo mental regular, pero carecían peculiarmente de esa sensibilidad telepática, respuesta instintiva a la vibración jerárquica y liberación del psiquismo inferior, requisitos necesarios para el trabajo intenso e inteligente. Lamentablemente esto todavía es así. La sensibilidad telepática aumenta cada vez más, como resultado de las condiciones mundiales y de la corriente evolutiva, y esto (para quienes trabajan en el plano interno) es un signo muy alentador, aunque el amor por los fenómenos psíquicos y la ignorancia en diferenciar los diversos grados de vibraciones de los trabajadores jerárquicos, todavía obstaculiza grandemente el trabajo.

Se preguntarán y con todo derecho ¿cuál es este plan? Cuando hablo del plan no me refiero al plan general como es el de la evolución o el de la humanidad, al que aplicamos la frase, desenvolvimiento del alma, casi sin significado. Se dan por sentados ambos aspectos del esquema de nuestro planeta y únicamente son modos, procesos y medios para un fin específico. El plan, según lo perciben en la actualidad y para el cual trabajan firmemente los Maestros, puede definirse de la manera siguiente: Es la producción de una síntesis subjetiva en la humanidad y de un intercambio telepático que finalmente aniquilará al tiempo. Hará asequible a los hombres todas las realizaciones y conocimientos del pasado, le revelará el verdadero significado de su mente y cerebro, lo convertirá en el amo de ese equipo, por lo tanto lo hará omnipresente y, con el tiempo, le abrirá la puerta a la omnisciencia. Este próximo desarrollo del plan producirá en el hombre una comprensión -inteligente y cooperativa- del propósito divino, para el cual, Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, ha considerado inteligente llevarlo a la exteriorización. No crean que puedo explicar el plan, tal cual es. 

No es posible para ningún hombre de grado inferior al de iniciado de tercer grado, vislumbrarlo y mucho menos comprenderlo. El desarrollo del mecanismo, por el cual un discípulo puede estar en relación con Quienes son responsables de llevar a cabo los planes, y la capacidad de conocer (y no sólo percibir tenuemente) ese diminuto aspecto del todo, que constituye el paso inmediato y con el cual es posible colaborar, puede ser logrado por todos los discípulos y deben mantenerlo como meta ante los aspirantes. Con excepción de los discípulos probacionistas, que aún no son lo suficientemente firmes en su esfuerzo, todos pueden esforzarse por alcanzar esa continuidad de conciencia y despertar esa luz interna que, cuando es percibida y empleada inteligentemente, sirve para revelar otros aspectos del plan, especialmente aquel al que puede responder y servir útilmente el conocedor iluminado.


PACIENCIA Y SABIDURIA:


Lograr esto ha sido el objetivo de todo el entrenamiento impartido durante los últimos 400 años, por lo cual podrán imaginarse la gran paciencia desplegada por los Conocedores de la raza. Trabajan lenta y premeditadamente hacia Su objetivo, sin aparente premura, pero -y aquí reside el interés inmediato de lo que tengo que comunicar- poseen un límite de tiempo, basado en la Ley de Ciclos. Concierne a la actuación de ciertos períodos de oportunidad que lógicamente tienen su límite. 

Durante dichos períodos actúan provisoriamente fuerzas, influencias y energías, y los Maestros procuran aprovecharlas. Mirando hacia el futuro, cuando los Servidores de la raza se reunieron en el cónclave mencionado, se refirieron a la futura entrada de la era acuariana, con sus energías características y sus asombrosas oportunidades. Esto fue observado, e intentaron preparar al hombre para ese período de más o menos 2.500 años de duración, que, debidamente utilizado, promovería la unificación consciente e inteligente del género humano, produciendo así la manifestación de lo que prefiero llamar “la hermandad científica", lo opuesto de la acepción sentimental del término, tan prevaleciente hoy.

En ese entonces Les pareció necesario hacer dos cosas antes de poder utilizar provechosamente las potencias venideras de la era acuariana. Primero, la humanidad debía elevar su conciencia al plano mental; tenía que expandirse para incluir no sólo el mundo de la emoción y del sentimiento, sino también el del intelecto. Era necesario activar las mentes de los hombres en forma amplia y general, y además debía ser elevado todo el nivel de la inteligencia humana. Segundo, era preciso hacer algo para derribar las barreras de la separatividad, el aislamiento y el prejuicio, que mantenían separados a los hombres y que Ellos preveían acrecentarse. Ciclo tras ciclo, se irían encerrando más en sí mismos -satisfacción, exclusión y orgullo racial. El resultado de todo esto conduciría inevitablemente a una amplia separatividad y a la construcción de barreras mundiales entre una nación y otra, entre una raza y otra.

Esta determinación de los miembros de la Jerarquía de entrenar las mentes de los hombres con mayor rapidez, y la construcción de una unidad más sintética, los llevó a una decisión que involucraba la formación de unidades grupales y trajo la aparición de esos grupos de trabajadores y pensadores que, mediante sus actividades, han regido y moldeado tan ampliamente nuestro mundo durante los últimos tres o cuatro siglos. Por lo tanto, desde la fecha de este cónclave tenemos la inauguración del trabajo grupal específico y definido, claramente delineado, representando cada grupo algunos aspectos peculiares de la verdad y del conocimiento de la realidad.


GRUPOS DE TRABAJO EN CULTURA, POLITICA,

 RELIGIÓN, CIENCIA:



Estos grupos se clasifican generalmente en cuatro sectores principales: cultural, político, religioso y científico. En tiempos más modernos han aparecido, en forma definida, otros tres grupos: filosófico, psicológico y financiero. Lógicamente, los filósofos han estado siempre con nosotros, pero la mayoría eran unidades aisladas que fundaron escuelas caracterizadas por el partidismo y la separatividad. En la actualidad no hay personajes sobresalientes como en el pasado, sino grupos que representan ciertas ideas. Es de profunda importancia que el trabajo de estos siete grupos de pensadores sea reconocido como parte del programa jerárquico destinado a producir cierta situación, a originar determinadas condiciones preliminares y a desempeñar una parte definida en el trabajo de la evolución mundial, en lo que a la humanidad concierne.

[…]La unificación a que aspiran las personas que miran hacia el futuro no implica despreocuparse de ninguna de las partes, pero sí cuidar y nutrir a cada una de ellas, a fin de poder contribuir al bienestar de todo el organismo. Implica, por ejemplo, un buen gobierno y un adecuado desarrollo de toda unidad nacional para que pueda desempeñar adecuadamente sus deberes internacionales, y así formar parte de una hermandad mundial de naciones.  Este concepto no abarca siquiera la formación de un estado mundial, pero sí el desarrollo de una conciencia pública universal que se dé cuenta de la unidad del todo, produciendo la determinación de cada uno para todos y todos para cada uno, según se ha dicho. Sólo así podrá lograrse una síntesis internacional caracterizada por el desinterés político y nacional. Este estado mental universal tampoco implicará la inevitable creación de una religión mundial o universal. Requiere sencillamente el reconocimiento parcial, en tiempo y espacio, de todas las formulaciones de la verdad y de la fe, adecuadas momentáneamente a los temperamentos y condiciones de la época y de la raza. 

Quienes propician cierto acercamiento especial a la verdad llegarán no obstante a comprender que otros acercamientos, terminologías y métodos de expresión, como también modos de definir a la deidad, pueden ser igualmente correctos y constituir en sí, aspectos de una verdad mayor y más vasta de la que el equipo actual del hombre puede captar y expresar. Los Grandes Seres Mismos apenas vislumbran la realidad y aunque son más conscientes que Sus chelas, de los propósitos más profundos subyacentes, sin embargo, ni Ellos Mismos pueden vislumbrar la meta final. También están obligados a usar en Sus enseñanzas términos tan inadecuados como Realidad Absoluta y Realización final. Por eso, durante los últimos tres siglos, ha aparecido un grupo tras otro, que desempeñaron su parte, y hoy cosechamos el beneficio de sus esfuerzos. 

Por ejemplo, en el grupo cultural, encontramos el surgimiento de los poetas de la era Isabelina, los músicos de Alemania y de la era Victoriana. Además hay grupos de artistas pintores, fundadores de las famosas escuelas que son la gloria de Europa. Dos grupos famosos, uno cultural y otro político, también desempeñaron su parte, trayendo uno el Renacimiento, y el otro la Revolución Francesa. Los efectos de su trabajo todavía se hacen sentir, porque el movimiento humanista moderno con su énfasis puesto en el pasado, que termina en el presente, y en la búsqueda de las raíces del equipo del hombre, las tendencias primitivas se remontan a la época del Renacimiento. La revolución y la determinación de luchar por los divinos derechos del hombre encuentran su principal influencia e ímpetu originantes en la Revolución Francesa. La sublevación, la formación de partidos políticos, la lucha de clases, tan prevalecientes hoy, y la separación de cada país en grupos políticos antagónicos, si bien siempre ha sido esporádico, se ha hecho universal durante los últimos doscientos años, resultado de la actividad grupal iniciada por los Maestros. 

Debido a esto, los hombres han progresado y aprendido a pensar, y aunque pueden pensar erróneamente y emprender experimentos desastrosos, el bien final es inevitable e ineludible. Incomodidades temporarias, depresiones pasajeras, guerra y derramamiento de sangre, penurias y vicios, pueden llevar al irreflexivo, a las profundidades del pesimismo. Pero quienes conocen y sienten la mano guiadora interna de la Jerarquía, son conscientes del sano corazón de la humanidad y del caos actual y, quizás, a causa de esto, surjan aquellos que están capacitados para resolver la situación y son apropiados para la tarea de unificación y síntesis. Este período se ha llamado ocultamente la "era de restauración de lo que fue destruido por la caída". Ha llegado el momento en que las partes separadas puedan unirse y la totalidad elevarse nuevamente a su primitiva perfección.



GRUPOS DE TRABAJO EN FILOSOFÍA, 

PSICOLOGÍA Y FINANZAS:


[…]Los tres grupos a los cuales me referí anteriormente requieren un comentario. Su trabajo es curiosamente distinto del de los otros grupos y sus componentes son extraídos de todos los grupos de rayo, aunque los integrantes del tercer grupo (el de los financistas) pertenecen principalmente al séptimo rayo, el de la organización ceremonial. Por orden de aparición, éstos son los grupos de filósofos, psicólogos y hombres de negocios.

El grupo más moderno de filósofos está moldeando poderosamente el pensamiento, mientras que las antiguas escuelas de filósofos asiáticos recién comienzan a ejercer su influencia sobre las ideas occidentales. Por el análisis, la correlación y la síntesis, se desarrolla el poder del pensamiento del hombre, y la mente abstracta puede unificarse con la concreta. Por lo tanto, mediante su trabajo, la interesante sensibilidad del hombre con sus tres características sobresalientes, instinto, intelecto e intuición, es llevada a una condición de inteligente coordinación. El instinto relaciona al hombre con el mundo de los animales, el intelecto lo une con sus semejantes, mientras que la intuición le revela la vida de la divinidad. Los tres son tema de investigación filosófica, porque la índole del tema de los filósofos es la realidad y el medio para adquirir conocimiento.

Los dos grupos más modernos son el de los psicólogos, que trabajan bajo el mandato délfico, "Hombre conócete a ti mismo", y el de los financistas, custodios de los medios con los cuales el hombre puede vivir en el plano físico. Ambos grupos, necesariamente y a pesar de aparentes divergencias y diferencias, son más sintéticos en sus aspectos básicos que cualquiera de los otros. Un grupo se ocupa del género humano, de los distintos tipos de humanidad, del mecanismo empleado, de los impulsos y de las características del hombre y del propósito -aparente y oculto- de su ser. El otro dirige y ordena los medios en virtud de los cuales existe, controlando todo lo que puede convertirse en energía y constituyendo una dictadura sobre todos los medios de relación, comercio e intercambio. Controla la multiplicidad de objetos -formas que el hombre moderno considera esenciales para su modo de vivir. 

El dinero, como ya se ha dicho, sólo es energía o vitalidad cristalizada, lo que el estudiante oriental denomina energía pránica. Es una concreción de fuerza etérica. En consecuencia, es energía vital exteriorizada, y este tipo de energía está dirigido por el grupo financiero. Es el último grupo, desde el punto de vista cronológico, y su trabajo (debe recordarse) está definidamente planeado por la Jerarquía, produciendo efectos de gran alcance en la tierra.


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