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martes, 2 de octubre de 2012

DE LA NOCHE OSCURA DEL ALMA Por Eliper F&E Octubre de 2012 La demasiada luz, o
bnubila. No se puede mirar directamente al sol sin perder la posibilidad de observar con claridad, algo similar sucede con la demasiada información que pasa a llamarse “infoxicación”. Parece que entre mas nos acercamos a la fuente primaria, tanto mas perdidos nos sentimos, lo cual puede suponer una situación de desaliento para el Buscador. En el presente artículo, trataré de aproximarme a un momento específico en el largo y complejo camino que sigue el Pensador durante su proceso evolutivo, hago referencia a un instante conocido como “La noche oscura del alma”. Se dice que justo antes de que el primer rayo del alba despunte en el horizonte, la noche ha alcanzado su máximo grado de oscuridad, pues las tinieblas no son más que la ausencia absoluta de luz. Esta idea vale la pena tenerla presente siempre: “La oscuridad no es mas que la carencia de luz”, así como la ignorancia no es mas que la falta de conocimiento, esto es, ellas por si mismas no existen, no tienen validez ni estructura; o, para expresarlo en términos orientales, “su esencia es el vacío y la vacuidad es su forma”, tal como lo contempla el Budismo Tibetano en el Sutra del Corazón refiriéndose a la esencia vacía de los cinco skandas . Las cosas reales son invisibles a los ojos humanos y el ser humano es incapaz de observar por si mismo la esencia real de las cosas, incluido el sol. No obstante, y con esta incapacidad manifiesta, si nos es dado aproximarnos por analogía, por intuición o por meditación a la esencia real de algunas ideas arquetípicas y del vasto conocimiento que encierra, por ejemplo, la creación del universo. No obstante, el desarrollo de este tema nos llevaría por una ruta diferente a la propuesta en este escrito, por tanto, y en aras de cumplir el propósito, debemos volver un poco sobre nuestros pies. Decía que la oscuridad existe gracias a la luz, lo cual no es nada nuevo pues todos los pares de opuestos presentan esta misma característica, es decir, cada uno existe gracias al otro, siendo esta, precisamente, la esencia de la creación. Sabemos qué significa “arriba” porque tenemos presente y conocemos el significado de “abajo”, y así sucesivamente. Pero, ¿de qué nos sirve conocer la importancia de la dualidad como condición de aprendizaje humano para comprender el significado de la Noche Oscura del alma? “Como es arriba”, es abajo, reza un viejo proverbio Hermético; si quieres conocer a Dios, conoce su creación, el ser humano. Conocer la luz, nos permite aproximarnos a la oscuridad con meridiana claridad, lo que supone que en la Noche Oscura del alma está presente la luz. Lo dijimos en alguna ocasión: el problema no es el conocimiento, sino la herramienta con la cual se accede al mismo. El conocimiento está aquí, ahí y allá para quien desee saber y tenga el coraje de ir tras él. La equivocación fue de Merlín y no de la Dama del Lago, cuando esta le dijo que en cierta isla encontraría un caballero de corazón puro que salvaría el reino y aquel se llevó a Lancelot, cuando debía llevarse a su hijo, Galahad . Pues bien, mas allá de aceptar o no, de creer o no, de decidirse a buscar o permanecer en la inercia, la verdad está allí esperando ser develada por la mente inquisidora e inquieta, que no le teme a la muerte del cuerpo físico y que esta dispuesta a encarar la Noche Oscura del alma aun a costa de entregar su propia vida. Es en ese sentido que, y tal como está documentado, grandes personajes de la historia han pasado por este momento culminante antes de obtener la gloria a la que se han hecho merecedores gracias a sus constantes sacrificios en beneficio de toda la humanidad. La Madre Teresa de Calcuta escribía a su confesor en medio de un torrente de emociones encontradas, cartas en las cuales detallaba en las postrimerías de su vida, la oscuridad tenebrosa por la cual estaba atravesando y con palabras, casi con gritos de desesperación, le preguntaba a su confesor las razones por las cuales Dios la había abandonado y ya no la quería. Ella se sentía tremendamente sola en medio de un mar tenebroso que ofuscaba y obnubilaba su visión de ayuda a las personas más necesitadas pero que, a la vez, dejaba una absoluta e irrefrenable claridad de la fortaleza del amor hacia Dios. “Yo le amo con todo mi ser, aunque Él ya no me quiera”, decía. Situación similar se puede encontrar en personajes inmensos como Jesús El Cristo, cuando iba a ser entregado. Consciente de la dura prueba que debía afrontar y de su condición de ser humano, se retira en soledad y le pide al Padre “aparta de mí ese cáliz, pero hágase tu voluntad”. La Noche Oscura del alma es, sin duda, una dura prueba que el alma debe encarar en solitario, pues es allí donde debe demostrar que está lista para avanzar al siguiente estadío. En perspectiva, se puede comparar con la “guru-dakshina” o tributo que el discípulo tenia que pagar al Maestro por sus enseñanzas, tal como fue el caso de Ekalavya cuando su mentor Drona le solicita que se corte y entregue su dedo pulgar derecho . En este mismo contexto y región, tanto Arjuna como Yudisthira (dos de los cinco príncipes Pandavas) debieron encarar su propia Noche Oscura cuando, justo antes del combate, Arjuna tira su arco Gandhiva al suelo y le dice a su guru que no puede pelear a muerte contra sus enemigos. Por su parte Yudisthira, el justo, debe afrontar una dura prueba en medio de las tinieblas y rodeado de cadáveres pestilentes justo antes de que pueda entrar al reino celestial. Así tambien, y continuando en la India, podríamos notar el caso del ultimo Buda, Sidharta Gautama, quien antes de alcanzar el nirvana se vio enfrentado a tres grandes pruebas iniciáticas que Maya –la ilusión-, le tenía preparadas y que se pueden resumir así: la primera estaba relacionada con los placeres mundanos como la sensualidad y la concupiscencia (los 5 skandas), es decir, con los apegos e identificación del Pensador con las cosas pasajeras de esta existencia. La segunda tiene relación con los temores, los miedos y la falta de voluntad que suele acompañar al Pensador en todo momento. La tercera y quizás la mas difícil se representa por la vanidad e identificación de la personalidad consigo misma, es decir, creer que lo que veo de mi mismo es mi esencia. Finalmente y en un ejemplo mas prosaico, diríamos que El Caballero de la armadura oxidada (que, dicho sea de paso, representa a todos los seres humanos) también pasa por su Noche Oscura no solamente al interior de los castillos del silencio y la sabiduría, sino cuando se encuentra colgando en un abismo sin fondo aparente y una voz le dice que se suelte y se deje caer al vacío. De esta manera, podríamos seguir enumerando distintos ejemplos tanto reales como aquellos aportados por los grandes escritores que han vislumbrado un poco de la real sabiduría y han querido entregarla, velada para los profanos, en sus grandes obras literarias. En cualquier caso, la Noche Oscura del alma está relacionada con dos circunstancias especiales: la necesidad de cambio constante y la llegada a un punto de referencia. Todas las cosas están en movimiento constante, desde el viento hasta las criaturas que pueblan los mares y la tierra; todo en el universo sigue un curso porque detenerse es empezar a morir. Los cambios no son el problema, pues estos estarán presentes lo queramos o no, los deseemos o los odiemos, los pidamos o los rechacemos. Lo verdaderamente importante en este caso es aprovechar el cambio para renovar las viejas estructuras de pensamiento, de actuación y de convicción. Moldearnos a nosotros mismos desde la exquisitez y perfección de los Arquetipos, bajo la certeza de que lo que es bueno para el ser humano, es bueno para la humanidad. Finalmente, podríamos tomar la “Crisis Espiritual” como una antesala a la Noche Oscura del alma. Pero, ¿Qué es la crisis espiritual? Veamos. Para algunos Pensadores, como E. Muñoz, la “Crisis Espiritual” que puede sufrir un ser humano está dada por tres características, a saber: 1. Sensación de ausencia de sentido y finalidad. 2. Sentimiento de miedos nuevos y raros. 3. Necesidad de experimentar devoción por algo superior a uno mismo. Aun cuando estas tres condiciones, sin duda, sitúan al alma en un momento oscuro y sin aparente sentido, son solo la confirmación que “algo más grande” está sucediendo al interior de la persona. Que el llamado de su Ser interior es ahora mas claro, mas directo y casi imperioso. Nada que no sea lo perfecto, lo excelso y eterno, puede alegrar el alma cuando esta ha probado y ha bebido de la fuente de la inmortalidad. Es una sed que no se calma con el agua corriente, un hambre que no colma el alimento físico y que solo puede saciarse yendo un poco mas allá, allí donde refulge la luz incombustible de la chispa divina que existe en cada ser. Es tu deber, como el Arjuna que eres, combatir y vencer en cualquiera que sea la batalla que ahora mismo estés librando. No le temas a la Noche Oscura del alma, ella solo es la señal inequívoca que pronto amanecerá y el sol renovado brillará de nuevo en tu camino de evolución.

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