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miércoles, 22 de agosto de 2012

SOBRE LA MUERTE COMO PRINCIPIO

Sembrar y cosechar, llorar y reír, fracasar y tener éxito, nacer y morir…son solo algunos de los muchos pares de opuestos en los cuales se verifica nuestra existencia. El principio y el fin son tan engañosos como todos los extremos en medio de los cuales vivimos, es por ello que una de las cualidades más importantes que hemos venido a desarrollar en esta existencia es el DISCERNIMIENTO, aquella virtud que nos permite hallar lo que el último Buda denominó “El Camino Medio”. Ni tanto que queme el santo ni tan poco que no lo alumbre, solían decir los abuelos y nos les faltaba razón. Si colocas la vela demasiado cerca al santo sin duda lo quemará junto con la casa. En e
l presente escrito trataré de acercarme a uno de esos extremos conocido como la muerte y lo haré desde los pocos pero seguros conocimientos que permiten muchos años de lecturas comparativas, pensamiento dirigido y experiencias directas propias y ajenas relacionadas con el tema. Desde los albores de la humanidad el ser humano se ha mostrado interesado por responder a una pregunta que aun hoy día sigue perturbando la existencia de muchas personas inquietas: ¿Quién soy? Este interrogante se puede replantear así: ¿Cuál es mi objetivo en esta vida?, o: ¿Por qué he venido a este mundo?, e, incluso: ¿Cuál es mi misión en la vida? Sin importar la manera de plantearla, tanto la finalidad como el método de responderla son siempre los mismos. Veamos. Si una persona realiza el sencillo ejercicio de sustraerse mentalmente del planeta, esto es, imaginarse elevándose por el aire y ver bajos sus pies su casa, luego su ciudad, su país, su continente, su planeta, su sistema solar, su galaxia, su nebulosa, quizás una supernova y luego…? La mente del profano entra ahora en una encrucijada pues carece de datos para continuar su viaje, con lo cual tiene dos alternativas: aceptar que el universo tiene un final (lo cual supone un caos irresoluble pues lo que le sigue es la nada, pero ella misma es “algo”) o, aceptar que le falta información para tomar una determinación al respecto y continuar su búsqueda. La segunda opción parece la mas acertada para el Pensador (aquel que decidió conocer la verdad, hacerla valer y seguirla aun a costa de su propia vida –diríamos, muerte-), pero supone el uso de las facultades inherentes al ser humano (tanto las desarrolladas como aquellas que apenas empiezan a aflorar, como la intuición, la clarividencia, etc.). Dado que el Pensador ha decidido seguir adelante con la búsqueda de la respuesta a su pregunta, debe aceptar que requiere mas información (mejor dicho, conocimiento) y que por lo pronto partirá de algunas bases ciertas que le permitan fijar su pensamiento sobre una plataforma meridianamente solida. Algunos datos para conformar esa plataforma son los obtenidos por fuentes científicas, teológicas, teosóficas, filosóficas, etc., tales como la existencia de cerca de 200 mil millones de estrellas con sus sistemas planetarios, lo cual supone un vasto universo incomprensible para la mente profana actual. En este orden de ideas, queda resuelta una gran inquietud: No estamos solos en el universo. Este es demasiado grande para no abrigar diversas formas de vida. Ya tenemos aquí otro elemento más en la plataforma. Pero sigamos. Si el universo es infinito, si no estamos solos en él y si existe un proceso evolutivo para todos los seres, es porque la vida tiene un fin, es decir, la existencia está justificada en alguna manera y para todos los seres, por lo tanto la vida y la muerte, sembrar y cosechar, llorar y reír no son el comienzo ni el fin de algo. El nacimiento del ser y su respectiva muerte no fijan los límites de su existencia en tanto seres de luz. El problema no está en la carencia de una verdad, sino en la dificultad de comprender las múltiples expresiones de dicha verdad. Si a una persona que padece daltonismo se le pregunta cual es el color que ve en un cartel y este responde equívocamente, el problema no es del color, sino del instrumento con el que se aprecia el mismo. La verdad ha estado siempre allí, la dificultad radica en la herramienta y en el observador, no en el conocimiento. Aquí nos enfrentamos a uno de los grandes problemas de la humanidad y la causante de todos los males que la aquejan: la ignorancia. Por ignorancia se pueden cometer los mas grandes errores, ella es causa de la miseria de los pueblos y el entorpecimiento de los sentidos que llevan a juicios errados, sesgados e incompletos. Si el anterior análisis se hace a conciencia, se debe llegar a la aceptación de la existencia de un objetivo o una meta en cada ser, lo cual elimina la casualidad como posibilidad de desarrollo y nos sitúa en la causalidad como engranaje de la vida misma o, lo que es lo mismo, el determinismo activo (potencial en muchos casos) de la evolución en tanto motor de la vida única y total. Como ejemplo de lo anterior, permítanme hablar del amor cuya condición esencial es la expansión. Cuando una persona ama a otra, lo usual es que trate de poseerla en todo sentido, aprisionarla, encerrarla en su concepción del mundo y quererla toda para si misma. Como resultado de esta situación surgen los celos, la desarmonía, el odio, el rencor, la aprensión, etc., condiciones que generan contradicciones y velan la existencia de la persona. En cambio, si dicho ser humano se dispusiese a aplicar la esencia del amor, esto es, la expansión, tendría como resultado que además de amar a esa persona también amaría todo cuanto la rodea, su mundo se expandiría de forma infinita y recibiría a cambio mucho mas amor del que está dando. Esta es la condición de expansión del amor, igual sucede con otros sentimientos y con todas las virtudes. Como habréis notado, el método que he venido aplicando es el de partir de las certezas, tanto las adquiridas por propia experiencia como aquellas que otras personas han logrado. Esta es la manera de avanzar en la obtención de conocimiento real, de evolucionar en medio de un universo que aun se nos antoja desconocido y muchas veces lúgubre y espinoso. El discernimiento nos permite hallar y aceptar las certezas que conforman nuestra plataforma de vida y desde la cual podemos expandirnos en la búsqueda de las respuestas a las preguntas que nos plantee la vida misma. En consecuencia, y para muchas personas, algunas de estas certezas son: • El universo en su totalidad aun nos es desconocido. • La vida y la muerte y todos los extremos posibles no son la totalidad. • Existe un camino medio que nos permite hallar la verdad de la existencia. • Tenemos un propósito de vida que hemos venido a desarrollar. • La condición esencial del amor (y de todas las virtudes) es la expansión. • Las causas de la acción son el conocimiento, la cosa a ser conocida y el conocedor. Dado el poco espacio en que pretendo presentar un tema tan complejo, me resta hacer una aproximación al concepto de muerte y conminar a los posibles lectores a continuar en su propia búsqueda, sin aceptar mis certezas, ni las de nadie, hasta que su propia experiencia los haya convencido de su validez. En tal sentido, se puede notar con cierta curiosidad que aun cuando la muerte es algo seguro, el ser humano trata de no pensar, soñar o hablar acerca de ella y esta curiosidad tiene una fácil explicación: al tenerla como el final de todo, se la ve como algo negativo, punible y censurable que acaba con el objetivo de la existencia. La muerte equivaldría al final del universo, aceptarla es aceptar que el universo tiene final. En estos términos, cada mañana al salir el sol habría un nacimiento y al ponerse, una muerte; los ciclos de día y noche estarían marcados por estos dos extremos y, tal como hemos colegido, en ningún extremo hay resolución, dando como resultado que la existencia es una e infinita como el universo mismo. Las expresiones de nacimiento y muerte son solo pequeños momentos en los que se verifica el aprendizaje en términos de evolución y dan sentido al proceso mismo, pero en ningún momento fijan el comienzo y el fin de la existencia. Comprender esta verdad significa aceptar la responsabilidad por la propia vida, por el mejoramiento continuo de nosotros mismos y por la interdependencia con todos los seres que habitan el universo. Entonces y, en consecuencia, tenemos que replantear la pregunta ¿Qué sucede después de la muerte?, y expresarla en términos de continuidad: ¿Cómo es la vida más allá del plano puramente físico? No olvide que el correcto planteamiento de la pregunta es la clave para una respuesta óptima. La aproximación a la respuesta para esta pregunta la haré, nuevamente, desde las experiencias aplicadas, tanto propias como ajenas, el conocimiento ecléctico multidisciplinar del que disponemos y la intuición como herramienta del pensamiento concreto. Una vez que el cuerpo físico ha culminado su proceso vital, deja de ser adecuado para retener el alma individualizada, la cual debe continuar su proceso evolutivo en otros planos de la existencia dentro de la cadena evolutiva humana. El cuerpo físico retorna a la tierra de donde provino mientras que el alma continúa, más o menos activa, en el plano astral, previo un exhaustivo análisis y apropiación de las experiencias ganadas en su vida terrenal ultima. El grado de consciencia en el plano astral dependerá del desarrollo que haya tenido mientras vivía en la tierra, lo cual supone la importancia capital que tiene el desarrollo de la misión u objetivo de vida. Es una imagen desastrosa contemplar las almas lamentándose por las oportunidades perdidas. El aprovechamiento de este tiempo en el plano sutil depende, a su vez y tal como es en la tierra, de la capacidad que tenga el ser de aprovechar los recursos existentes y ponerlos al servicio del Gran Plan ideado para todos los seres del universo. Tanto en la tierra como más allá de ella hay una gran cantidad de trabajo por desarrollar, pero sin duda la condición más importante para avanzar en la evolución es el servicio a los demás y por esta vía, a la Ley Divina. Esta es, quizás, la última certeza sobre la cual podemos cimentar nuestra existencia. Los dones y virtudes no sirven de nada si no se ponen al servicio de los demás, solo esta condición da sentido pleno a la existencia humana y nos capacita para comprender la realidad única de la cual somos solo una pequeña parte. Tu has sido, tu eres y siempre serás, por lo tanto, no te aflijas por cosas pasajeras; aplica el discernimiento para detectar aquellas cosas que si son eternas, inmutables y valiosas y, sobre ellas, aplica todo tu esfuerzo, tus energías y tu pensamiento de tal manera que coadyuves con la economía del universo. El camino no es fácil, pero tiene la garantía de la verdadera y eterna felicidad.

4 comentarios:

  1. Tema complejo este de la muerte viejo Eliper. Respecto del universo, alguna vez me he planteado la pregunta si el universo es infinito pues eso no cabe en mi mente, pero si no lo es, que podría haber mas alla? A ver si mentes mas brillantes (como la tuya) tiene mejores respuestas ;) Un abrazo

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  2. Hello My Old best friend...,well, this is a really difficult quesstion, however somebody has to know the answer, maybe we need a whole life (or many lives) to decode it, but to start is the most important step in this life. Otherwise, to consider that the universe is finite, I mean, has a limit, is another problem, because we could ask: ¿So what?....I will continue trying to find the answer, but one thing is correct: the universe is unfolding, as it should be...Don't you think?...Have a nice week....my brother, my friend

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  3. Siempre un tema de bastante complejidad. La muerte esta tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja. Siendo seres espirituales inmersos en esto que nos movemos y en este cuerpo mismo, creo que si vivieramos como una semilla que se prepara para el dia en que va a ser sembrada cuando partamos de este planeta dejando en ella miles de cosas hermosas y poner dentro de ella nuestras mejores cosas acciones y deseos para con todo. En ese punto la escencia dentro seria lo importante liberandonos de tantos apegos.

    una idea que me causa mucha curiosidad y puede ser buen elemento para la humildad y comprension pues simplemente unsa semillita queda olantada con el fin de este cuerpo pero lo real esta dentro de ella; porque recuerden que de minusculas semillas crecen arboles gigantescos.

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  4. Seguimos en contacto y en reciprocidad, mi amigo Waxz...espero que un dia tomemos un cafe juntos como en los viejos tiempos...Saludos

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