Traductor/Translate

domingo, 10 de junio de 2012

DIARIO DE ABORDO Abril, martes 3 de 2012. 1a ETAPA: SAINT JEAN PIED DU PORT (Francia) – RONCESVALLES (España) Desde Robledillo de la Jara he tomado un bus hasta Buitrago del Lozoya y desde allí hasta Madrid. En el intercambiador de Avenida de América he abordado el bus (PLM) con destino a Pamplona. Durante el trayecto he conocido a Daniela, Venezolana que recién llegó de Caracas y que viaja a Saint Jean Pied du Port para hacer 14 días de viaje y luego regresar a su país. Llego a Pamplona pero el bus que sale para Roncesvalles ya está lleno y no hay personas suficientes para enviar otro bus, por tanto, la sugerencia es tomar un taxi. Somos cinco personas, Daniela ya tiene su tiquete en bus. Nos repartimos en dos taxis y empezamos a subir a Roncesvalles. Decidimos negociar con el conductor para que nos lleve hasta Saint Jean Pied du Port a un costo de 96 euros en total. Llegamos a nuestro destino a las 7.30 pm, ubicamos el Albergue y nos acomodamos. He viajado hasta allí con dos españoles, Martha y Javier, pero ahora en el albergue hay muchos extranjeros. Antes de salir hacia el sitio donde están las literas, conozco a Akiyo, la japonesa que se quedará con parte de mi corazón y con todo mi aprecio, también conozco a un luxemburgués que luce y camina tal cual Jean Reno en la película Azul Profundo. Quedo gratamente impresionado con la humildad y sencillez de Akiyo, tanto que esa misma noche salimos juntos a cenar (Pizza y coca cola, después un café). La pareja de españoles que viajaron conmigo deciden tomar la mañana siguiente el camino por la ruta de Valcarlos, que es más llana y transcurre, en parte, por la autovía. Akiyo y yo hemos decidido viajar por la ruta de Napoleón, que es más inclinada, va por la montaña y es también más dura. Esta primera noche en el albergue no dormí mucho, pues la tensión de la espera, lo nuevo de las literas y ante todo, los movimientos constantes de la persona que ocupa la litera de abajo, me impiden dormir bien. Es Javier, el español, que ocupa dicha litera y que luego me confiesa que duerme poco porque tiene no se qué problema de corazón, por tanto lleva consigo un arsenal de pastillas para su control. Entre los movimientos de la litera (al moverse la cama de abajo, también se mueve la superior), esa primera noche sueño que estoy en medio de un terremoto y también sueño con gatos. En la cena, Akiyo me ha comentado que tiene un hijo de 22 años y que vive con él y con su señora madre. Akiyo es reservada y muy cortes, pero solo habla el japonés y su inglés es poco y difícil de entender para mí, por lo que he optado por ayudarme de una agenda en donde le escribo y ella me escribe lo que no nos quede claro. Iniciamos a caminar a las 07.00 am, aun no amanece y hay lluvia, nieve y neblina. Después de servirle de traductor al francés para que la española pueda dejar su mochila en el albergue mientras viene una persona a recogerla, la encargada de la cocina responde que no hay problema. Tomamos el desayuno y empezamos caminar. Nos despedimos de la pareja de españoles que tomaran la ruta por Valcarlos y empezamos a subir. Al comienzo poco hablamos y más bien tratamos de acomodar las mochilas, de encontrar el ritmo adecuado y asimilar los paisajes espectaculares de la región. Fotos aquí y allá, cantos de cuervos en la distancia y peregrinos que nos alcanzan y pasan, después del respectivo saludo de “Buen Camino”. Una pareja de Irlandeses nos pregunta en un inglés fluido, pero difícil de entender para mi, si Akiyo y yo somos pareja, le aclaro que somos amigos y seguimos caminando. Más tarde, al ayudarle a acomodar su morral, me doy cuenta que pesa demasiado, mucho más que el mío y le pregunto si acaso no lleva demasiado peso. La cuesta es más pronunciada a cada paso y las señales no se ven muy bien a causa de la intensa neblina. El camino empieza a cobrar sus primeras víctimas y una pareja de holandeses se sientan a la vera del camino a tomar su primer descanso. Llegamos a Orison, entramos y pedimos dos cafés. La pareja de irlandeses llegan un poco más atrás y se sientan a tomar su café, nos ofrecen pan integral que recibimos de muy buen gusto. Akiyo me había dicho que tenía planeado quedarse ese día allí y continuar al día siguiente pues considera muy larga y difícil la etapa para ella. Me regala una figura de papel (Origami) para que me acompañe y me de buena suerte. Sin duda que así será. Nos despedimos con un caluroso abrazo, y como la madre que es, me acomoda el morral y el abrigo contra la lluvia, sale hasta la calle a despedirse de mí, sin importarle que se esté mojando ella misma. En ese momento siento que con ella se queda gran parte de mi vida. Es curioso, como después de solo una noche y medio día juntos, ya tengamos tanta cercanía y ya empiece a extrañarla tanto. Estas son cosas que solo las comprende quien ha hecho el camino de Santiago. Ahora que estoy solo, tratando de alcanzar el Alto de Lepoeder, pienso en las razones que tengo para hacer el Camino. Los motivos de cada uno son diferentes, personales e importantes, pero seguramente coinciden en razones religiosas, filosóficas o de cambios de vida. Arriba en la montaña hay mucho hielo, la neblina no permite ver más allá de dos metros y solo se escucha el silbido del viento y el canto de algún cuervo. En otro momento, me llega el sonido de una campaña, me paro para tratar de saber de qué se trata, el sonido se acerca cada vez más pero no logro ver figura alguna. Sigo caminando y más adelante se va haciendo clara una figura a la vera del camino, se trata de un caballo que lleva colgando en su cuello la campana, seguramente para poderlo hallar en medio de la niebla. Una peregrina americana me contará, días después, que estos caballos los usan para comérselos. No lo se. Voy ahora muy cansado y empiezo a notar que la voluntad es quien toma las riendas del cuerpo cuando éste no puede más. Solo es posible seguir caminando, detenerse es empezar a morir, esto lo comprobaría ampliamente en las etapas sucesivas. Muchas cosas me van a impresionar en este Camino, por ahora me quedo con una: En un tramo de esta primera etapa, se pisa una capa de hojas de roble de unos quince centímetros de espesor, los pies se hunden en las hojas mojadas mientras el hielo permanece en las orillas. Pienso y trato de imaginarme a Roldan y sus pares cruzando estos Pirineos inhumanos. Las manos las siento cada vez mas heladas, en un proceso que pude comprobar en repetidas ocasiones: primero se siente mucho frio en las manos, los dedos tiemblan; luego se siente un ardor como cuando se ha metido la mano en el fuego y, finalmente, no se siente nada, ya el frio no es molesto hasta que tratas de tomar una taza de café caliente y notas que tus dedos no responden. El peligro es quemarse. Una pareja holandesa, en el albergue de Roncesvalles, ha confesado que estuvieron perdidos en lo más alto del camino durante dos horas, pues la niebla les ha dificultado ver las señales. Aquí arriba solo se escucha el sonido de un cuervo y el golpeteo de bastones en el asfalto que poco a poco van tomando figuras humanas. En un momento determinado, me paro y miro a mi alrededor para descubrir que estoy en una planicie y que a mi alrededor se forma un circulo de aproximadamente seis metros de diámetro, afuera del circulo solo niebla.

4 comentarios:

  1. Hola,

    Sr Eliecer, que haces? viajas por el tiempo? por la fecha de la foto pienso que si!, y bueno por que el deseo de aguantar el frio?

    Luis Fernando Aguirre,

    ResponderEliminar
  2. Hola amigo Fernando, que detallista eres?...me gusta que no pierdas esa cualidad. Pues no me di cuenta que la fecha de la camara estaba equivocada, la real se situa entre el 2 de abril y el 10 de mayo....Como van tus cosas?, el estudio? el trabajo? y sobre todo la formación administrativa, personal y laboral?....Me congratula mucho saber de usted....Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Bno ascenso y ascenso en la Compañia que trabajo, pero quiero cambiar de trabajo, Hoy Arranco 4semestre y de lo otro ni hablar! Un Abrazo Fuerte.

    ResponderEliminar
  4. Super, no espero menos de ti. Te auguro y lo sabes, grandes exitos en tu vida laboral y personal...

    ResponderEliminar