Traductor/Translate

sábado, 27 de noviembre de 2010

EL FUTURO DE LAS PROFESIONES


Por ELIPER F&E
Noviembre de 2010

El cambio es la única constante en la vida del ser humano. Todo cambia: las modas, las costumbres, las comidas y las profesiones. La adaptabilidad al cambio es una de las virtudes de que en la actualidad y a futuro deben desarrollar  las organizaciones si desean permanecer en el escenario de los negocios; sin importar el tipo o el tamaño de empresa a que  se haga referencia, la capacidad para entender y asimilar los cambios constantes relacionados con su quehacer determinaran a futuro tanto la complejidad como la supervivencia de toda organización, ya se trate de empresas privadas como de empresas públicas; del sector del calzado a los alimentos, etc. Todos los sectores y sub-sectores de la economía  mundial se ven abocados a afrontar los continuos desafíos que a diario se les presentan tanto desde afuera (Amenazas y Oportunidades), como desde dentro de la organización misma (Debilidades y Fortalezas).
La capacidad de adaptación –que dicho sea de paso, ha mantenido a la especie humana en el planeta tierra durante millones de años-, ha sido determinante para constatar el grado de desarrollo y evolución de las demás especies, con lo cual, hablar de cambio constante no es nada novedoso ni, por supuesto, preocupante.
Al internarse en el campo de las profesiones, es de notar que en nuestro medio, éstas se adaptan a las necesidades del entorno empresarial, es decir, el mercado laboral (ML) quien condiciona de manera directa la aparición y mantenimiento de las mismas, con lo cual las universidades se vuelven contestatarias –cuando no reaccionarias-, al modelo de intercambio de bienes y servicios que imponga el sistema que impera en la sociedad. En ese sentido, el desarrollo mismo de la sociedad es quien, históricamente, ha generado y condicionado el desarrollo de las profesiones, los trabajos y los oficios, y le ha dado en cada momento un valor a cada uno de ellos. Por ejemplo, en la antigua Grecia, el trabajo o profesión de mayor valor estaba relacionado con la filosofía, en tanto que en Roma una profesión de alto valor era la de Gladiador. En el mismo decurso de las sociedades, encontramos a Alemania destacándose en la música,  Francia en la lucha por los derechos humanos e Inglaterra en la escritura.
Un poco más cercano tenemos  a países como Estados Unidos que hallaron su manifestación primaria en la generación de conocimiento sobre todo a nivel teórico, postulados que llevarían al Japón a surgir cuando los ha aplicado en el campo practico; por su parte, China e India han recogido estos conocimientos teóricos con sus prácticas y han pretendido sumarle otro elemento más: el factor humano. Precisamente uno de las causas que ha llevado a la India a situarse diez o quince años por detrás de la China en el avance contra la pobreza está relacionado con poseer una sociedad menos autoritaria y relativamente más abierta y más proclive a promover la innovación, es decir, a asumir los cambios en todos los niveles sociales, incluyendo la transformación de sus creencias –al menos hasta donde las estructuras lo han permitido-.
La revolución de la riqueza que llevará –al menos en teoría- a acabar definitivamente con el sistema capitalista como forma de intercambio de bienes y servicios, y que propiciará el surgimiento del prosumismo  (Toffler, 2006) y otras formas de intercambio en donde el dinero –al menos en metálico-, se verá relegado del sistema, impactará de manera directa y profunda  los sistemas educativo y organizacional de las naciones, con lo cual, renovará de manera sistemática el surgimiento y supervivencia de los oficios, trabajos y profesiones en un  nivel actualmente  insospechado. Para Toffler[1], en estos momentos el ingreso económico percibido por efectos del proxumo es tan grande como su complemento, la economía de mercado; sin embargo los economistas no consideran dicho ingreso como parte del PIB de la nación, con lo cual desestiman el poder actual y futuro de dicho comercio. Cuando una pareja de empleados de una corporación deciden no comer en el restaurante favorito, y quedarse en casa para preparar ellos mismos los alimentos, disponer la mesa y, finalmente lavar los platos y asear la cocina, están dejando de pagar por todas aquellas tareas que ellos mismos han realizado y que, de acudir al restaurante, habría sido necesario cancelar. Este caso se puede ejemplificar también cuando el jubilado decide fabricar el mismo su silla mecedora, en lugar de acudir al almacén  y comprarla.  Pero estos cambios, tanto de la pareja que deja de comer en el restaurante, como del jubilado precisan de un periodo de adaptación y desarrollo.
Los cambios en la generación, acumulación y transmisión de la riqueza generan impactos inmediatos en todos los componentes de la sociedad y la aparición y sostenimiento de un nuevo sistema de intercambio de bienes y servicios propicia ajustes necesarios en la estructuración y conformación de las instancias sociales históricas. La familia, la escuela, el hospital, la fuerza pública y la iglesia deben sufrir dichas transformaciones y lo hacen en razón de su propia necesidad de sobrevivencia. El lector podría preguntarse por el autor inicial o el responsable de la generación de dichos cambios, es decir, es viable indagar por la causa primigenia de dichas transformaciones y para ello, se debe acudir a las fuentes que históricamente permiten rastrear los cambios estructurales desde el comienzo mismo de la humanidad.
Una tarea como aquella posiblemente dirima el conflicto social y económico que se vive entre las naciones de la conformación geopolítica actual, sin embargo y en aras de mantener en contexto el tema objeto de análisis, en el presente capitulo se esbozarán las oportunidades laborales que  a futuro  presenta el Mercado Laboral para el egresado en tecnología en administración y finanzas, desde el impacto sobre los ámbitos político, social, económico y cultural relacionados con el surgimiento, incluso, de un nuevo sistema de intercambio de bienes y servicios que se presenta como inminente en nuestra sociedad, todo ello en relación con la determinación de la importancia de que la universidad avizore las transformaciones curriculares, de contenidos y de didácticas de los saberes que les es menester.
Cuando el sistema financiero mundial tambalea de manera estructural mediante los sucesos conocidos como  “el 11-S”, acontecimientos que no son más que la reacción violenta, extremista y quizás injusta, al empobrecimiento mundial, muchos analistas internacionales empezaron a hablar de la necesidad de refundar el capitalismo, con lo cual era evidente que se trataba de la punta de un iceberg que hace parte de  un análisis profundo en la medida en que dicha información es llevada a la luz pública. Pretender refundar el sistema de intercambio de bienes y servicios –que dicho sea de paso, lleva más de  doscientos años de funcionamiento-,  es poco creíble y ciertamente una tarea compleja, larga y poco fiable. Ello motivo a que algunos países como España y Francia, empezaran el año pasado (2009) a hablar de crear un nuevo sistema económico que permitiera continuidad a las transacciones internacionales sobre la base del capitalismo actual. Es casi imposible concebir un mundo sin dinero, al menos para los ministros de economía y finanzas de los países desarrollados. La pregunta importante –al menos a mi juicio-, está relacionada ya no con aquello de  “si es posible concebir un mundo sin dinero” o no; pienso que se debe inquirir es por la naturaleza y las características de ese nuevo sistema de intercambio y los impactos que en los estamentos sociales tendrá su implementación.
La universidad como ente social tiene que considerar dichos cambios si desea adelantarse a los acontecimientos y desde esta perspectiva proponer los planes de estudio que delinearan los comportamientos sociales, empresariales, académicos y culturales en ese futurible. No es igual la administración en términos de gestión integral en una industria manufactura que en una organización de conocimiento, como tampoco serán  idénticas las estructuras organizacionales en la era del conocimiento y la del prosumismo, por ejemplo.
Ahora bien, en concordancia con la historia y su ciclicidad, se pueden atisbar virajes sociales hacia lo humano, es decir, hacia la consideración del ser en tanto ser, pero sin caer en consideraciones simplistas de corte contemplativo o modas pasajeras que hacen perder el rumbo de los acontecimientos. El retorno al ser y sus manifestaciones se puede visualizar desde la humanización de las profesiones, del sistema de intercambio; de la vida social, política y cultural de las naciones. Los cambios que se están presentando en la actualidad representan precisamente,  tales circunstancias, ejemplificadas en la caterva de oficios de corte humanitario, terapias de recuperación, integración de tratamientos holísticos, etc., que pretenden devolver la humanización al mundo. Pero más allá de estos tratamientos, es necesario buscar la raíz y causa de   su aparición: la sociedad actual está enferma.
Las profesiones del futuro tendrán que ver con la sanación, en todos los sentidos, de la enfermedad del mundo. De esto hablaremos un poco más adelante, por ahora baste decir que la aparición de un nuevo sistema mundial  de intercambio de bienes y servicios, así como la concentración en el factor humano, son dos elementos que estarán presentes en este análisis y que marcarán el desarrollo posmoderno. Pero, complejicemos esta aproximación incluyendo una tercera variable: la tecnología.
En la actualidad no es preciso determinar si la tecnología impacta o no la sociedad, o si la tecnología es buena o mala, no. Los análisis actuales deberían estar centrados en la optimización del uso de las tecnologías hacia un punto de llegada valido, claro y compartido. Para ello es necesario primero establecer cuál es ese punto de llegada y la clave está en Platón. Desde hace más de dos mil años, Platón habló de los llamados arquetipos de la humanidad, y el punto de llegada está directamente relacionado con recoger dichos conceptos y adecuarlos a la humanidad actual. El papel que en rigor debe cumplir una mujer o un hombre como parte de una sociedad, no ha cambiado radicalmente con el paso de los años, aunque si cambia es la manera de cómo se expresa dicho arquetipo. Aceptando a priori que la ética, la moral, y en si todo el sistema axiológico está presente en los arquetipos, se pueden proyectar ciertas características del sistema social  futuro y, por ende, aproximarse a las profesiones, entre ellas la administración de empresas. Sin duda la medicina altamente especializada hará parte de dicho futuro, así como la ociología[2] o la filosofía aplicada a otras profesiones, más allá de Platón o Kant.  En auxilio de este fenómeno acude una de las mayores problemáticas actuales y futuras del mundo moderno: los sistemas sanitarios o de salud del mundo están colapsando y ningún país –incluso los más desarrollados-, han podido eliminar la problemática inherente a la atención óptima en salud, es decir, a su administración.  Cuanto  más desarrollada  una economía, tanto mayor complejo es su sistema sanitario, pues los esfuerzos por mantener la tan anhelada y poco clara competitividad, hacen que los trabajadores asuman posturas, pensamientos y posiciones corporales y mentales cada vez más extremas a las cuales el cuerpo físico responde somatizando estos esfuerzos extras. A esto hay que agregarle el hecho de que la población mundial tiende a envejecer más rápidamente que hace algunos años; el índice de natalidad en países como Japón, Alemania o España es cada vez más bajo, en tanto que su fuerza laboral envejece. Y esto no es todo, como si fuera poco, la esperanza de vida aumenta con el paso de los años y tras los avances tecnológicos. Sin duda, algunas profesiones futuras estarán relacionadas con el cuidado de toda una población envejecida, de la forma de cómo mantenerles productivos, de su ociología, y de los sistemas re-educativos diseñados para atender dicha población. La administración hablaré y diseñará métodos, procedimientos, planes y políticas para la inserción y rehabilitación de esta población cada vez más longeva, pero también más enferma.
Probablemente el diseño, construcción, venta y distribución de herramientas de aprovechamiento del tiempo libre estará presente en un futuro laboral y académico; lo cual presupone la adaptación de métodos pedagógicos y didácticos para atender estas particularidades poblacionales.
De otro lado y en relación con la tecnología, es común escuchar que la humanidad ha avanzado más en los últimos cincuenta años que en toda la historia, y ello supone un desarrollo a ultranza del mismo ser que ha llevado a algunos teóricos a oponerse radicalmente al desarrollo y sus concepciones salvadoras y a pretender vivir como en épocas pasadas, de espalda a la tecnología, lo cual supone –sin duda-  una revaloración del Imperativo Tecnológico tan defendido por J. Woodward en su teoría contingencial. Estas comunidades y otras similares tendrán a futuro cierta importancia en la medida en que el nuevo sistema de intercambio de bienes y servicios no responda –como se espera-, a la satisfacción de  las necesidades esenciales del total de la población. Quiere esto decir que a futuro y de cara a mantener una sociedad estable, es necesario considerar las particularidades de los grupos minoritarios, ya se trate de razas, grupos religiosos o con particularidades intelectuales, unidos por razones de su propia conveniencia. Como ejemplo de lo anterior se tiene que algunas comunidades se están agrupando por intereses particulares y están adquiriendo terrenos aislados del resto del mundo en donde pretenden fundar sus propios guetos totalmente autosuficientes en lo relacionado con la supervivencia entre bienes y servicios. Esta es otra oportunidad para desarrollar actividades u oficios especializados que atiendan estas emergentes comunidades, incluso más allá de su misma administración.  
Como se ve, las profesiones, trabajos y oficios están condicionados desde todos los escenarios, pero particularmente desde lo político, lo social y lo económico. Pero, continuemos complejizando este análisis, e incluyamos la cuarta variable: el medio ambiente.
La presión que a futuro ejercerán los grupos ecologistas y las minorías rebeldes pro planeta será determinante a la hora de establecer las relaciones con el medio ambiente. La lucha por la integridad del planeta y el cuidado del medio ambiente cobrará importancia insospechada. Hace algunos años apenas el agua tratada no era más que un intento de algunos industriales por complementar sus ingresos marginales mediante el tratamiento,  producción y venta del preciado líquido. Diez años después, el agua se transformó en uno de los productos más vendidos en todo el mundo, dando incluso posibilidad de comercializarla en diferentes sabores y con valores agregados inimaginables una década atrás. Sin duda alguna, una profesión futura estará relacionada con el manejo, conservación, producción y distribución de agua a gran escala. Buques tanque cargados del líquido surcarán las aguas del atlántico, llevándolo a aquellos países duramente castigados por una sequias cada vez más largas y unas tierras cada vez más estériles. España está precisamente padeciendo estas inclemencias climáticas y ha sido pionero en trasvasar un rio entero y acarrear agua en buques tanque hasta algunos pueblos del mediterráneo. 
 De otro lado, se tiene el avance vertiginoso que ha presentado el consumo de los productos denominados genéricamente mercados verdes. Si la universidad ha contribuido a generar consciencia planetaria, también ha hecho posible que la Comunidad Europea se preocupe cada día por exigir a los países productores otras formas de comercio. Un mercado verde integra políticas estrictas desde la siembra, regadío, abono, cosecha y venta de los productos, con lo cual afecta integralmente la cadena de distribución, y ello impacta de manera indirecta la gestión de la universidad. ¿Dónde se formarán todos estos profesionales verdes? Sin duda la escuela tendrá este reto y deberá responder por él. Ingeniería Alimentaria con especialización en Mercados Verdes, Ética Genética Medio-ambiental,  Ingeniería de Producción Limpia, Administración de Empresas Bio-sostenibles, entre otras, podrían estar presentes es este futuro que se presenta inmediato.
Otra forma de concebir la aparición de carreras y profesiones es mediante la unión o fusión de las actuales desde la proyección de las comunidades; esto es, previendo las necesidades de formación desde la linealidad que supone un análisis a priori,  –huelga decir que la historia no es lineal, y por tanto, las conclusiones de este análisis tienden a tener un alto grado de sesgo-, y que lleva a pensar en cosas como Producción de software para la producción y recuperación de tierras, para el crecimiento rápido de cultivos o para la enseñanza y aprendizaje de las ciencias sociales, entre otros. Tanto estas aproximaciones como otras similares de corte del manejo y control del factor tiempo, o incluso, referidos a la comprensión y producción de tiempo, deben ser referidos con mucha cautela pero con determinación. El tiempo jugará un papel importante en las sociedades futuras, la forma de cómo se concibe y administra más allá del reloj y los descubrimientos e inventos en ese sentido serán cruciales a la hora de proponer desarrollos universitarios. La tecnología apenas se está desarrollando, aún falta mucho por descubrir y crear, pero sobre todo por pensar. Maquinas acumuladoras de energía del tamaño de una caja de cigarrillos, puentes intercomunicadores de pensamiento creativo, transmisión del pensamiento en general y desarrollo de la inteligencia aplicada a campos muy específicos para atender necesidades particulares y pasajeras,  deben seguirse con detalle a la hora de pensar en el futuro de las profesiones.
Personalmente considero que lo anterior supone un panorama tan fructífero como delicado. Es posible que el desarrollo tecnológico no sea el factor determinante del progreso de las comunidades, en tanto que el uso y abuso que se haga de los mismos, será la clave válida para el conjunto de una sociedad. Tantos ejemplos sirven de comodines: A. Nobel y la pólvora; Colt y el revólver; M. Curie y el Radio, etc., son solo muestras del camino equivoco que puede seguir la humanidad con el desarrollo ciego de la tecnología. Lo anterior también supone un campo de profesiones futuras: la ética aplicada más allá de las concepciones moralistas de una sociedad será parte de las profesiones futuras. La ética entendida como las medidas que limitan o  que moderan los campos de aplicación y de uso de los desarrollos del ser humano en tanto ser humano.  Las humanidades y en general las profesiones relacionadas con las ciencias sociales estarán también presenten en los futuribles; por tanto es viable pensar las modificaciones necesarias de las especificidades de cada carrera. Etnografía Proyectiva, Sociología y Antropología aplicadas a la vida en las grandes ciudades y derivada hacia la prevención y tratamiento  de los males o enfermedades colectivas futuras, etc., son ejemplos de aplicación y consideración.
Ahora, con estas cuatro variables: nuevo sistema mundial de intercambio de bienes y servicios, retorno al ser como centro de atención, optimización del uso de la tecnología y la necesidad de preservar el medio ambiente y el planeta mismo, podemos aproximarnos a la compleja tarea de prever la aparición de nuevas profesiones, oficios y trabajos en el mundo posmoderno.
El conocimiento en leguas extranjeras y el dominio de los paquetes informáticos –sobre todo a nivel de desarrollo de software-, así como la capacidad de coordinar y gestionar[3] serán herramientas para conseguir un mejor empleo.
Todos los expertos en megatendencias coinciden en que las más prometedoras oportunidades de trabajo en un futuro inmediato tendrán que ver con las siguientes tecnologías: relacionadas con la informática, la telemática, la telefonía celular, la ingeniería genética, la biotecnología, la biónica, la realidad virtual, la información multimedia, los nuevos materiales cerámicos. También serán prometedoras las profesiones relacionadas con los cuidados a distancia para la tercera edad y la infancia, la teleasistencia sanitaria, los cultivos acuáticos, la robótica, la domótica, los sistemas de seguridad pública y la inteligencia artificial[4].
Considero que las aplicaciones en robótica y domótica tendrán particular importancia en tanto se trate de aplicarlas  a las realidades que mejoren las condiciones de vida de la sociedad en conjunto, es decir, en tanto tengan un alto contenido social o de impacto humano. Algo similar sucederá con la medicina y otras disciplinas actuales, las cuales se verán abocadas a una particular interdisciplinariedad  que hará necesaria una redistribución de elementos y conceptos, y precisara la adecuación de los contenidos programáticos universitarios.  Sin duda, la administración en conjunto estará presente en estos futuribles.



[1] En su última obra: La Revolución de la Riqueza, Alvin y Heidi Toffler reflexionan sobre el mundo que nos rodea y los cambios que se avecinan en campos como lo social, lo económico o político, y lo hacen desde una perspectiva prospectiva e incluyente. Publicado por editorial Random House Mondadori Ltda., 2006.
[2] Término utilizado por algunos autores para referirse al estudio de las practicas idóneas para el tiempo de ocio. Nota del autor.
[3]Las profesiones con mayor futuro. En internet: http://www.profesiones.com.mx/las_profesiones_con_mayor_futuro.htm. Consultado en noviembre de 2009.


PD: ESTE POST ESTA DEDICADO A TODOS Y TODAS MIS ESTUDIANTES DE LA FCECEP. EL FUTURO ES AHORA MISMO, NO LO DEJEIS PASAR. 
[4] Ibid. 

2 comentarios:

  1. gracias profe excelente dedicatoria y usted excelente docente

    ResponderEliminar
  2. Hola mi Taty.... es muy placentero leerte por este medioy saber que el mundo cuenta con gente como tu, sin duda, esperanza de un futurible mejor. Un abrazo

    ResponderEliminar