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martes, 2 de noviembre de 2010

DEL ÉXITO Y EL FRACASO COMO OPCIONES DE VIDA



No hay secretos para el éxito. Este se alcanza preparándose, trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso.
Collin Powell

Una vez analizado y aceptado el pasado como algo que no se puede cambiar y que no es necesariamente mejor ni peor que nuestro presente, entraremos a analizar en forma prospectiva dos conceptos que tradicionalmente se han considerado opuestos pero que en esencia son básicamente lo mismo. Cuando se ha iniciado a caminar con el ritmo adecuado hacia una meta claramente definida, usualmente  se pretende alcanzar una condición que en muchos casos se traduce en el éxito o triunfo; pero, en esencia, ¿a qué se hace referencia con estos vocablos? El éxito  y el fracaso son dos impostores que cobran un precio elevado por hacer presencia en nuestras vidas y luego se alejan dejando una estela de vejez, de desolación y de melancolía.
Durante muchos años trabajamos arduamente para obtener las cosas materiales que la sociedad nos impone bajo el nombre de realización, con lo cual se tiene una vida de continua lucha en medio de los vaivenes de la existencia. Estudiar, trabajar, consumir, procrear y morir, parecen imperativos sociales  para  la conducta del ser, sin embargo no corresponden a toda la potencialidad del Pensador. Este magnánimo ser, el Pensador, no tiene límites, carece de forma y está dispuesto a llegar al final, por tanto, no desfallezca en la búsqueda de lo bueno, lo bello y lo correcto; decídase a salir a la calle en busca de su Santo Grial, de aquel objeto que da sentido a la existencia humana y que tiene el poder de curar las heridas, tanto del cuerpo físico como de los cuerpos internos (astral, mental o causal).  
En atención a la mitología Celta, es necesario que el Pensador salga a la calle a buscar el Santo Grial, aquel instrumento que le cura todas las heridas, incluidas las del alma y que le da la sabiduría necesaria para conocer la realidad completa de la existencia humana y divina. Pero esta búsqueda solamente puede y debe ser emprendida una vez que se tienen las condiciones idóneas y se ha alcanzado la paz en el mundo fenoménico. El trabajo duro y continuo, tanto en lo físico como en el campo espiritual permite preparar las maletas para iniciar la búsqueda del tesoro. Este trabajo se corresponde con el símbolo antiguo del “hacha de doble filo”: mientras pule el material externo cuando trabaja en un sentido, al regreso efectúa similar función con el espíritu del Pensador. Una y otra vez, día tras día se repite esta función, cuyo ejemplo antiguo corresponde con el mito de Sísifo subiendo la piedra, lanzándola cuesta abajo y recogiéndola para subir la montaña una y otra vez. En esta historia se pone de manifiesto un concepto supremamente importante para el Pensador: la constancia o asiduidad en el actuar que lleva a la perfección, es decir, al arte.
El máximo grado de eficiencia permite alcanzar la maestría en el quehacer, dando como resultado el dominio completo de las facultades latentes, con lo cual se tiene que el Artista ahora es capaz de trasladarse con seguridad y acierto al nivel superior. Las puertas del castillo siguiente solamente se abren majestuosas ante quienes lo merecen, en esta ley no existe excepciones. El merecimiento es una moneda segura para pagar los avances que el destino nos presenta y sin duda, es la llave que abre la puerta tanto del conocimiento como del disfrute de las cosas materiales y espirituales, que en muchos sentidos se entienden como éxito en la vida. Pero el acceso a la posesión y disfrute tanto de cosas materiales como espirituales rara vez se da por accidente o de forma intempestiva;  casi siempre  obedece al derecho que el Pensador adquiere gracias al trabajo constante y bien direccionado hacia la meta establecida. No en vano, he insistido en la necesidad de iniciar la marcha, fijar el rumbo y determinar el ritmo que permita evolucionar con pasos seguros, pues has de saber que en la economía del universo nada se queda sin su respectiva y justa recompensa; todo movimiento, pensamiento, deseo o emoción genera una reacción que en su momento se devuelve al creador con el mismo efecto y tamaño que tuvo inicialmente, es por ello que debemos procurar que nuestros pensamientos y deseos sean de sentido correcto, justo, benéfico y evolutivo, pues tenemos la certeza que más temprano que tarde, recibiremos la justa recompensa por su emisión.
Pues bien, las líneas anteriores nos dicen que debemos fijar en nuestras mentes el deseo ferviente de triunfar en la vida, no solamente en relación con la consecución de las cosas materiales que precisamos para una vida cómoda, placentera y productiva, sino también en el sentido de preguntarnos por el origen de la vida, sus causas y sus consecuencias. Se  hace necesario, pues,  que atisbemos el horizonte en perspectiva desde la posición actual, de modo que busquemos el fin último de la existencia. En este proceso se centra la lucha cotidiana y es así como se determina el Pensador a trabajar consecuentemente por su éxito y su triunfo. Existen triunfos maravillosos, como aquel que obtiene el espíritu sobre la materia al momento de abandonar el cuerpo físico y predisponerse para avanzar por los siguientes planos y grados evolutivos; triunfos más pequeños como cuando se es ascendido en la empresa a ese cargo que tanto se anhelaba, o cuando se obtiene el grado de escolaridad por el que se estudió en los últimos años. Sin importar cuál sea el triunfo que estés ahora mismo buscando, las causas, consecuencias y resultados intrínsecos son los mismos, por tanto, importante es también definir los pasos para lograrlo, las  herramientas que se precisan y la fijación clara y cierta en la mente del Pensador de esa meta deseada. Usualmente estas metas, incluso las de orden material (comprar un coche, viajar o graduarse) suelen ser muy subjetivas, esto es, no están completamente delineadas en la mente del individuo, con lo cual se tiene que su realización se dificulta en grado sumo e incluso, en muchos casos, se llega a otra meta no buscada. No siempre lo que el ser humano desea coincide con lo que necesita para su evolución, esto fue tema de un anterior capitulo y espero que estemos de acuerdo en ello.
Dependiendo del grado de evolución del ser, así mismo serán sus metas, sus sueños y objetivos. Una persona poco evolucionada soñará con comprar aquellos elementos que llenan sus deseos más superficiales, en tanto que un ser más avanzado tratará de fijar en su mente metas de índole espiritual, filantrópico o de obtención de conocimiento. En parte, esto es lo que hace del mundo un caleidoscopio luminoso y variopinto que amerita conocer, disfrutar y mejorar. Todos luchamos y compartimos esta senda de evolución, sin embargo existen diversos riesgos que es necesario afrontar y corregir en cada momento. La cuesta hacia la perfección divina es, ciertamente, empinada, estrecha y llena de salientes que tratarán de evitar que usted alcance la meta soñada. Pero no se amilane por esta situación, cada escollo en el camino solo es una prueba para que el Pensador recuerde su inmortalidad y su grandeza, para que haga uso de sus herramientas forjadas vida tras vida y pueda llegar limpio, puro y sano a la meta. Nadie puede entrar en el palacio del Creador con los pies manchados y las ropas sucias. Es necesaria una limpieza escrupulosa y unas vestiduras adecuadas para pisar el templo divino y, precisamente, su camino está fijado para que le sirva de hacha de doble filo en la eliminación de comportamientos indeseados y le libere del peso excesivo que se ha acostumbrado a llevar, porque en esa cotidianidad de dormir, levantarse, acudir al trabajo, al estudio y luego al supermercado para nuevamente ir a la cama, se acumulan gran cantidad de elementos cuyo uso es limitado y temporal pero que pocas veces nos paramos a eliminar, llevándonos a cargar como mulas, con un peso tan extraño como ralentizador. Y es que, si bien los objetos materiales pesan, -como cuando haces una mudanza y te das cuenta de cuántas cosas tienes que ya no utilizas-, así mismo si haces un inventario de pensamientos, deseos, pasiones, temores, odios, rencores, miedos, sinsabores y tristezas, te darías cuenta que tu mochila esta innecesariamente llena y no hay más espacio para incorporar las cualidades opuestas a los sentires negativos. Deténgase un instante, baje su mochila  al piso y examine su contenido con detenimiento; compruebe la cantidad, la calidad y el uso de cada elemento que la llena y, sin temor y con gran desapego, lance a la tierra todo aquello que ya no le presta un servicio eficiente, claro o prospectivo inmediato. No tema deshacerse de todo ese lastre, recuerde que el Caballero de la armadura oxidada tuvo que soltarse hasta de la roca que lo sostenía en el vacío para poder poseer lo único que tenía valor real.  El Caronte solo recibe una moneda, no cheques, no pagares, oro, joyas o algo similar.
Cada logro tiene su contrapartida en el mundo fenoménico, lo que lleva a algunos autores a proponer que en una situación de ganancia ocasional, se pague un tributo a quienes hicieron realidad esta adquisición. Las tribus antiguas acostumbraban “donar” parte de las ganancias a la madre tierra, coincidiendo con el agradecimiento que permite dejar abiertas las puertas de la bienaventuranza y así, en un futuro, se pueda gozar nuevamente de sus placeres. Sin duda alguna, el merecimiento tiene mucho que ver con esta situación, pues nadie adquiere algo que no tenga ya merecido, ya sea en esta misma existencia, ya sea en vidas pasadas. Pero en esta lucha cotidiana, no siempre se gana, a veces también se pierde y con la perdida suele llegar la desazón y el desconcierto que marchita temporalmente el ánimo  del Pensador.
A continuación analizaremos como estas situaciones aparentemente negativas son también oportunidades de desarrollo y crecimiento para quienes están dispuestos a escuchar, observar, aprender y asimilar las experiencias por las que necesariamente tienen que pasar. La aceptación de la situación difícil por la que se está pasando es un primer paso para aprender la lección que ella viene a darnos. Nunca nada sucede por casualidad y los desafíos que a diario nos presenta la vida son condiciones de prueba para que midas la grandeza de tu ser, para que demuestres de que estas hecho y te decidas a  afrontarlo gallardamente y con denuedo. Un segundo paso consiste en buscar en tu interior las herramientas que te permitan solucionar la situación problémica. Toda persona en su devenir ha forjado y guardado  diferentes formas de enfrentar las condiciones difíciles, y cuando la ocasión se presenta, es necesario traerlas al presente bien sea por memoria o por intuición, actualizarlas y poner en marcha su consecuencia benéfica. En ocasiones, será necesario acudir a herramientas y desarrollos que otros seres ya nos han entregado probadas, lo que fundamenta la existencia de los llamados Avatares, tales como Jesús El Cristo, Siddhartha Gautama El Buda, Mahoma o Gandhi, entre otros. Estos magnánimos seres propusieron, desarrollaron y dejaron para la posteridad un camino que debe servir de huella para quienes les sucedemos en la lucha. Aprovecha estas huellas y avanza con tu mochila aligerada por la profilaxis que aquí te propongo hacer. La aceptación de la situación problémica como una oportunidad de crecimiento y no como un tropiezo o una maldición de la vida, la búsqueda interior y exterior de las herramientas de desarrollo y trabajo necesarias y su puesta en marcha, nos lleva a la tercera acción necesaria para la evolución: hallar las causas del dolor y el sufrimiento de sí mismo para eliminarlas y, de esta manera, impedir que afloren en un futuro. El mayor hallazgo del Buda fue, sin duda alguna, el hecho de saber y aceptar que el dolor existe. La frase presentada de manera escueta y libre pareciera no dar crédito a la profundidad de tal enseñanza, pero para el verdadero buscador de la eternidad, es decir, para el Pensador, esta frase encierra el secreto de toda una existencia. El dolor y el sufrimiento son condiciones necesarias para que el individuo y la sociedad misma avancen en el camino, es decir, tomen consciencia. El dolor hace tomar consciencia y, en tal sentido, es probatorio y sirve como prueba de antesala al gozo. No evite el dolor que encuentre a su paso por la vida, por el contrario, afróntelo como un desafío y propóngase eliminar las causas del mismo en la presente vida; cuanto antes empiece, más pronto terminara. Arriesgue más, desafíese más; quien no está dispuesto a arriesgarlo todo, no está listo para ganar nada, dice un sabio cantante de nuestra era. Esté dispuesto a todo si quiere algo, de lo contrario la vida no te dará nada, pues ella más que nadie, aplica el merecimiento antes de otorgar. Salga y encuentre su propio Santo Grial, pues nadie lo hará por usted. 

Este post esta dedicado a todos los seres humanos que ya han iniciado su marcha evolutiva con plena consciencia. Maestros, maestras, estudiantes, hijos e hijas; amigos, amigas, señores y señoras que siguen creyendo que se puede y debe hacer algo para mejorar la vida de todos y todas. El mundo es un taller donde aprendemos a trabajar con calidad, seguridad, consciencia y decisión. 

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. A veces me pregunto si una persona se llega a considerar plena de éxito... Aun pienso que merezco mas y este post me ha puesto a trazar una meta para superar duros escollos que actualmente se me presentan y que luego te comentaré. Exigirá sacrificios (afortunadamente, solo económicos)
    Carpe Diem

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  3. Muchas veces debemos pasar por fuego como el Oro fino para al final no dejar cualquier cosa sino lo mejor de lo mejor y cuando caemos no es para quedarnos ahi, al contrario las caidas y tropiezos de la vida es lo que te hace mas fuerte ante cualquier adversidad........ solo es uno mismo quien tomas desiciones radicales y las mejores para tu vida personal y profesional.
    ante cada caida levante y mira a lo alto y que tus metas jamas sea desvanecidad por lo que los demas queiran decir...
    Pdta: esta super este post... pues me hizo reconocer y recapacitar de lo que hace mucho tiempo atras me propuse y apesar de todo aun sigo firme y con la valentia suficiente para lochar por mis propositos.....GRACIAS

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  4. "Esta permitido que te caigas, pero no que te quedes en el suelo", dice Facundo Cabral, pero tambien comenta: "Nadie tiene derecho a la ignorancia, por eso lo pagara caro". Lo que comentas en completamente cierto, cada tropiezo en la vida te hace mas grande, cada caida es una ocasion para recordarte cuan grande eres. "Lo que no te mata, te hace mas fuerte y mejor", diria F. Nietzche; por tanto, mientras exista un halito de vida, tienes la oportunidad de ser mas fuerte y mejor, de avanzar en esta gran aventura que significa VIVIR.

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