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jueves, 15 de julio de 2010

EL HOMBRE VIRTUOSO Y LA MUJER BELLA


Por Eliper F&E
Julio de 2010
Una de las firmas de la actual sociedad es la apariencia medida a través  del engaño, el camuflaje y la mentira. Las personas parecen haber perdido credibilidad y ya no es suficiente con la palabra, como sucedía hace solo unas décadas. El carnicero modifica la báscula a su favor, el asesino se ampara en la necesidad de comer para matar a su víctima, la pareja se escuda en la soledad y el error para engañar a su consorte y el gobierno pretende justificar el alza de los impuestos en la certeza de un futuro promisorio, incluyente y de progreso. Esto es parte, solo una pequeña parte de nuestra sociedad latinoamericana que aun no encuentra el rumbo, quizás porque nunca lo ha tenido, ni ha sabido forjarlo sobre bases solidas. El pasarse en rojo el semáforo, hacer chancuco en la evaluación,  tirar la piedra y esconder la mano, violar la ley incluso antes de que sea promulgada y salir ante los medios de comunicación a explicar dicho comportamiento, pretendiendo que sea justo y ecuánime ante una sociedad que no conoce la justicia, la equidad, la verdad ni la virtud, es la constante. Todo esto sucede en medio de la ignorancia, el “importaculismo” y el miedo que no deja inocente a nadie, pues se peca por acción pero también por omisión.  
Hoy quiero hacer referencia, precisamente, a esta última condición: La Virtud, pero con “V” mayúscula, para evitar confusiones o que un abogado demuestre que la virtud es una enfermedad que se deba extirpar y termine condenándome al olvido.
El hombre VIRTUOSO es sencillamente aquel que tiene y vive la Virtud, es decir, que es Culto y, por ende, Cultivado. ¡Sí señor!, Cultivado, así de simple. ¿Cómo es un campo cultivado? Un campo cultivado es un campo lleno de vida, de alimento, de miel, de pan; generoso y esplendido; como el sol cuando sale cada mañana, que no se detiene a pensar en aquellos que iluminará y en aquellos que no iluminará. Un hombre Cultivado es aquel que es Culto, y no estoy  hablando de música clásica o de que tenga en su cabeza almacenada la Enciclopedia Británica; no. Un hombre Virtuoso es aquel que vive en lo que los Griegos llamaban La Areté, eso que hasta el sol de hoy, nuestra sociedad no ha comprendido a cabalidad y menos podrá vivirlo y expresarlo en un futuro inmediato. La Areté, como concepto arquetípico, no cambia con el paso de los años y, por tanto, sigue siendo válido desde aquellos tiempos en los que se expresaba mediante el Honor. Esto equivale a decir que Un hombre Virtuoso es aquel que ha sido Cultivado en el Honor, y, nótese que destaco en mayúscula tres letras para señalar la importancia de tales vocablos.
Por su parte, La Areté en la mujer correspondía, así mismo, a otro concepto arquetípico que ha sido ampliamente velado, trastocado y mancillado hasta la saciedad en nuestros tiempos. La Areté femenina equivalía a la Belleza, y nuevamente es necesario destacarla en mayúscula porque, ciertamente no estoy hablando de las medidas de sesenta, noventa, sesenta, ni estoy hablando de pechos talla cuarenta o de botox. Bástese con mirar un cuadro de Rubens, una catedral gótica, un atardecer soleado, un ave revoloteando o un niño jugando,   para admirar la Belleza femenina en todo su esplendor. La Belleza, como concepto arquetípico, se lleva por dentro, aun cuando puede coincidir con su expresión externa y, de hecho, casi siempre coincide, pues la mujer Bella se siente realizada, feliz, querida y reconocida; sencillamente, se siente incluida en el medio en donde se desenvuelve, pues la condición primordial que la identifica es la de ser transmisora y cuidadora de la vida en todas sus manifestaciones. La mujer Bella ama la vida y es amada por la vida.  
Pues bien, expuestas la condición de la sociedad actual y el estado de La Areté tanto en el hombre como en la mujer, resta solo esperar que un buen día todos alcancemos todos y todas nuestra mayor identidad: El de ser Virtuosos y Virtuosas en el sentido exacto de la palabra; que cada negociante, carnicero, pareja o gobierno exprese su grandeza a través de la Virtud, lo cual haría desaparecer al asesino en todas sus manifestaciones, porque una cosa es cierta: Así como vamos, no vamos bien. ¡Ça y est!

PD: Este post esta dedicado Izabay Alvear, un ser de luz que descubrió que podía brillar por si sola, que esta dispuesta a ayudar y trabajar en el Gran Plan, que trata cada día de hacer Su labor con el coraje y la tenacidad para alcanzar la meta que cada dia se aclara mas. Una mujer Bella, un ser de la Otra Orilla. 


2 comentarios:

  1. Virtud y belleza de la mano, que tal una sociedad: sin engaños, ataduras, apariencias.Simplemente un mundo donde al ser humano le sea permitido ser lo que en realidad es, un ser de luz que hace el bien y evoluciona fantásticamente regresando a su principio y a la verdadera fuente eterna, de modo que no se presente tanto engaño en lo que se muestra a las gentes.

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  2. Señor W@$z siempre es un gustazo leeerlo por este medio, y saber que el mundo cuenta aun con personitas inteligentes como vos.... Adelante, amigo mio, que nos falta mucho por conocer, pensar y saber.... un fuerte abrazo desde el ciberespacio

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