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jueves, 1 de julio de 2010

CALEIDOSCOPIO EN K…ONSCIENCIA De todo un poco


Por ELIPER f&E
Julio de 2010

Siendo la intuición o la clarividencia el sexto sentido y que corresponde desarrollarla  a la sexta raza raíz (Aria), conviene analizar las implicaciones que pueda tener frente a los procesos de evolución de la raza humana. La intuición como posibilidad de conocimiento prescindiendo del uso de  la razón y de la fe está relacionada con el desarrollo de la glándula pineal, la misma que empieza a despertar de un largo sueño en el cual se sumió al término de la tercera raza raíz. Las madres –quizás por su condición de haber alojado la vida en sus vientres-, son quienes mayor desarrollo presentan de este primigenio sentido, el cual viene a subsanar las dificultades y sesgos que los anteriores cinco sentidos hacen cometer. La mano es más rápida que el ojo, suelen decir los magos, y esta afirmación se hace palpable cuando vemos desaparecer o aparecer objetos en las manos vacías del oficiante. Este sentido, así como la fe, la razón, la percepción o el intelecto no son más que herramientas que permiten obtener una visión más o menos clara  del mundo, tanto de los acontecimientos actuales como pasados y futuros, aceptando, –eso sí-, la existencia de un éter eterno que recoge la historia completa del devenir de la raza humana, tanto en este planeta como en las anteriores esferas.  Por tanto, cada día se acrecienta mas la cantidad y la calidad del conocimiento que la persona pueda accesar, no obstante estas herramientas con sus diferentes grados de desarrollo, el ser humano aún está lejos de lograr el conocimiento absoluto de todos los hechos que han forjado la humanidad.
Por otro lado, la necesidad de aunar esfuerzos entre los dos lóbulos cerebrales o entre la ciencia y la religión, -en fin, entre los pares de opuestos-,  mediada por la filosofía, se hace cada día más evidente. El eslabón perdido no aparecerá nunca, pues simplemente no existe.
En retrospectiva, se tiene que la primera raza raíz desarrolla el sentido auditivo, aunque de modo tosco y casi imperfecto, lo cual  genera consciencia del fuego; la segunda raza desarrolla además del auditivo, el sentido del tacto, con lo cual genera consciencia sobre el fuego y el agua; la tercera raza raíz suma a estos dos sentidos los órganos de la visión; la cuarta raza raíz desarrolla el sentido del gusto, en tanto que la quinta raza desarrolla el sentido del olfato, teniéndose que a futuro, la sexta raza desarrollará la clarividencia y la séptima la clariaudiencia.
En un examen a priori acerca de herramientas de desarrollo y evolución del ser humano, se puede establecer que:
ü  La razón es herramienta de desarrollo de la ciencia
ü  La intuición es herramienta de desarrollo de la teosofía
ü  La fe es herramienta de desarrollo de la religión
ü  El pensamiento es herramienta de desarrollo de la filosofía
ü  La observación y el tacto son herramientas de desarrollo de las artes plásticas
ü  El olfato y el gusto son herramientas de desarrollo de la gastronomía
Indudablemente, cada uno de los siete grandes campos del saber humano (Filosofía, Arte, Ciencia, Religión, Economía, Pedagogía, Política) tienen sus propias herramientas de aplicación y desarrollo, dándose el caso de duplicidad en algunas de ellas. Por tanto, cuando un hombre tiene un PORQUÉ, es capaz, casi, de cualquier COMO, al menos eso dice un viejo adagio que da a entender la importancia de definir con claridad las motivaciones que llevan a actuar de tal o cual manera a un individuo, una raza o una nación. Lo anterior podría dar a entender que existe una relación opuesta entre intelecto y amor, como estados finales de la razón y la fe, sin embargo esta aparente contradicción se puede aclarar en la medida en que el intelecto amplia la inteligencia y, por ende, el grado de consciencia, y si aceptamos que el desarrollo de la consciencia es el objetivo del Plan Divino y que este, a su vez, tiene fundamento en el amor, queda claro que no existe tal contrasentido.
La amplitud de la consciencia permite sentir el dolor y la alegría ajenos, con lo cual surge la conmiseración y el bien común; en este sentido, la consciencia del bien, trae consigo la consciencia del mal, o lo que es lo mismo, solo se conoce “afuera” mediante “adentro”, y esto es así al menos mientras el ser humano perviva en la dualidad como base del conocimiento.
Sería interesante saber que lo que un ser humano hace, tiene, sabe o percibe, son solamente partecillas ínfimas de un TODO que es aun inaccesible a la pobre consciencia humana y que esta parcialidad genera caos, miseria y confusión al hacerles creer a otros gregarios  tales concepciones sesgadas, erróneas, parciales o falsas. Hasta que la VOLUNTAD rectora no tome las riendas del desarrollo de cada ser, la situación siempre estará del lado de la involución, el progreso tan anhelado por aquellos que ya tienen la consciencia más o menos desarrollada seguirá siendo una tarea pendiente para el conjunto de la humanidad; afortunadamente todo fin trae implícito un comienzo, toda muerte un nacimiento y todo ser humano un ser divino. Así dirá el Pensador: 
Ator – Malkuth – VeGeburah – VeGedulah – Leolahm. 


PD: Este post está dedicado a Carlos Herson Peña "Carlitos", un instructor, amigo de la verdad y la consciencia; una persona que emprendió un camino de evolución y expansión que un día le llevara a la iluminación. Por ahora, ¡Que encuentres la luz en la oscuridad del castillo del conocimiento!, amigo mio. 

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